El sentimiento de los inversores, medido por el Sentix, también es optimista. Sólo los inversores alemanes siguen un poco decaídos, aunque parece que su humor también está mejorando. De hecho, si observamos la relación entre la ratio precio/beneficio del S&P 500 y el índice VIX (como indicador de riesgo), se percibe un cierto aire de complacencia. En realidad, los inversores no están valorando los riesgos en absoluto.
Al mismo tiempo, los mercados financieros se han enfrentado a una dosis de realidad desde principios de año, ya que las noticias económicas han sido inesperadamente favorables y los principales bancos centrales han ido introduciendo cambios sutiles en sus mensajes. Dado que el consenso sigue esperando un crecimiento mundial saneado y una ralentización de la inflación, las expectativas de bajada de tipos de la Reserva Federal estadounidense (Fed) y del BCE han cambiado y ahora se están acercando a nuestras previsiones. Por su parte, la Fed nos ha dado algunas pistas sobre lo que podemos esperar. Si bien es probable que reduzca los tipos tres veces en lo que queda de año, como esperan los mercados, todavía no es del todo seguro.
A su vez, los últimos datos económicos sugieren que la probabilidad de una tendencia estable del crecimiento ha aumentado. Así pues, de momento, la recesión parece descartada. "Los bonos han vuelto”: Los bonos, como clase de activo, vuelven a ser atractivos, lo cual no es ninguna sorpresa tras la rápida reversión de los tipos en 2022. La novedad, sin embargo, es que la era de la "NIRP" (la "política de tipos de interés negativos", por sus siglas en inglés) también ha terminado.
Tras haber mantenido los tipos en terreno negativo durante años, el Banco de Japón (BoJ) cambió de rumbo a mediados de marzo y subió su tipo a corto plazo unos 10 puntos básicos, hasta el 0,10%. También se ha puesto fin a las medidas de control de la curva de tipos. Aunque el paso dado en los tipos es muy pequeño y el banco planea nuevas compras de bonos, lo importante es que el BoJ ha empezado a endurecer la política monetaria. La señal clave es que la entidad cree que su objetivo de inflación del 2% para dentro de dos años está por fin (!) más cerca y que los años dedicados a luchar contra la deflación están llegando a su fin.
No obstante, los inversores siguen teniendo que hacer frente a algunos retos. Las lecciones del pasado muestran que los activos de mayor riesgo, en particular la renta variable, podrían comportarse bien durante los próximos meses, siempre que la Fed y otros grandes bancos centrales consigan encauzar la economía hacia un aterrizaje suave, manteniendo la inflación baja a largo plazo y relajando la política monetaria. Si no logran alguno de estos objetivos (es decir, si estalla una recesión, si la inflación vuelve a acelerarse o si, en contra de lo esperado, la política monetaria sigue siendo restrictiva), los mercados se sentirían bastante decepcionados. El sentimiento a corto plazo en los mercados financieros podría verse afectado si los analistas empiezan a esperar que las medidas de relajación sean menores o empiecen más tarde y si la inflación sorprende al alza.
Teniendo en cuenta el escenario actual, la siguiente asignación estratégica para la renta variable y la renta fija podría ser adecuada:
- Las perspectivas favorables para la renta variable están respaldadas por los fundamentales, en particular por el escenario predominante de aterrizaje suave.
- Es probable que aumente la volatilidad. Los principales bancos centrales continuarán aplicando probablemente medidas de ajuste monetario cuantitativo. Aunque los mercados están valorando la posibilidad de recortes de tipos, los inversores no deben olvidar que los bancos centrales seguirán normalizando sus balances, lo que repercutirá en la liquidez.
- Aunque los ánimos están muy animados, existe la posibilidad de que se produzcan caídas. Hay valoraciones demasiado elevadas, y los mercados de renta variable parecen estar valorando la hipótesis de "lo mejor de todos los mundos".
- Una ralentización del crecimiento afectaría a los beneficios de las empresas, y eso podría ser una mala noticia teniendo en cuenta que algunas valoraciones, por ejemplo las de los valores tecnológicos, parecen estar claramente elevadas.
- En el entorno actual parece razonable centrarse en valores de alta calidad con fuertes flujos de caja (idealmente valores no cíclicos) y en estrategias que se basen en el reparto constante de dividendos.
- Si el BCE y la Fed bajan los tipos como se espera, es probable que las curvas de tipos se empinen.
- Las primas de riesgo de los bonos corporativos ("spreads") deberían verse respaldadas por la actitud predominante de "risk on" y algo de carry. Los inversores que prevean una ralentización cíclica deberían centrarse en los bonos de alta calificación.
Tema de inversión:
el regreso de las estrategias multiactivo
- Las filosofías de inversión multiactivo atravesaron dificultades durante la época de tipos de interés bajos o negativos. Toda una clase de activos se quedó prácticamente fuera de juego, ya que la inversión en renta fija dejó de tener sentido.
- Además, 2022 fue un año muy difícil para los mercados, con rentabilidades negativas en muchas clases de activos y pérdidas tanto en renta variable como en renta fija. La diversificación fue casi imposible.
- La política monetaria fue lo que más influyó en los mercados; cambió completamente de rumbo, de expansiva a restrictiva, y la inflación se disparó en casi todos los países del mundo. Ni la renta variable ni la renta fija afrontaron bien ese cambio de rumbo. Su correlación alcanzó un alto valor positivo, que rara vez se había registrado en el pasado.
- Recientemente, sin embargo, la correlación ha vuelto a acercarse a cero. Si esta evolución continúa o si la correlación llega incluso a ser negativa, las soluciones multiactivos podrían volver a resultar imprescindibles.
- En esta época de cambios, tiene más sentido que nunca "no poner todos los huevos en la misma cesta". Si la inflación se acelera y aumenta la incertidumbre, las inversiones en renta fija ya no son suficientes.
- Sin embargo, una mayor rentabilidad implica mayores riesgos. Eso significa que tendrá que ajustar su cartera de inversiones en función de sus preferencias de riesgo-rentabilidad.
- Desde el punto de vista del comportamiento, las soluciones multiactivos ayudan a los inversores a adoptar una estrategia a más largo plazo.
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