Conforme avanza la primavera en el hemisferio norte, se van abriendo paso temas de inversión que en 2023 eran difíciles de prever. 

1. El regreso de la amplitud

A principios de 2023, los 7 Magníficos representaban menos del 20 % del índice S&P 500. Ese grupo fue capaz de generar dos tercios de la rentabilidad de 2023 y ha seguido aventajando al índice en 2024. Ahora comprende casi el 30 % del índice y ha impulsado la concentración del mercado a su nivel más alto en 50 años. 

Sin embargo, parece que esta tendencia está empezando a debilitarse. Debido a la rentabilidad negativa de Tesla y Apple en lo que va de año, el grupo se ha visto reducido a los 5 Magníficos. A finales de 2023, notamos un aumento en la amplitud del mercado que, en nuestra opinión, se intensificará a lo largo de 2024. Este incremento se debe en gran medida a la mayor rentabilidad del «S&P 493», así como de las empresas de pequeña y mediana capitalización.

La concentración siempre ha sido históricamente elevada en periodos de incertidumbre económica. A medida que disminuye la incertidumbre macroeconómica, la amplitud del mercado mejora. Esto es precisamente lo que estamos viendo ahora, lo que está llevando a que las previsiones de un aterrizaje brusco evolucionen hacia un aterrizaje suave, e incluso a la posibilidad de que no haya aterrizaje alguno. Este podría ser un buen momento para aumentar la exposición a la renta variable, con la flexibilidad para neutralizar los riesgos inherentes a los mercados concentrados si finalmente la situación tarda en resolverse. 

2. En EE. UU., el pequeño vuelve a ser grande 

Prevemos un crecimiento modesto junto con una inflación y unos tipos de interés moderados. Este debería ser un entorno favorable para las empresas de pequeña y mediana capitalización, que se quedaron notablemente rezagadas en 2023 y han estado muy por debajo de las rentabilidades de los índices durante la mayor parte de los últimos 13 años. Las compañías de pequeña capitalización no habían estado tan infravaloradas en relación con las de gran capitalización desde la burbuja de las puntocom.

Además, los universos de pequeña y mediana capitalización están volviéndose cada vez más ineficientes debido a una menor cobertura por el lado vendedor, un mayor trading en ETF y al rápido aumento de las compañías no rentables de baja capitalización en el índice Russell 2000 tras el auge de las SPAC en 2020-2021. En resumen, creemos que las empresas de pequeña y mediana capitalización están a punto de experimentar un periodo de rentabilidad positiva, y pensamos que ello beneficiará a los inversores activos. 

3. Es el momento de encontrar el valor en el segmento «Value» 

Al igual que las empresas de pequeña capitalización, las acciones value han ido notablemente rezagadas en 2023 y durante la mayor parte de la última década (aunque despuntaron en Europa y Japón en 2023). Esta rentabilidad por debajo del índice de referencia ha continuado en 2024 y ha provocado que los índices bursátiles estadounidenses no solo estén más concentrados en valores de megacapitalización, sino también en cuanto a sectores y factores. Los inversores que utilizan estos índices como referencia están cada vez más expuestos a estas áreas. Y dado el considerable peso de Estados Unidos en los índices globales, esta concentración también se refleja en las carteras globales.

En contraste con las carteras de inversores que optaron por el segmento growth debido a la dinámica del mercado y están expuestas al riesgo de un cambio de tendencia, las acciones value ofrecen una mezcla interesante de potencial alcista y diversificación. Las asignaciones value pueden enfocarse en la calidad, oportunidades temáticas o individuales, así como en los dividendos para aquellos que buscan ingresos, especialmente ahora que los tipos comienzan a moderarse. 

4. Japón: ¡esta vez es diferente!

Durante los últimos 30 años, el crecimiento del PIB nominal japonés ha estado en torno al 0 %. Ahora se sitúa entre el 3 y 5 %. La economía, impulsada por el sólido crecimiento de los salarios y el poder de fijación de precios de las empresas, parece estar dejando atrás el entorno deflacionista al que ha sido sometida durante años. Asimismo, los inversores se sienten optimistas ante las medidas adoptadas para reformar las empresas, que cada vez se centran más en la rentabilidad del capital. El proceso de reforma empresarial es real y aún tardará muchos años en completarse.

Estos importantes cambios se enmarcan en un contexto de valoraciones, en nuestra opinión, razonables. A pesar de las ganancias acumuladas en lo que va de año, el mercado de renta variable de Japón presenta una valoración media de 20 años de trayectoria y cotiza a dos tercios del múltiplo de Estados Unidos. En definitiva, consideramos que se trata de un punto de entrada atractivo a lo que sigue siendo un repunte impulsado por indicadores fundamentales.

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