El déficit comercial se produce cuando un país importa más bienes y servicios de los que exporta. Es decir, compra más de fuera de lo que vende al resto del mundo. Y esa diferencia, si es negativa, se conoce como déficit comercial. Técnicamente, se trata del saldo de la balanza comercial, que forma parte de la balanza por cuenta corriente dentro de la contabilidad nacional. Si ese saldo es negativo, quiere decir que hay un mayor flujo de salida de dinero hacia el exterior por compras, que de entrada por ventas. Pero eso no implica que el país esté perdiendo dinero, como a veces se dice. Lo que refleja es una relación comercial desequilibrada… que puede tener múltiples causas y, en muchos casos, múltiples ventajas. Desequilibrada no es sinónimo de mala. Y déficit comercial no es déficit fiscal. Ese sí suele ser bastante perjudicial.

En la tabla que hemos preparado —una radiografía reciente del comercio exterior estadounidense— se ve con claridad cómo EE.UU. tiene déficit con una aplastante mayoría de países. El mayor de todos, con China: -295.386 millones de dólares. Le sigue la Unión Europea con -235.561 millones, y luego Vietnam, Taiwán, Japón, India… y la lista sigue. Por cierto, ¿te suena lo de mayor déficit, mayor arancel? De hecho, si tomamos todos los datos y calculamos una media ponderada del déficit —es decir, considerando el peso de cada país en el volumen comercial total con EE.UU.—, el resultado es esclarecedor: aproximadamente un -32%. O lo que es lo mismo, por cada 100 dólares que Estados Unidos comercia bilateralmente con el mundo, unos 32 acaban en déficit. ¿Es esto un problema? Pues no necesariamente. De hecho, puede ser síntoma de lo contrario.

Yo tengo déficit comercial con la panadería del barrio. Todos los días bajo a por el pan. Algunas veces cae una chapata. Otras, una hogaza, un par de croissants si es sábado, o una porra los domingos. Y les pago. Siempre. Pero ellos no me compran nada a mí. Ni mis análisis financieros, ni mis textos sobre macroeconomía, ni mis gráficas de tipos de interés. Me venden pan; les pago con gusto. Y, sin embargo, nadie consideraría que tengo un desequilibrio estructural con ellos. Es una relación comercial sana, porque ambas partes obtenemos lo que queremos. Eso es precisamente lo que ocurre, a escala global, con Estados Unidos y buena parte del resto del mundo.

País

Importaciones de EE.UU.

Exportaciones a EE.UU.

Déficit comercial de EE.UU.

China

438.947,40 Mill $

143.561,08 Mill $

-295.386,32 Mill $

Unión Europea

605.760,42 Mill $

370.199,06 Mill $

-235.561,36 Mill $

Vietnam

136.561,16 Mill $

13.052,37 Mill $

-123.508,79 Mill $

Taiwán

116.264,03 Mill $

42.336,86 Mill $

-73.927,17 Mill $

Japón

148.208,57 Mill $

79.705,33 Mill $

-68.503,24 Mill $

India

87.416,45 Mill $

41.752,67 Mill $

-45.663,78 Mill $

Corea del Sur

131.549,19 Mill $

65.541,79 Mill $

-66.007,40 Mill $

Tailandia

63.328,18 Mill $

17.713,08 Mill $

-45.615,10 Mill $

Suiza

63.425,32 Mill $

24.961,99 Mill $

-38.463,33 Mill $

Indonesia

28.084,74 Mill $

10.202,10 Mill $

-17.882,64 Mill $

Malasia

52.534,85 Mill $

27.704,75 Mill $

-24.830,10 Mill $

Camboya

12.661,81 Mill $

321,63 Mill $

-12.340,18 Mill $

Reino Unido

68.084,47 Mill $

79.897,39 Mill $

11.812,92 Mill $

Sudáfrica

14.655,76 Mill $

5.819,00 Mill $

-8.836,76 Mill $

Brasil

42.316,32 Mill $

49.666,98 Mill $

7.350,66 Mill $

Singapur

43.203,72 Mill $

46.017,31 Mill $

2.813,59 Mill $

Israel

22.217,48 Mill $

14.792,03 Mill $

-7.425,45 Mill $

Filipinas

14.177,63 Mill $

9.297,31 Mill $

-4.880,32 Mill $

Chile

16.469,48 Mill $

18.167,79 Mill $

1.698,31 Mill $

Australia

16.685,51 Mill $

34.593,35 Mill $

17.907,84 Mill $

Pakistán

5.123,66 Mill $

2.135,15 Mill $

-2.988,51 Mill $

Turquía

16.745,66 Mill $

15.292,98 Mill $

-1.452,68 Mill $

Sri Lanka

3.015,59 Mill $

368,21 Mill $

-2.647,38 Mill $

Colombia

17.690,35 Mill $

19.037,61 Mill $

1.347,26 Mill $

Perú

9.363,19 Mill $

11.223,80 Mill $

1.860,61 Mill $

Nicaragua

4.622,33 Mill $

2.940,99 Mill $

-1.681,34 Mill $

Noruega

6.583,33 Mill $

4.592,04 Mill $

-1.991,29 Mill $

Costa Rica

11.634,91 Mill $

9.676,79 Mill $

-1.958,12 Mill $

Rep. Dominicana

7.505,43 Mill $

13.081,66 Mill $

5.576,23 Mill $

Emiratos AU

7.474,43 Mill $

26.969,31 Mill $

19.494,88 Mill $

Nueva Zelanda

5.617,04 Mill $

4.499,42 Mill $

-1.117,62 Mill $

Argentina

7.092,16 Mill $

9.171,00 Mill $

2.078,84 Mill $

Ecuador

8.524,31 Mill $

7.531,65 Mill $

-992,66 Mill $

Guatemala

5.019,89 Mill $

9.714,80 Mill $

4.694,91 Mill $

Egipto

2.546,00 Mill $

6.092,02 Mill $

3.546,02 Mill $

Arabia Saudita

12.733,73 Mill $

13.177,01 Mill $

443,28 Mill $

Fuente: Carlos Arenas Laorga, datos de la OMC. Por motivos de sencillez hemos quitado muchos países.

Además de ser la mayor economía del planeta, Estados Unidos tiene un privilegio singular: imprime la moneda de reserva mundial. El dólar no es solo su divisa; es el activo más demandado del planeta. Y eso le permite consumir más de lo que produce sin que el mundo lo penalice por ello. De hecho, es el mundo el que financia ese déficit comprando bonos del Tesoro o invirtiendo en sus activos financieros. O, dicho de otra forma: mientras otros países necesitan exportar para sobrevivir, EE.UU. puede importar sin remordimientos… y sin consecuencias inmediatas. El déficit comercial, en este contexto, es casi una expresión de poder. No hay país más confiable a la hora de asumir deuda. Por eso, cuando vemos cifras como los -123.500 millones con Vietnam, o los -74.000 millones con Taiwán, no estamos ante una señal de debilidad, sino ante un síntoma de confianza global. Todos quieren venderle a Estados Unidos. Y todos confían en que les pagará.

Buena parte de ese déficit responde también al patrón de consumo estadounidense. Que compre más de lo que vende no es sorprendente. Es simplemente coherente con su estructura productiva y su modelo económico. Y muchas veces, lo que no se ve en la balanza comercial —servicios financieros, propiedad intelectual, plataformas digitales, defensa o liderazgo tecnológico— tiene un peso creciente y difícil de medir con las métricas tradicionales del comercio.

Eso no quiere decir que el déficit sea inocuo. Un desequilibrio comercial sostenido y mal gestionado puede, en determinadas circunstancias, generar dependencia exterior, volatilidad financiera o pérdida de competitividad. Pero eso ocurre cuando el déficit es síntoma de un problema estructural profundo, no cuando es parte de un equilibrio funcional en una economía abierta, dinámica y confiable. Y en ese sentido, Estados Unidos no tiene un problema.

Y, además, no olvidemos que el comercio mundial es una partida de muchos jugadores donde los déficits de unos son los superávits de otros. No se trata de ganar o perder. Se trata de intercambiar. Hoy tú compras, mañana vendes. Hoy importas bienes, mañana exportas servicios. La economía moderna es compleja: no todo lo que se comercia cabe en un contenedor. ¿Cuánto exporta Estados Unidos en forma de series, patentes, licencias, universidades, datos o entretenimiento?

Tener déficit comercial no es, por sí mismo, un mal síntoma. A veces es, precisamente, una muestra de fortaleza. El país que todo el mundo quiere como cliente no siempre necesita ser vendedor. Estados Unidos es, en muchos sentidos, el gran comprador mundial. Y eso, más que una debilidad, es un reflejo de su rol hegemónico. Así que la próxima vez que alguien hable con dramatismo del déficit comercial estadounidense, recuerda esto: yo tengo déficit con la panadería. Y, sinceramente, no perdono la porra de los domingos.