¿Cuáles son las tres principales tendencias que observáis en la industria de los ETF?
La primera tendencia muy acusada es el aumento de la velocidad de entrada de flujos dentro de la tendencia. Es un tipo de activo en el que ha habido entradas compuestas en los últimos 10 años de entre el 15 y el 17%, pero es verdad que hemos visto una fuerte aceleración en los flujos en los últimos dos o tres años. De los flujos hasta mayo, que son unos 86.000 millones de euros a nivel europeo, se detectan claras tendencias. El 53% de los flujos ha entrado en renta variable global y renta variable Estados Unidos, un 29% y un 24% respectivamente, y el tercer activo en el que más entradas hemos visto ha sido en el de gobiernos globales, con alrededor de un 14%. La segunda tendencia es el aumento del peso y de la importancia de los flujos en ETFs de renta fija. Cabe destacar que las entradas desde el total de los 86.000 millones que hemos dicho, un 14% más o menos va a ETFs sostenibles. Sin embargo, en renta fija este porcentaje es casi el doble. Quiere decir que en renta fija alrededor del 28% de los flujos son en productos sostenibles, mientras que en renta variable no llega a un 10%. Esto obviamente es debido a la situación de tipos, que da para invertir en renta fija. La tercera tendencia ha sido el incremento del crecimiento en productos en ETFs de gestión activa. Es cierto que todavía suponen menos de un 2% del total; el total del mercado europeo de ETF es alrededor de 1.900 billones de euros. Pero es verdad que se ha visto un fuerte crecimiento durante el último año, especialmente.
Por primera vez los flujos en ETF de renta fija despuntan, ¿cuáles son las razones y cómo lo valoráis?
Hay tres razones principales para que los ETFs de renta fija estén teniendo mucha atracción en el mercado. Una de ellas, quizás la más importante, es la existencia de tipos positivos. Durante muchos años con tipos cero o negativos, el atractivo de este tipo de activo era prácticamente nulo. Ahora, con la subida de los tipos por parte de los bancos centrales en los últimos dos años, sin duda se ha ganado mucho atractivo. La falta de penetración en el mercado, igual que en renta variable, los ETFs tienen un peso muy elevado en la renta fija, pues tenían una penetración muy inferior, con lo cual esto es el segundo factor. Y el tercer factor que creemos que es muy importante son sus características que atraen al inversor final. Estas características pueden ser la transparencia, ya que se puede ver toda la cartera subyacente en tiempo real; la eficiencia en costes; y, por último, la liquidez. Los ETFs de renta fija durante mucho tiempo fueron criticados porque en situaciones de estrés del mercado podría ser que no dieran la liquidez suficiente. Sin embargo, hubo un caso que se publicó en un paper del Banco de Inglaterra en la crisis del coronavirus donde se vio que los ETFs de renta fija daban precio a sus activos subyacentes. Quiere decir que todos los bonos que había por debajo no cotizaban en el mercado y sin embargo los ETFs de renta fija cumplieron con esta labor de descubrimiento de precio y dieron liquidez a un mercado, dando la vuelta a la principal crítica de los detractores de los ETFs de renta fija. Desde BNP Paribas Asset Management apostamos por la renta fija, todos los productos que hemos lanzado desde 2017 son productos sostenibles y creemos que tienen un gran futuro por delante.
¿Cómo valoras la proliferación de ETF activos y su mayor cuota de mercado este año?
El crecimiento de los ETFs de gestión activa es grande aunque su cuota es todavía pequeña y lo que se ha detectado por parte del inversor final es un deseo de conseguir cierto alfa diferencial sobre todo los productos de beta tradicional. Es cierto que en el espectro de alfa y de ‘tracking error’ el cliente y el inversor hasta ahora ha buscado productos con un ‘tracking error’ no muy elevado. Es decir, han buscado un paso intermedio entre los productos de gestión activa tradicional con elevado ‘tracking error’ y productos de beta sin ‘tracking error’ y han dado un primer paso hacia productos con un ‘tracking error’ más o menos limitado. Por tipo de activo, sobre todo en la parte de equity se ha ido a productos de research fundamental y en la parte de renta fija se ha apostado por estrategias de deuda a muy corto plazo.
¿Cómo crees que se desarrollará el ETF, qué lugar ocupa y ocupará en las carteras en el medio-largo plazo?
La tendencia es a la innovación de los subyacentes. No tenemos que olvidar que hay ETFs de renta variable, ETFs de renta fija, ETFs sobre nuevos subyacentes como pueden ser las criptomonedas… con lo cual esta característica va a continuar en el futuro y pensamos que eso va a atraer, junto con el resto de características que mencionaba antes como la transparencia, la liquidez y la eficiencia en costes. En cuanto al posicionamiento de los diferentes segmentos de inversor, en el inversor institucional hemos detectado la utilización de ETFs y de fondos de gestión pasiva en la parte más núcleo o más core de las carteras, mientras que para el inversor no institucional (para el inversor final) hemos visto una tendencia, un cambio de una utilización más en la parte satélite o en la parte adyacente de la cartera y una utilización más táctica a una utilización cada vez más estratégica y más en el núcleo de la cartera. Pensamos que esa evolución va a continuar en el futuro.