La diversificación es una de las principales vías de reducción de riesgo en carteras de inversión y aquí, en Estrategias de Inversión no dejamos de insistir en ello y en mostrar posibilidades a nuestros usuarios para llevar a cabo esta buena práctica. En este marco, hoy presentamos un ETF, es decir, un fondo cotizado y por tanto con liquidez, que nos posiciona en el mercado norteamericano, concretamente, en el S&P 500 ESG+.
Se trata de un ETF de la Gestora Amundi, el Amundi Index S&P 500 ESG UCITS ETF DR, con ISIN: LU1437017863 y código en Bloomberg SPXESAUN. Este fondo cotizado trata de replicar lo más exactamente posible el comportamiento del índice S&P 500 ESG+, tanto si la tendencia es al alza como a la baja. Permite por tanto a los inversores obtener exposición a valores respetando criterios de sostenibilidad, y al mismo tiempo manteniendo los pesos por sector similares al índice S&P500 excluyendo compañías involucradas en tabaco, carbón térmico y armas controvertidas.
Un ETF además que cumple la normativa UCITS y MIFIDII, con pasaporte europeo, con divisa de clase euro y divisa de cotización USD. Domiciliado en Luxemburgo, como la mayoría de los ETFs comercializados en España, con réplica directa física del índice. Otros datos de interés, su fecha de lanzamiento, en junio de 2016 y clasificación SFDR Art.8. Su política de dividendos es de acumulación es decir, no reparte dividendo, sino que su importe se reinvierte en el fondo. A fecha de este informe, sus activos bajo gestión suman 3.878,11M€, NAV 115,18€.
Las 10 principales posiciones del Amundi Index S&P 500 ESG UCITS ETF DR:
Con peso para los diferentes sectores:
En cuanto al riesgo, tiene una valoración de 5 en una escala en la que el máximo es 7. La volatilidad a un año en el 15,05% y a 3 años 15,79%; Beta de 0,99 a 1 año y 1 en un horizonte de cálculo de 3 años, con Correlación también en la unidad. También un buen indicador del riesgo del fondo cotizado, el Tracking Error, muy bajo y, por tanto, mostrando riesgo moderado, en el 0,04% a un año, 0,07% a 3 años. Y, por último, un indicador que nos muestra la máxima caída que ha registrado hasta ahora el ETF, el Máximo Drawdown a 1 año del -9,12% y a un horizonte de 3 años, el -13,02%.
La rentabilidad YTD, en el 15,73%; rentabilidad anual a un año del 8,85% y a 5 años del 52,25%; rentabilidad acumulada desde el inicio del 134,65%.
Si unimos estos dos conceptos, como saben, opuestos tanto en la teoría financiera como en la práctica y en el día a día de la inversión, la rentabilidad y el riesgo, tenemos los siguientes indicadores absolutos. El Ratio de Sharpe, que nos indica la rentabilidad adicional por cada 1% que asume el ETF de riesgo en forma de volatilidad, en 0,18% a 1 año y 0,23% a 3 años; Ratio de Sortino, relaciona en este caso, la rentabilidad del ETF con la rentabilidad libre de riesgo y nos indica la rentabilidad adicional por cada +1% en volatilidad asumida en momentos bajistas, en el 0,15% a 1 año para nuestro ETF y 0,25% a 3 años.
Es el turno ahora de revisar indicadores relativos de rentabilidad vs riesgo. El Ratio de Información, nos indica si la rentabilidad conseguida por el fondo respecto a su índice de referencia se ajusta al riesgo asumido y para el caso de nuestro ETF es del 0,12% a 1 año, un nivel ya interesante. Y por último, el Ratio Alpha, o generación de rentabilidad conseguida por la gestión de la gestora en su gestión activa, en el 0,02% a 1 año y prácticamente nula a 3 años, tal y como era de esperar tratándose de un ETF de gestión pasiva y con muy escasa desviación de su índice de referencia o benchmark.
Nos quedaría solo por revisar los gastos del fondo, es decir los que representan las comisiones de gestión y custodia y los gastos operativos sobre la totalidad del capital del fondo. Concretamente estos gastos agregados se conocen como TER (Ratio de gastos totales) y en este caso sería del 0,121%. Hay que advertir que dado que se trata de un fondo cotizado, y por tanto, el inversor particular tendrá que comprar en el mercado secundario, el inversor pagará comisiones de intermediación y/o costes de operación en relación con sus negociaciones en bolsa(s). Dichas comisiones de intermediación y/o costes de transacción no son cobrados por el Fondo ni la Sociedad Gestora, ni deben abonarse a éstos, sino al propio intermediario del inversor. Además, los inversores también pueden soportar los costes de los diferenciales "bid-ask", es decir, la diferencia entre los precios a los que pueden comprarse y venderse las acciones.
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