Como suele ser habitual en estas fechas, los expertos dan a conocer sus estimaciones para el 2023. Hoy es el turno a BofA con respecto al mercado americano, y comentan que entre sus posicionamiento destacan:
- Calidad, al menos en la primera mitad del 2023, cuando veamos ralentización del crecimiento y el final del dinero fácil
- Apoyo cíclico y secular
- La deslocalización está en marcha y la inversión en fabricación de EE.UU. continuará acelerándose
- Un cambio para la economía de EE.UU y favorecería a las pequeñas empresas industriales
- Financieras bien capitalizadas y consumo estable
- Las limitaciones del suministro de petróleo indican que las energías fósiles y las renovables podrían tener un rendimiento superior en 2023
- Sobre ponderación en servicios públicos - muy correlacionado con los bonos, que tendrá una primera mitad muy favorable
- Los valores de la vieja economía más que los de la nueva
El equipo de estrategia y cuantitativos de BofA comentan que el 2022 inició con un proceso muy necesario de lo que se considera la recuperación de los beneficios que se han recibido a través de múltiples décadas de caídas en los tipos de interés, estímulos de la Fed y de una política mundial de estímulos vía estímulos fiscales, que fueron in crescendo en 6 billones de dólares (trillones anglosajones) durante el COVID. A ello se sumaron estímulos empresariales a través de la congelación de despidos y programas de asistencia a los empleados en medio de una pandemia mundial.
La buena noticia según Savita Subramanian, Head of US Equity Strategy, es que hemos vuelto a un mercado más racional, con rendimientos reales pasando de negativos a positivos y valoraciones que ahora apoyan rentabilidades saludables del 5% anual durante la próxima década.
La mala noticia es que la retirada de dinero fácil podría empezar a afectar a la economía en 2023. Tras un año 2022 en la que vimos una correlación negativa del 96% entre los rendimientos del mercado y los rendimientos a dos del dos años.
Con este escenario, BofA establece que su objetivo para final del 2023 del S&P 500 es de 4.000 puntos, pero de aquí al final de año es probable que haya un mejor punto de entrada, ya que el mercado podría caer hasta los 3.000 puntos, basándose en una serie de indicadores, considerando el gran número de riesgos a los que nos enfrentamos y a medida que continúa la recuperación tras una recesión, con los beneficios empresariales cayendo 9% yoy, pero que es la mitad de lo que se ha vivido en una recesión típica.
En la nota comentan que el mercado toca fondo seis meses antes del fin de la recesión, con lo que para la primera mitad del 2023 es posible ver un repunte del mercado. Sin embargo, se mantiene infra ponderados en sectores de larga duración como servicios de comunicación, consumo discrecional y tecnología, además de materiales, debido a los riesgos de recesión.
Los riesgos en 2023 son aquellos que tengan un efecto de riqueza en la propiedad de activos de riesgo, como la renta variable y las criptomonedas, con pérdidas que podrían afectar no solo a los de mayor riqueza. También podría ser el riesgo de liquidez y los riesgos geopolíticos.
También comentan que a pesar de visionar un entorno recesivo en 2023, lo que si es diferente a recesiones anteriores es que el consumidor se encuentra con mejor salud financiera, con suficiente liquidez en los hogares, ya que durante la pandemia se vio un aumento de los depósitos en relación con el ingreso disponible, además, la mayoría de las hipotecas son a tipos de interés fijo.
Mientras que por el lado corporativo norteamericano, a diferencia de otros periodos recesivos, el porcentaje de la deuda a largo plazo y tipo fijo a pasado del 44% en 2007 al 77%: