Con el comienzo de octubre, ¿qué balance hacéis de lo que llevamos de año?
Se está viendo un poco de inestabilidad a principio de este mes, pero eso no cambia el balance que lleva el año. Está siendo un año muy positivo, con una economía americana más resiliente de lo previsto y subidas para las bolsas europeas y americanas en doble dígitos. Además, los movimientos que los bancos centrales han efectuado el mes pasado han apoyado también a la renta fija. Y de momento, a pesar de esas tensiones geopolíticas que estamos viendo entre Israel e Irán, parece que los mercados en el balance del año siguen apoyando la tesis de un aterrizaje suave, respaldada por beneficios empresariales que son sólidos y políticas monetarias menos restrictivas.
Estamos viendo como hay sacudidas en las bolsas asiáticas, en EEUU de momento se aguanta bien, y en Europa vamos a la sombra de lo que se haga al otro lado del Atlántico. Esta semana tenemos varios datos macro y queda menos para las elecciones estadounidenses… ¿Aguantará todo esto?
El panorama actual es ciertamente complejo. Las economías asiática, en especial China, se están enfrentando a desafíos estructurales, incluyendo una desaceleración económica derivada de la crisis inmobiliaria y de las restricciones gubernamentales al sector tecnológico. Sin embargo, parece que el paquete de medidas que el gobierno chino ha tomado recientemente fue recibido bien por parte de los mercados.
Por otra parte, si es verdad que el mercado estadounidense ha mostrado una resistencia notable, impulsada por la fortaleza de las grandes empresas tecnológicas y la resiliencia del consumidor americano; ahora se siguen con mucho interés, tanto las elecciones presidenciales que están cargadas de incertidumbre y como el dato de empleo de este viernes que se acerca a un punto de inflexión.
Y finalmente, la economía europea ha mostrado signos de estancamiento, especialmente en el sector manufacturero alemán, que según el dato de PMI se contrae al ritmo más rápido en un año. Todo esto claramente induce cautela, aunque el sentimiento de que la inflación se encuentra, relativamente, bajo control hace esperar que los bancos centrales puedan enfocarse en su labor de sostener el crecimiento relajando las condiciones financieras según sea necesario, por lo que nosotros estamos positivos.
Con el panorama actual, ¿cómo estáis gestionando las carteras de vuestros inversores?
Ante la incertidumbre estamos apostando por una diversificación estratégica, tanto a nivel de selección de activos como a nivel geográfico y sectorial. Durante el verano habíamos sobreponderado la renta variable, mientras que ahora para el final del año abogamos para recoger beneficios y adoptar un planteamiento más neutral.
En la parte de renta fija preferimos grado de inversión en vez de alto rendimiento, cuyo peso hemos reducido recientemente. Y también favorecemos duraciones medio-cortas, ya que el mercado parece haber puesto en precio demasiadas bajadas de tipos y un repunte en la inflación sigue siendo un riesgo potencial.
¿Por qué sectores apostáis?
Partiendo de la premisa de que evitamos tener sesgos excesivos con respecto al índice de referencia, estamos favoreciendo empresas de calidad con balances sólidos, ventajas competitivas sostenibles y flujos de caja recurrentes. Nos gusta también el sector salud y las empresas que pagan dividendos sostenibles.
Finalmente consideramos que en un entorno de condiciones financieras menos restrictivas, las pequeñas y medianas empresas deberían también beneficiarse gracias a costes de financiación más reducidos.
Estamos viendo al petróleo lejos de los 100 dólares y al oro salirse, ¿qué opináis vosotros?
Relativamente al petróleo seguramente hay incertidumbres sobre si la demanda global en general y China en específico será suficiente para absorber la oferta. De hecho, Arabia Saudí parece haberse posicionado para una fase de precios inferiores. El aspecto positivo es que una caída continua del precio del petróleo beneficiaría el consumo global y la moderación de la inflación. Dicho esto, es posible que las tensiones geopolíticas generen repuntes, como estamos viendo en estos días, aunque opinamos que la transición hacia fuentes de energías limpias debería limitar su crecimiento a largo plazo.
Y relativamente al oro, efectivamente, ha alcanzado niveles de récord, superando los 2.600 dólares por onza, debido a varios factores, como la bajada de tipos y las compras por parte de bancos centrales, encabezados por China, que pretende reducir su exposición al dólar. Frente a la persistencia de las tensiones geopolíticas y a su rol de activo refugio, consideramos que esa tendencia positiva puede tener más recorrido.
Perspectivas para final de año
De aquí a final de año, hay varias fuentes de incertidumbre. Entre los principales riesgos destacamos: las elecciones americanas, el débil crecimiento en China y las crecientes tensiones geopolíticas. Los mercados financieros, a juzgar por las valoraciones actuales, parecen no preocuparse por estos riesgos.
Las primas de riesgo de la renta variable y también los diferenciales de crédito se encuentran en mínimos históricos. Y los aterrizajes suaves son raros, con un solo caso de éxito durante la Fed de Greenspan en el 1994-95, pero la robustez del consumo y del sector financiero ofrecen razones para ser optimistas. De hecho, nuestro escenario base sigue siendo un aterrizaje suave. Sin embargo, sopesando los riesgos frente a las valoraciones, creemos que sigue siendo prudente mantener un planteamiento neutral en las carteras.