Nos separa el doble de distancia con países como Alemania, Países Bajos o incluso nuestros vecinos portugueses. Y ojo, que aquí no hablamos de datos aislados: esto es estructural. Casi un rasgo de identidad económica. Y eso, más que una etiqueta, es un problema de fondo.

Nos podríamos alegrar con los últimos datos del desempleo, a la baja claramente. Pero no. El empleo se destruye en el sector privado y crece mucho en el público. Eso es lo que nos dice el INE. ¿Y si calculamos la tasa de desempleo real? Es decir, si descontamos a los casi 700 mil fijos discontinuos que no engrosan las listas de parados y no tenemos en cuenta el empleo público. Pues recomiendo no hacerlo, porque el susto nos puede durar más de un día. Y no hablamos de la tasa de paro juvenil, que supera el 28%...

Baste observar este esquema gráfico que he preparado en donde se aprecia cómo se desglosan los 49 millones de habitantes de España. Resulta que solo 18 millones (suma de autónomos y trabajadores por cuenta ajena) son los que levantan España. Aunque los pensionistas o los trabajadores públicos paguen impuestos, su percepción de renta proviene de los impuestos de quienes no trabajan para las AAPP. Da un poco de pena observar las cifras de este gráfico, pero merece la pena pararse.  

Fuente: Carlos Arenas Laorga

Observamos como nos encontramos con un 21% de la población que son pensionnistas, en concreto 10.313.634 personas, tambien tenemos menores de 16 años que serán los que en un futuro paguen las pensiones, pero solo son el 16% de la población, en total 7.883.184 personas.

Los empleados publicos son el 7.32% de la población, siendo 3.591.200 personas

“Pero España está creciendo”, dirán los más optimistas. Y tienen razón. De hecho, somos uno de los países que más crece en la eurozona. Pero crecer no es suficiente. Lo veremos en el próximo artículo.
Y cuidado con esto: cuando la tasa de paro estructural es tan alta, el Banco Central Europeo tiene que hilar más fino con los tipos de interés. Porque cualquier medida que frene la economía para contener la inflación nos golpea con más fuerza. Somos más vulnerables. Tenemos menos margen. Y eso, en un contexto de cambio de ciclo monetario, importa y mucho.

La tasa de desempleo en España no es solo un indicador económico: es un síntoma de un modelo que necesita reformas profundas. No se trata de maquillar cifras con contratos temporales o con subsidios que alivian pero no curan. Se trata de abordar de una vez los retos estructurales que arrastramos desde hace décadas. Un 37% de la población no puede sostener a todos los demás. Es un coste muy elevado. Pero si somos 49 millones de habitantes, 18 resulta extremadamente pobre. ¿Será que España es un país pobre?