A pesar de las resistentes presiones inflacionistas en Estados Unidos, que podrían provocar un retraso y un menor número de recortes de tipos por parte de la Fed en 2024, de la normalización de tipos prevista en Europa, de la subida de los precios del petróleo y de unos diferenciales de crédito en niveles razonables, la visibilidad sigue siendo bastante buena para el crédito corporativo en su conjunto tras un año de fuertes subidas de los tipos de interés, lo que está beneficiando también al crédito socialmente responsable. De hecho, los emisores ISR obtuvieron resultados mejores de lo esperado en 2023, lo que se refleja en un número récord de subidas de calificación, impulsando la compresión de los diferenciales y el buen comportamiento de estos bonos.

Los mercados primarios también se están reabriendo con precios atractivos y un número creciente de bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB) muestra el compromiso de los emisores de mejorar sus perfiles ASG. Desde ese punto de vista, 2024 será un año dinámico con muchas oportunidades para el crédito ISR.

Favorecemos los bonos a medio plazo -entre dos y cinco años de vencimiento- y preferimos el crédito intermedio de calidad, como las calificaciones BBB y BB cruzadas, que ofrecen un valor interesante. Junto con fuertes requisitos en términos de inversión sostenible y las diversas etiquetas ISR -Hacia la Sostenibilidad (Bélgica), Umweltzeichen (Austria), la etiqueta ISR de Francia, FNG (Alemania)- esta combinación permite cumplir objetivos extrafinancieros.