Fidelity International (Fidelity) anuncia hoy algunas de las principales conclusiones de su estudio Professional Investor DNA Survey, realizado en asociación con Crisil Coalition Greenwich entre más de 120 inversores institucionales e intermediarios de distribución en toda Europa y Asia, a efectos de recabar las opiniones de los inversores y conocer su interés por incorporar las consideraciones medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus iniciales en inglés) a las asignaciones de activos de las carteras. 
De acuerdo con el estudio, más de la mitad de los inversores sigue otorgando importancia a los factores ESG a la hora de decidir las asignaciones de activos de las carteras durante los próximos 18 meses. 

El medio ambiente es la consideración más importante; así, dos tercios (63%) de los inversores lo consideran un factor importante, seguido del gobierno corporativo (58%) y la  sociedad (51%). A la cabeza se sitúan los inversores institucionales y europeos, que ponen más énfasis en los criterios ESG a la hora de definir las asignaciones de activos. 

En cuanto a las temáticas de sostenibilidad, el estudio revela que los inversores prestan más  atención a las consideraciones medioambientales; así, la descarbonización, la transición energética y la preservación del capital natural se sitúan como las tres principales áreas de interés, debido probablemente a los compromisos de los inversores y las autoridades para  alcanzar las metas de cero emisiones netas de carbono.  

La transparencia empresarial ocupa la segunda posición en el cómputo global, lo que pone  de relieve el deseo de los inversores de contar con un gobierno corporativo sólido.  

Las dificultades para medir el impacto son el gran obstáculo para invertir de forma sostenible.  

A la dimensión ESG se le concede importancia en las asignaciones de activos, pero siguen  existiendo obstáculos. Las dificultades a la hora de medir el impacto se consideran como el  principal obstáculo para elevar la adopción de la inversión sostenible (68% en total).  Entretanto, el 52% de los inversores mencionó como principal barrera una regulación  cambiante o contradictoria. En Asia, el 66% de los inversores pensaba que la falta de  estrategias/productos de calidad constituía un obstáculo, frente a tan solo el 31% en Europa. 

Jenn-Hui Tan, director de sostenibilidad de Fidelity International, comentó: “Nuestro  estudio muestra que los factores ESG siguen ocupando un lugar destacado en la mente de  los inversores. Aunque la inversión ESG podría pasar actualmente por ser una consideración  muy extendida en las asignaciones de activos, se necesitan más avances para derribar las barreras a su implantación. A este respecto, cabe citar las dificultades para medir el impacto, puesto que se ha observado que existen obstáculos para obtener y analizar datos empresariales de calidad, así como la adaptación a la regulación, ya que siguen existiendo discrepancias en los marcos normativos nacionales, europeos y mundiales.  

Seguimos reclamando una mayor transparencia y estandarización de los datos y la  armonización de los marcos normativos mundiales con el fin de posibilitar una divulgación útil  para la toma de decisiones. También abogamos por una mayor atención a las políticas que consiguen resultados tangibles y complementan el papel de la divulgación reforzada a la hora de guiar las decisiones de los inversores. 

En Asia, nuestro estudio expone que este continente sigue marchando por detrás de Europa  en materia de disponibilidad de productos. Un área clave de interés en Asia es la financiación  de la transición, que está siendo sostenida por planes de transición a escala nacional, así como marcos y productos con estructuras innovadoras. Esperamos que este hecho estimule una mayor innovación en el área de los productos que responda al crecimiento de la demanda de los clientes”.

Cómo crear un impacto positivo  

Cuando preguntamos por la forma más eficaz de propiciar un impacto positivo, no hubo  consenso y los inversores mencionaron varias, desde la inversión de impacto (59%) hasta los  filtros excluyentes (52%), pasando por el diálogo con las empresas (44%) y los reglamentos  y políticas gubernamentales (44%), lo que pone de relieve el enfoque multidimensional que  se necesita para instigar cambios. 

Jenn-Hui Tan añadió: “Creemos en la importancia de integrar la sostenibilidad en el análisis  de las inversiones y la estructuración de las carteras, ya que puede incidir en la creación de  valor a largo plazo y mejorar los resultados que obtienen los clientes. Como gestores activos  y administradores responsables del capital de los clientes, tenemos un papel que desempeñar  para avanzar hacia una economía más sostenible que incorpore mejor el riesgo sistémico,  pero, como pone de relieve el estudio, no existe una única forma de hacerlo. Por eso creemos que la administración responsable eficaz aúna enfoques individualizados, temáticos y  sistémicos.  

Medir y atribuir el impacto sigue siendo un reto del sector, pero dentro de nuestros esfuerzos por instigar cambios significativos y medibles, estamos en vías de desarrollar un marco de  diálogo mejorado para evaluar de forma más precisa la profundidad y calidad de nuestras interacciones frente a objetivos concretos a lo largo del tiempo, lo que nos permitirá avanzar  hacia un enfoque del diálogo más basado en los resultados”. 

Fidelity sigue integrando los factores ESG en sus carteras de inversión mediante el desarrollo  de un marco de inversión sostenible sólido y una contribución activa a los principales marcos normativos a escala nacional e internacional. Para guiar su enfoque del diálogo activo, Fidelity se centra en cuatro temáticas sistémicas: la pérdida de naturaleza, el cambio climático, el  gobierno corporativo sólido y eficaz y las desigualdades sociales.