Hasta 2025, nuestro equipo ha centrado cada vez más su atención en los posibles riesgos a la baja derivados del cambio de políticas que se está llevando a cabo en Washington DC. Por lo tanto, no nos sorprendieron ni la reciente volatilidad de la guerra comercial ni los comentarios de Trump sobre un inminente periodo de "transición" económica.

Para los pesimistas o bajistas del mercado, la "transición" de Trump podría señalar una "recesión". La creencia es la siguiente: los recortes en el gasto público equivalen a una contracción fiscal, al menos a corto plazo. Mientras tanto, los aranceles generan incertidumbre e inflación, lo que dificulta que las empresas contraten, inviertan y prevean ventas de manera precisa. Al mismo tiempo, las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados podrían, a su vez, mantener los precios y salarios, aunque afecten la demanda del consumidor en EE. UU. (la mayoría de los inmigrantes compran productos en la zona en la
que viven en lugar de depender de productos que vienen de otros países).

Estas son las preocupaciones colectivas detrás de los rumores de recesión, que coinciden con nuestras opiniones previas, por lo que consideramos que no parecen infundadas. Sin embargo, no abordan preguntas clave: ¿por qué Trump se arriesgaría conscientemente a una recesión?, ¿cuál es la estrategia que hay detrás de su enfoque?, ¿está emulando la postura radical del presidente argentino Javier Milei? (Consulte nuestro Gráfico de la Semana). ¿Qué podría salir bien?

Comencemos por entender que ahora es el momento para que el presidente Trump actúe, cuando puede demostrar a sus votantes que está comprometido con su agenda y que puede mitigar cualquier posible daño o efecto negativo derivado de sus decisiones antes de las elecciones de mitad de mandato en 2026.

Si bien los titulares recientes se han centrado en las guerras comerciales de Trump, muchas de sus políticas son favorables al crecimiento: pensemos en las medidas de alivio fiscal, la desregulación, la relocalización de fábricas, etc. Estos esfuerzos podrían fortalecer la economía con el tiempo.

Cabe señalar que si la volatilidad de la guerra comercial supera el poco definido "umbral de dolor" de Trump, podría anunciar de forma inesperada avances en las negociaciones. Esto podría haber sucedido mientras estábamos yendo a maquetar este informe, o incluso mientras lee esto.

Curiosamente, si surgen temores sobre una desaceleración en EE. UU., aunque no sean buenos para los mercados, podrían generar bajadas más rápidas de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) y un mayor estímulo fiscal. Eso podría permitir a Trump decir a los votantes que cumplió con sus promesas antes de las elecciones de mitad de mandato el año que viene.

Claves de la próxima semana

Preparémonos: la próxima semana podría ser interesante. Se espera una avalancha de datos económicos junto con una serie de anuncios importantes de políticas monetarias y fiscales.

Para los europeos, la atención se centrará en el debate sobre el freno a la deuda en Alemania. Los inversores quieren saber si el probable próximo canciller alemán, Friedrich Merz, podrá obtener apoyo para liberar las restricciones fiscales del país, un cambio que podría aumentar el gasto en armamento e infraestructuras. Mientras tanto, el jueves 20 de marzo, los responsables de la política del Banco de Inglaterra (BoE) podrían decidir mantener los tipos estables tras la reducción del mes pasado. El gobernador del banco señaló recientemente que la guerra comercial de Trump podría tener un impacto "sustancial". Desde el punto de vista económico, los informes regionales clave a seguir incluyen el Índice de Sentimiento Económico ZEW de Alemania, la confianza del consumidor en la zona euro y el desempleo en Reino Unido.

Desde la perspectiva de EE. UU., los servicios del gobierno que no sean esenciales se cerrarán en la medianoche del viernes 14 de marzo si el Congreso no llega a un acuerdo sobre un plan de financiación del gobierno. Al mismo tiempo, aunque la próxima ronda de aranceles de EE. UU. no está programada para entrar en vigor hasta el 2 de abril, Trump podría sorprender con nuevos anuncios sobre la guerra comercial en cualquier momento. En este contexto, el miércoles 19 de marzo, se reunirá la Fed., y los mercados de futuros actualmente predicen que no habrá cambios en los tipos. Para los alcistas, la próxima semana también se publicarán las ventas minoristas de EE. UU., la producción industrial y una serie de datos relacionados con la vivienda.

Los inversores asiáticos probablemente estarán atentos a los desarrollos internacionales mientras digieren acontecimientos locales clave. Esto incluye decisiones de política monetaria consecutivas por parte del Banco de Japón (BoJ) y el Banco Popular de China el miércoles 19 de marzo y el jueves 20 de marzo, respectivamente. Aunque Japón aún no ha sido blanco de la guerra comercial del presidente Trump, China ha sido afectada dos veces y ha comenzado a tomar represalias. Las cifras económicas regionales a las que prestaremos atención son las ventas minoristas y la producción industrial de China, así como las importaciones y exportaciones de Japón y la inflación del IPC japonés.