En un contexto de reducción de la inflación y de recortes de tipos de interés en todo el mundo, la economía mundial sigue ofreciendo unas perspectivas manifiestamente heterogéneas de cara al próximo año. Al igual que en los últimos años, Estados Unidos y la India lideran la actividad económica, mientras que las economías más débiles de Europa y China están tratando de estimular su crecimiento.
Ante la solidez de los mercados laborales y del crecimiento de los beneficios y el repunte de la inversión empresarial en Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado recientemente al alza su previsión de crecimiento de la economía estadounidense en 2025 al 2,2%, contrarrestando así su revisión a la baja de otros mercados desarrollados, como las principales economías europeas. Por su parte, China continúa enfrentándose a un mercado inmobiliario en crisis y a la posibilidad de una guerra comercial tras la victoria del presidente electo Donald Trump en las elecciones del pasado 5 de noviembre.
«Tiendo a pensar en el contexto mundial en términos de oportunidades y dificultades», señala el gestor de renta variable Rob Lovelace. «Estados Unidos disfruta de numerosas oportunidades a nivel económico, industrial y empresarial. Japón está comenzando también a acceder a ciertas oportunidades. Y creo que tanto Europa como China se enfrentan a serias dificultades en este momento».
La solidez de la economía estadounidense sigue siendo uno de los pilares del crecimiento mundial
Bienvenidos a la economía Benjamin Button
¿Puede la solidez de la economía estadounidense impulsar la economía mundial y los mercados financieros? Eso es justo lo que está intentando hacer la mayor economía del mundo.
Por extraño que pueda parecer, la economía estadounidense parece seguir el ejemplo de la película de 2008 El curioso caso de Benjamin Button. Los más cinéfilos recordarán que el protagonista de la película, interpretado por Brad Pitt, va haciéndose cada vez más joven y pasa de ser un anciano a ser un niño.
"La economía estadounidense está evolucionando de manera similar», señala Jared Franz, economista de Capital Group. «En lugar de avanzar en el marco del típico ciclo económico de cuatro etapas que ha caracterizado la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, la economía parece estar pasando de la fase final del ciclo a la intermedia, evitando así la recesión”.
Normalmente, la fase intermedia del ciclo económico se caracteriza por el aumento de los beneficios empresariales, la aceleración de la demanda de crédito, la reducción de las presiones de costes y la transición hacia una política monetaria neutral. «Estas cuatro características las hemos visto ya en 2024», señala Franz. «Creo que Estados Unidos se dirige hacia un periodo de expansión de varios años y que podría esquivar la recesión hasta 2028».
El ciclo económico estadounidense parece estar yendo hacia atrás
En términos históricos, y según el análisis realizado por Capital Group de los ciclos económicos y la rentabilidad desde 1973, la fase intermedia del ciclo ha ofrecido un contexto favorable a la renta variable estadounidense, con una rentabilidad media del 14% anual.
Como siempre, es importante recordar que los resultados obtenidos en el pasado no son indicativos de resultados futuros. «Pero si la economía estadounidense continúa creciendo a buen ritmo», añade Franz, «podría ofrecer una coyuntura favorable a los mercados».
La previsión de Franz sobre el crecimiento de la economía estadounidense es más optimista que la del FMI. En su opinión, la economía de Estados Unidos podría crecer a una tasa anualizada del 2,5% al 3% en 2025, e incluso más si Trump logra rebajar rápidamente los impuestos y reducir la normativa gubernamental, tal y como prometió durante su campaña electoral. Según Franz, lo más probable es que la elección de Trump, junto a la aplastante victoria del Partido Republicano en la Cámara de Representantes y el Senado, se traduzca en un mayor crecimiento económico, pero también en un nivel más elevado de inflación y de tipos de interés de lo que se esperaba.
Disparidad de perspectivas fuera de Estados Unidos
Fuera de Estados Unidos, la divergencia es mayor. Se espera que ciertas economías, como La India, generen algunas de las mayores tasas de crecimiento y lideren la economía mundial. Según el FMI, la economía india podría crecer un 6,5% en 2025, impulsada por una mano de obra joven y en expansión. La India también se beneficia de la tendencia de cambio en las cadenas globales de suministro que se ha registrado desde la pandemia, que le ha permitido ampliar su base de producción en los ámbitos de la telefonía móvil, los electrodomésticos y los productos farmacéuticos, entre otros.
La economía europea sigue debatiéndose entre la expansión y la contracción. Se prevé que el crecimiento se sitúe en torno al 1%, como consecuencia de la guerra de Ucrania, los elevados precios de la energía y los estrechos vínculos con la débil economía china. En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) comenzó este año a recortar los tipos de interés antes de que lo hiciera la Reserva Federal de Estados Unidos, en un intento de reactivar la economía de la eurozona.
Por su parte, el gobierno chino ha puesto en marcha un programa masivo de medidas de estímulo diseñado para revertir la debilidad crónica del mercado inmobiliario del país y la ralentización de la producción industrial. Entre las políticas orientadas al crecimiento de China destacan los recortes de tipos de interés, la reducción de los tipos hipotecarios y un paquete de medidas por valor de 1,4 billones de dólares para ayudar a los gobiernos locales a hacer frente a la creciente carga de la deuda. De cara al futuro, el papel de China en el comercio internacional se ve amenazado por la promesa del nuevo gobierno de Trump de aumentar los aranceles sobre las importaciones chinas.
Dónde invertir en un entorno de recortes de tipos
Con el fin de reforzar las expectativas de crecimiento económico, los principales bancos centrales de todo el mundo (la Reserva Federal, el BCE, el Banco de Inglaterra y el Banco Popular de China) se han comprometido a flexibilizar su política monetaria en los últimos meses de 2024.
La Reserva Federal, a menudo considerada el banco central del mundo, ha recortado los tipos de interés en varias ocasiones desde septiembre, preparando así el terreno para lo que podría ser un entorno favorable para los mercados financieros en 2025. Los recortes de tipos de interés han favorecido tanto a los inversores de renta variable como a los de renta fija en los periodos de expansión de la economía.
De los siete recortes de tipos que ha acometido la Reserva Federal desde 1984, tres de ellos han tenido lugar fuera del marco de una recesión. En estos casos, el índice S&P 500 ha registrado una rentabilidad media del 27,9% entre el primer y último recorte, y la mayoría de los sectores han registrado ganancias superiores al 10%.
Los recortes de tipos han impulsado tanto a la renta fija como a la renta variable en contextos de solidez de la economía
En las ocasiones en las que los ciclos de recortes de tipos han precedido a una recesión, la renta variable no ha registrado buenos resultados. Pero la renta fija ha obtenido una sólida rentabilidad tanto en ciclos de recortes con recesión como en los que no se ha registrado una recesión, superando de manera significativa a las inversiones equivalentes al efectivo en los periodos no recesivos.
John Queen, gestor de renta fija, piensa que la economía continuará mejorando de cara al próximo año y que la Reserva Federal solo trata de normalizar los tipos de interés, reduciéndolos a un nivel en el que ya no se consideren restrictivos. Esa era la hipótesis de base antes de las elecciones estadounidenses, y ahora lo es con más razón.
“La Reserva Federal está recortando los tipos de interés porque quiere», afirma Queen, «no porque tenga que hacerlo”.