En el mercado de renta variable, los máximos históricos pueden despertar sentimientos encontrados. Cuando el mercado alcanza un nuevo máximo, los inversores pueden llegar a la conclusión de que el mercado ha tocado techo y ellos han perdido la oportunidad. Nada más lejos de la realidad. En periodos largos, los mercados han tendido al alza y han alcanzado múltiples niveles máximos a lo largo de un ciclo.
Es evidente que las caídas del mercado son inevitables y que pueden producirse en cualquier momento. Pero la historia nos ha demostrado que los momentos en los que los mercados han alcanzado nuevos máximos han ofrecido una vía de acceso atractiva para los inversores a largo plazo.
Desde 1950, cada vez que el índice S&P 500 ha alcanzado su primer máximo histórico en al menos un año, la rentabilidad media de la renta variable ha sido del 17,1% en los doce meses posteriores.
Salvo en el inicio de la crisis financiera mundial en 2007, un inversor habría obtenido ganancias en todos estos periodos.
«Esa es la razón que nos lleva a enfocarnos en temáticas como la globalización, la productividad y la innovación, que impulsan enormemente el crecimiento», afirma Martin Jacobs, gestor de renta variable. «Vamos a tener que enfrentarnos a caídas del mercado, pero estas caídas no han cambiado la trayectoria a largo plazo. Por eso suelo posicionarme a favor de la revalorización del mercado».
¿Cuál es la conclusión? Históricamente, los mercados alcistas (con aumento de precios) se han prolongado durante mucho más tiempo que los mercados bajistas (con caída de precios), provocando nuevos máximos en cada ciclo.
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