El entorno de inversión actual presenta tantos retos como oportunidades. Aunque la inflación parece controlada en muchas economías y el crecimiento económico avanza de forma moderada, persisten la incertidumbre, especialmente por la volatilidad de los mercados y las decisiones de política monetaria. Además, algunos de los índices bursátiles más importantes están altamente concentrados, lo que hace que su rentabilidad dependa de unas pocas grandes empresas. En este contexto, los inversores buscan estrategias diversificadas que les ayuden a alcanzar rentabilidades sólidas mientras gestionan los riesgos. Una de estas estrategias es la inversión por factores.
Este enfoque se basa en identificar ciertos "factores" que, históricamente, han mostrado buenos resultados. Algunos de los más destacados son el value (empresas infravaloradas con potencial de revalorización), el momentum (activos con tendencias positivas de mercado), las small caps (compañías pequeñas con alto potencial de crecimiento) y la volatilidad (activos más estables y menos propensos a fluctuaciones). Estas estrategias pueden ofrecer rentabilidades atractivas, pero no están exentas de desafíos.
En primer lugar, concentrarse en un solo factor puede llevar a periodos de rentabilidad irregular. Por ejemplo, los cambios en los tipos de interés, la exposición a sectores específicos o las condiciones macroeconómicas pueden influir en los resultados. Las acciones de pequeña capitalización, por su parte, suelen ofrecer buenas rentabilidades a largo plazo, pero también atraviesan periodos prolongados de baja rentabilidad, lo que puede desalentar a los inversores.
En segundo lugar, hay que considerar el tiempo necesario para que estas estrategias superen al mercado. Este concepto, conocido como Time to Outperformance (TTO), nos muestra cuánto tiempo puede tardar un factor en lograr una probabilidad del 80% de batir al mercado. Según datos históricos, algunos factores, como las small caps, pueden tardar en promedio 17,5 años, mientras que la volatilidad puede necesitar hasta 33,4 años. Para muchos inversores, especialmente aquellos con horizontes temporales más cortos, estas estrategias pueden ser poco prácticas.
La clave: diversificar para reducir los riesgos
Entonces, ¿cómo podemos reducir estos riesgos y hacer que la inversión por factores sea más efectiva? Piensa en una mesa. Si intentas sostenerla con una sola pata, aunque sea robusta, será inestable y se tambaleará fácilmente. Pero si añades varias patas bien equilibradas, la mesa será mucho más resistente y capaz de soportar mayores cargas. La inversión por factores funciona de manera similar: combinar diferentes elementos ayuda a construir una base más sólida y segura.
Así pues, las estrategias multifactoriales, que combinan varios factores en una sola cartera, no solo reducen la exposición a los altibajos de un único factor, sino que también mejoran la estabilidad de los resultados. Por ejemplo, una cartera que combine los factores valor y momentum puede acortar significativamente el TTO a solo 1,9 años. Además, estas estrategias se benefician de las bajas o incluso negativas correlaciones entre los factores, lo que ayuda a reducir el impacto de los periodos de baja rentabilidad.
En resumen, la inversión por factores ofrece un gran potencial para mejorar la rentabilidad de las carteras de los inversores, aunque también requiere una gestión estratégica y activa para reducir los posibles desafíos. En Allianz Global Investors contamos con la estrategia de inversión Allianz Best Styles, que emplea un proceso de inversión cuantitativo multifactorial, combinando diversos estilos de inversión y que gestiona un patrimonio de 61.000 millones de euros. Está respaldada por un equipo de gestión amplio y experimentado, compuesto por 18 profesionales, que aplica este enfoque desde hace más de dos décadas. Gracias a su enfoque consistente y diversificado, ofrece a los inversores la posibilidad de alcanzar sus objetivos financieros a largo plazo.