¿Qué tendencias despuntan en el mercado de ETF en España? ¿Son diferentes en el resto de Europa?

Todos conocemos las diferencias fiscales entre los ETFs y los fondos índice en España. Por ello, cuando me refiero a los ETFs en Europa, los asimilo a la combinación de fondos índice y ETFs en España. En nuestro país, existe una mayor tendencia a invertir a través de fondos índice, aunque ambos productos forman parte de la gestión indexada.

En cuanto a las tendencias del año en curso, hemos observado un comportamiento similar tanto en Europa como en España. Sin embargo, en España se percibe una mayor inclinación hacia la renta fija en comparación con la renta variable, lo que da lugar a carteras algo más conservadoras.

Tras un 2024 récord, con casi 260.000 millones de euros en inversión en ETFs en Europa, el 2025 ha comenzado con aún más fuerza. En los dos primeros meses del año, enero y febrero, las entradas netas alcanzaron los 60.000 millones de euros, con 28.000 millones en enero y 32.000 millones en febrero. La distribución entre renta variable y renta fija se ha mantenido en línea con la tendencia histórica, con 46.000 millones destinados a renta variable y 13.000 millones a renta fija.

Si analizamos los flujos hacia productos sostenibles, estos han representado aproximadamente 7.000 millones de euros, es decir, un 12% del total. En este segmento, la distribución entre renta variable y renta fija ha mostrado un sesgo hacia la renta fija. En concreto, las inversiones en renta variable sostenible han sido de aproximadamente 2.7-2.8 mil millones, mientras que en renta fija han alcanzado los 2.4 mil millones, con una proporción de 60%-40% respectivamente.

Un dato particularmente interesante en febrero es que, por primera vez en muchos años, la renta variable norteamericana ha registrado flujos negativos. De los 32.000 millones de euros invertidos en ETFs ese mes, 23.000 millones correspondieron a renta variable y 9.000 millones a renta fija. Dentro de la renta variable, 10.000 millones se dirigieron a renta variable global, 8.000 millones a renta variable europea y, en contraste, se produjo una salida neta de 500 millones en renta variable norteamericana.

En el segmento de renta fija, las entradas han sido bastante equilibradas entre Estados Unidos y Europa, lo que indica una estabilidad en la preferencia de los inversores por estos activos

¿El ETF es un vehículo para inversores en renta fija, renta variable o por igual?

Es importante reflexionar sobre el hecho de que los ETFs nacieron en el ámbito de la renta variable, lo que explica la notable diferencia en tamaño entre los dos tipos de activos en Europa. Actualmente, el volumen de los ETFs de renta variable asciende a aproximadamente 1.600 billones de euros, mientras que el de renta fija se sitúa en torno a los 500 billones. Esto significa que, hasta la fecha, el mercado de renta variable es más de tres veces mayor que el de renta fija. Desde BNP Paribas AM, consideramos que la renta variable continuará creciendo de forma saludable y estable. No obstante, vemos un gran potencial en los ETFs de renta fija, basado en tres factores clave:

- Tamaño del mercado subyacente: Si bien el volumen de ETFs de renta fija es significativamente menor que el de renta variable, el mercado global de renta fija es en realidad mucho más grande. Esto implica un margen considerable para el crecimiento de los ETFs en este segmento.

- Baja penetración de los ETFs de renta fija: La adopción de ETFs en renta fija ha sido históricamente inferior a la de renta variable. Esto se debe, en gran parte, a la prolongada era de tipos de interés cercanos a cero o incluso negativos que precedió a la subida de tipos en 2022. Durante casi una década, hubo poco incentivo para lanzar nuevos productos de renta fija en este formato.

- Innovación en el sector: Los ETFs son conocidos por su capacidad de innovación y su capacidad para ofrecer soluciones eficientes a los inversores. Mientras que la renta variable ha experimentado una notable evolución en este aspecto, actualmente estamos presenciando una nueva ola de innovación en ETFs de renta fija, lo que impulsará su desarrollo y adopción.

En consecuencia, aunque la renta variable seguirá siendo predominante, esperamos que el mercado de ETFs de renta fija continúe expandiéndose y reduciendo progresivamente la brecha con la renta variable.

Según avanza el año, ¿donde estáis encontrando más valor, en bolsa o en renta fija?

Si analizamos las rentabilidades absolutas, es importante destacar que la renta variable, en términos generales, suele ofrecer una rentabilidad esperada superior a la de la renta fija. No obstante, este año hemos observado una gran dispersión en función del tipo de activo.

En el caso de la renta variable, los índices europeos han mostrado un rendimiento positivo en lo que va de año, con rentabilidades que oscilan entre el 10% y el 15%. En contraste, los mercados de renta variable norteamericanos y japoneses han registrado rentabilidades negativas.

En cuanto a la renta fija, las expectativas iniciales de política monetaria tanto de la Reserva Federal en Estados Unidos como del Banco Central Europeo sugerían que 2025 podría ser un buen año para la renta fija europea, impulsada por posibles recortes de tipos. Por el contrario, en Estados Unidos se esperaba un mantenimiento o incluso una ligera subida de tipos, en parte debido a las nuevas políticas arancelarias propuestas por Donald Trump, que podrían tener un efecto inflacionario.

Sin embargo, el mercado ha evolucionado de manera diferente a lo previsto. En Estados Unidos, ha comenzado a descontarse un posible escenario de recesión, lo que ha llevado a un estancamiento e incluso a un ligero descenso en los tipos de interés a 10 años, impulsando así la rentabilidad de la renta fija estadounidense.

En Europa, por otro lado, el reciente plan de inversión en defensa anunciado por la Unión Europea ha generado una fuerte reacción en los mercados de bonos. Hace un par de semanas, los tipos experimentaron un salto sin precedentes desde la caída del Muro de Berlín en 1989, lo que ha afectado especialmente a la deuda de mayor duración. Como resultado, hasta la fecha, la renta fija estadounidense ha ofrecido un mayor valor relativo en comparación con la renta fija europea.

¿Creéis que 2025 acabará con más adopción de ETFs en Europa y, más concretamente, en nuestro país?

Si analizamos los flujos de inversión en lo que va de año, el mercado de ETFs de gestión activa en Europa alcanza los 57.000 millones de euros. Durante los dos primeros meses de 2025, se ha registrado un flujo neto de aproximadamente 3.000 millones, lo que refleja un crecimiento progresivo en la adopción de ETFs activos.

La distribución de estos nuevos flujos entre renta fija y renta variable muestra un reparto equilibrado: aproximadamente la mitad de los 3.000 millones ha sido invertida en renta fija y la otra mitad en renta variable. Aunque la renta variable mantiene una rentabilidad esperada superior, al analizar la rentabilidad relativa ajustada al riesgo, se observa que la renta fija puede ofrecer un mayor valor relativo.

Desde una perspectiva cuantitativa, si la rentabilidad esperada de la renta variable se sitúa en torno al 15% y el tracking error (nivel de riesgo) es del 1% o 2%, se podría generar un exceso de rentabilidad del 1% al 2%. Esto representa un incremento inferior al 10% sobre la rentabilidad esperada del mercado. En cambio, en renta fija, con una rentabilidad esperada del 5% y el mismo nivel de tracking error (1%-2%), un exceso de rentabilidad del 1% implicaría un incremento cercano al 20% sobre la rentabilidad esperada del mercado.

Por ello, siempre recomendamos construir carteras bien diversificadas, no solo enfocándose en la rentabilidad absoluta que puede aportar la gestión pasiva, sino también considerando la rentabilidad relativa ajustada al riesgo asumido.