Así lo cree Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard. “Históricamente, los puestos a tiempo parcial y temporales pueden ofrecer una visión temprana de las tendencias futuras del empleo. El número de personas en puestos temporales ha disminuido durante el último año”, asevera. Estas métricas se suman a sus crecientes preocupaciones relacionadas con la caída de las tasas de contratación y renuncia que se actualizarán esta semana (encuesta JOLTS), que podrían indicar “una creciente fragilidad en el mercado laboral estadounidense” y dar como resultado un posible desvanecimiento de la demanda de los consumidores.
Respecto a los aranceles adicionales que impuso la administración Trump, que podrían aumentar el tipo arancelario medio efectivo de todas las importaciones al país desde el entorno del 2,7% a entre el 6,9% y el 8,4%, Temple recuerda que como regla general, por cada 100 puntos básicos (pb) que se incrementa el tipo arancelario medio de las importaciones, la inflación del gasto en consumo personal (PCE) subyacente de EEUU lo hace en 10 pb. Esto implicaría que los aranceles establecidos desde la toma de posesión Trump el 20 de enero podrían aumentar la inflación del PCE subyacente de EEUU entre 40 y 60 pb. El estratega de Lazard espera que se impongan más gravámenes en una serie de industrias y países, lo que elevará el arancel medio de EEUU a más del 10%, un nivel que no se veía desde principios de la década de 1950. Destaca también que el 1 de abril es la fecha límite para el informe de investigaciones de la Orden Ejecutiva de la Primera Política Comercial de EEUU que, en su opinión tiene por objetivo sentar las bases legales para aranceles y proteccionismo estadounidenses más expansivos.
Por otro lado, el índice de fabricación del ISM de la primera potencia mundial se quedó ligeramente por debajo de las expectativas, pero los subíndices fueron más negativos, con un salto significativo en los precios pagados y una caída sustancial en los nuevos pedidos. El índice de servicios del ISM fue más alentador pero, al igual que en el sector manufacturero, el índice de precios pagados subió más de lo esperado desde un nivel ya elevado, subraya.
Europa
La última semana fue asimismo intensa en referencias en Europa. Temple considera que el plan ReArm Europe propuesto por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que apunta a un gasto adicional en defensa de 800.000 millones de euros, podría representar un momento decisivo para Europa. De momento, el próximo gobierno de Alemania anunció que adelantará esta misma semana una votación sobre los cambios constitucionales (el freno de la deuda, entre ellos) que se precisan para hacer lo que sea necesario en un contexto excepcional. “Existen diversas interacciones entre las normas alemanas y las de la UE que podrían limitar el uso del fondo de inversión [en referencia los fondos de cohesión no utilizados para la defensa], pero me parece que Europa y Alemania podrían estar en un momento crítico en el que los responsables políticos actúen por fin para mejorar la seguridad nacional y, al hacerlo, también eleven significativamente las tasas de crecimiento. De hecho, algunas estimaciones sugieren que las nuevas propuestas de Merz podrían ser tan sustanciales como el gasto en la reunificación con Alemania Oriental hace más de 30 años”, comenta Temple.
El experto cree que los últimos anuncios de las autoridades europeas podrían ser el comienzo de una rotación más sostenida del capital de EEUU hacia acciones no estadounidenses. Anteriormente esperaba que el rendimiento superior de EEUU se prolongara más tiempo, pero la naturaleza impredecible de la política comercial estadounidense y el sorprendente cambio de dirección en Europa podrían acelerar la rotación, reconoce. Recomienda, sin embargo, “no entusiasmarse demasiado” con las acciones que probablemente se vean afectadas por los aranceles estadounidenses, que prevé se amplíen y aumenten en los próximos meses.
Sostiene que el mensaje del BCE y de su presidenta Christine Lagarde el pasado jueves siguió siendo moderado y que “la dirección del viaje sigue siendo una mayor flexibilización”. Pero también remarca que los recientes acontecimientos en términos de cambios en las restricciones fiscales europeas podrían significar una mayor inversión gubernamental en infraestructura y un mayor gasto en defensa, lo que contribuiría eventualmente al impulso del crecimiento y reducir la necesidad de recortes de tipos del BCE. A eso hay que añadir que la inflación agregada de la zona euro fue ligeramente superior a la esperada.
China
Lo más importante de la reunión del Congreso Nacional del Pueblo (CNP) de China, según Temple, es que no se aplicaron las medidas de estímulo que los inversores llevaban meses aguardando. Cree que cuanto más espere China para abordar la débil confianza de los consumidores y el estancamiento de la demanda interna, mayor será la probabilidad de que caiga en una prolongada recesión económica. Explica que, para evitarlo, el gigante asiático no sólo necesita un estímulo fiscal a corto plazo, sino también importantes reformas estructurales de cara a resolver el desequilibrio de varias décadas entre el consumo y el ahorro causado por la inadecuada red de seguridad social y los modelos de financiación del gobierno que dependen excesivamente del desarrollo inmobiliario.
Con todo, la semana pasada se vio alguna pequeña señal positiva en el país. Los datos PMI de la Oficina Nacional de Estadísticas, que tiene una mayor representación de grandes empresas estatales en su encuesta, superaron modestamente las expectativas para la industria manufacturera, mientras que la actividad no manufacturera coincidió con el consenso. Mientras que el PMI de Caixin, que refleja mejor los resultados de las empresas privadas más pequeñas, mejoró, y el índice manufacturero se vio impulsado por una fuerte mejora en el subíndice de empleo. El índice de servicios se vio impulsado por un mayor empleo y nuevos negocios.
Por el contrario, los datos comerciales para enero y febrero estuvieron sustancialmente por debajo de las expectativas, reflejando un descenso del comercio generalizado con todos los países e industrias. Para Temple, la caída sugiere que la desaceleración no es simplemente “una resaca” de la demanda concentrada al principio del año, sino que refleja una reducción de los niveles de actividad en general.
Foco en la inflación
La principal referencia macroeconómica de esta semana será el IPC de febrero de EEUU, que se publica el miércoles. Temple espera que los precios de los bienes básicos se mantengan en un territorio de inflación positiva, mientras que la inflación de la vivienda y los servicios debería continuar su lento descenso. “Todavía es demasiado pronto para observar un impacto significativo de los aranceles en el IPC, pero espero ver esos efectos en los próximos meses, dado que el primer aumento del 10% de los aranceles sobre las importaciones procedentes de China se impuso a principios de febrero. Suponiendo que la mayoría de los importadores anticipen la demanda para evitar los aranceles, podrían pasar tres meses o más antes de que se produzca un impacto significativo en la inflación”, comenta.
Finalmente, el estratega apunta que el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan del próximo viernes podría ofrecer una valiosa señal sobre las preocupaciones inflacionistas después que el mes pasado, las expectativas de inflación a largo plazo (de 5 a 10 años) subieron hasta el 3,5%, el nivel más alto desde 1995, mientras que las expectativas a un año alcanzaron el 4,3%.