Nuestro análisis muestra que el oro tiene una baja correlación tanto con la renta variable como con la renta fija y, por tanto, debería contribuir en gran medida a un esfuerzo de diversificación.
El oro se comporta de manera muy diferente a otros activos. Por un lado, es un activo defensivo, que a menudo compite con los bonos como refugio seguro frente a la volatilidad general del mercado. Por otro lado, tiene rasgos cíclicos porque sube en épocas de inflación, que suele generarse en periodos de fuerte crecimiento económico. Esta dualidad del oro ayuda a explicar su baja correlación con los activos tradicionales.
Los encuestados señalaron la "cobertura contra la inflación" como la segunda razón más popular para tener oro (35%), seguida de la "cobertura contra la volatilidad de los mercados financieros" (31%) y la "cobertura contra la volatilidad geopolítica" (27%).
Participación óptima de oro en una cartera
La inclusión del oro en una cartera de otros activos puede aumentar la ratio de Sharpe de una cartera y reducir los peores rendimientos de 12 meses. Lo ilustramos con un ejemplo que se basa en datos de 1973 a 2024.
1. Empezamos con una cartera de renta fija (60%) y renta variable (40%) y sin oro: es el punto 0 en el eje horizontal. La ratio de Sharpe de esta cartera es de 0,41 y la peor rentabilidad en 12 meses es del -17%.
2. A medida que avanzamos por el eje horizontal introducimos algo de oro en la cartera. El resto de la cartera mantiene una proporción de 60/40 entre renta fija y variable.
3. A medida que aumentamos las participaciones de oro, las ratios de Sharpe aumentan y los peores rendimientos a 12 meses disminuyen, hasta cierto punto (antes de volver a deteriorarse).
4. La ratio máxima de Sharpe (cartera A) se alcanza con un 13% de oro (mientras que el resto de la cartera está compuesta por un 52% de renta fija y un 35% de renta variable). La ratio de Sharpe es de 0,45 en esta cartera.
5. El peor rendimiento mínimo en 12 meses (cartera B) se consigue con un 30% de oro (donde el resto de la cartera es un 42% de renta fija y un 28 % de renta variable). La peor rentabilidad en 12 meses es del -13% en esta cartera.
Nuestro estudio indica que la participación media de oro es sólo del 5,42%, muy por debajo de la óptima para maximizar la ratio de Sharpe. De hecho, menos del 14% de los inversores encuestados tienen suficiente oro para maximizar su ratio de Sharpe (suponiendo que la renta variable y la renta fija sean los pilares de su cartera).
Riesgos de cobertura
Hemos establecido que los inversores tienen oro para cubrir diversos riesgos, pero ¿cuál es la percepción actual del mercado sobre esos riesgos y cómo podrían evolucionar?
Riesgos en los mercados financieros
Varios indicadores miden la ansiedad de los mercados, como el VIX y MOVE, junto con encuestas directas a los inversores. Por el momento, ninguna de estas medidas indica una preocupación inmediata. Sin embargo, los riesgos pueden agravarse rápidamente, como se vio en agosto de 2024, cuando una operación de carry trade en yenes desató temores en los mercados financieros mundiales.
Con varios índices bursátiles alcanzando máximos históricos, y la preocupación de que estas ganancias estén muy concentradas, muchos inversores buscan formas de protegerse frente a un posible retroceso del mercado. El oro es una herramienta clave en este contexto.
Riesgos económicos
La economía mundial ha dado muestras de resiliencia a lo largo del último ciclo, y la probabilidad de una recesión en el próximo año se considera baja. Sin embargo, la incertidumbre política sigue siendo una preocupación importante para muchos inversores.
En Estados Unidos, ha llegado al poder una nueva administración muy centrada en las políticas comerciales. En caso de que el presidente electo Donald Trump imponga nuevos aranceles, en lugar de utilizarlos como herramientas de negociación, podría plantear desafíos al crecimiento económico mundial. En este escenario, el oro puede convertirse en un activo preferente para cubrir estos riesgos.
Riesgos geopolíticos
A lo largo de 2024, los precios del oro se vieron respaldados por el aumento de las tensiones geopolíticas. La guerra entre Rusia y Ucrania y los conflictos entre Israel, Hamás y Hezbolá dominaron las preocupaciones de los inversores. Más recientemente, la caída del régimen de Assad en Siria ha creado incertidumbre, en particular para Rusia, aliado clave de Assad. Las bases militares rusas en Siria se enfrentan ahora a un futuro incierto, lo que hace temer posibles escaladas.
En noviembre de 2024, el uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos y el Reino Unido provocó ataques de represalia por parte de Rusia. Junto con las modificaciones de la doctrina nuclear rusa, persiste el temor a una nueva escalada.
El presidente electo Trump ha prometido una rápida resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, parece improbable lograrlo sin concesiones significativas por parte de Ucrania y la OTAN, lo que sugiere que pueden persistir los riesgos geopolíticos.
Irán, otro partidario clave del régimen de Assad, se enfrenta a una situación igualmente precaria. El debilitamiento de Hamás, Hezbolá y la alianza con Assad socava la influencia regional de Irán. Además, Estados Unidos podría aplicar sanciones más rigurosas contra Irán, lo que podría provocar respuestas impredecibles por parte de Teherán.
A pesar de que el posicionamiento especulativo en futuros del oro ha disminuido ligeramente, desde más de 300.000 contratos largos netos a principios de octubre de 2024 hasta justo por debajo de ese nivel en la actualidad, las actuales tensiones geopolíticas pueden hacer que la posición aumente de nuevo.
Conclusiones
Los inversores profesionales consideran acertadamente el oro como una cobertura contra la inflación, las turbulencias de los mercados financieros, las tensiones económicas y el caos geopolítico. Aunque es posible que algunos de estos riesgos no ocupen hoy el primer plano de las preocupaciones de los inversores, la cobertura frente a la posible escalada de los riesgos de cola sigue siendo muy valiosa.
También coincidimos con la opinión de los inversores encuestados de que el oro es un excelente diversificador de carteras. Nuestro análisis confirma que la incorporación del oro a una cartera mejora los resultados globales, lo cual aumenta la rentabilidad al tiempo que gestiona eficazmente el riesgo.