De hecho, el 95% de las compañías existentes no son cotizadas… Estas empresas pueden ser, desde conocidas marcas que usas o que compras en el supermercado, hasta empresas tecnológicas emergentes que necesitan financiación para expandirse. Al participar en private equity, los inversores contribuyen al desarrollo de estas compañías.

¿Por qué considerar el private equity en una cartera de inversión?

  1. Oportunidad de altos retornos: las empresas no cotizadas suelen ofrecer un potencial de retorno superior al de los activos públicos. Los gestores de fondos de private equity efectúan estrategias activas para aumentar el valor de estas empresas, lo que puede traducirse en rentabilidades netas que superan ampliamente el promedio de los mercados públicos.

  2. Acceso exclusivo a sectores en crecimiento: al invertir en private equity, es posible acceder a sectores o empresas con alto potencial de crecimiento que, al no estar en bolsa, no sufren la presión de los resultados trimestrales y se enfocan en estrategias a largo plazo.
  3. Menor exposición a la volatilidad del mercado público: las empresas no cotizadas no se ven afectadas por la fluctuación diaria del mercado de valores. Esto permite a los inversores mantener una posición estable en sus carteras, reduciendo el impacto de los cambios bruscos de los mercados públicos.
  4. Diversificación de la cartera: incluir private equity en una cartera ayuda a diversificar los riesgos y a reducir la correlación con activos tradicionales, como acciones o bonos. Esta diversificación resulta crucial, especialmente en tiempos de incertidumbre económica, como hemos visto en los últimos años​.
  5. Participación en la creación de valor: el private equity no solo busca capitalizar el crecimiento de las empresas, sino que también facilita la transformación de compañías mediante mejoras operativas y estratégicas. Esta creación de valor ofrece beneficios tangibles tanto para las empresas como para los inversores.

En un contexto de carteras diversificadas, el private equity se convierte en un complemento poderoso. Tal como enfatizamos al hablar de estrategias de diversificación, añadir activos de capital privado puede ofrecer una exposición a rentabilidades superiores, mitigando riesgos y optimizando el rendimiento a largo plazo​. Así, los inversores que buscan una estrategia balanceada encuentran en el private equity una herramienta clave para gestionar el riesgo de manera más efectiva.

Más aún, los retornos del private equity pueden ser mucho más interesantes que los de los mercados públicos. Al haber más compañías no cotizadas, las oportunidades de inversión se multiplican y, al existir muchas empresas en fases iniciales, el potencial de muchas de ellas es enorme.