Las previsiones apuntan a que la población mundial alcanzará los 10.000 millones de habitantes en 2050, por lo que la industria agrícola se enfrenta a una enorme presión para satisfacer la creciente demanda de alimentos en un contexto de escasez de recursos. Para hacer frente a estos retos, es crucial avanzar en las tecnologías agrícolas, reducir el desperdicio de alimentos y cambiar las preferencias alimentarias. Para los inversores a largo plazo, estos cambios estructurales presentan tanto oportunidades como riesgos. A continuación, destacamos las principales tendencias alimentarias y las oportunidades de inversión que crean.
Innovación en semillas
Casi el 40% de las tierras del mundo están degradadas debido a la deforestación, la sobreexplotación del agua y el suelo y las infraestructuras rurales, según datos de la ONU. Como es poco probable que la tierra cultivable se amplíe, se espera que las innovaciones relacionadas con las semillas desempeñen un papel más destacado. Estas innovaciones pretenden mejorar la resistencia y el valor nutritivo de los cultivos, mediante germoplasma (cruce tradicional de plantas) y semillas modificadas genéticamente o editadas (que utilizan la biotecnología para introducir nuevas características, como la resistencia a las enfermedades o el aumento de tamaño).
Si el 10-15% de las explotaciones agrícolas comenzaran a utilizar semillas editadas genéticamente con características múltiples para 2030, los rendimientos podrían aumentar hasta 400 millones de toneladas métricas, según un análisis realizado por el Foro Económico Mundial en 2018. Este nivel de adopción podría, a su vez, ayudar a aliviar las deficiencias de hierro, vitaminas y otros micronutrientes en hasta 100 millones de personas.
La preocupación por la seguridad alimentaria a largo plazo y las crecientes pruebas científicas de que los organismos modificados genéticamente no son perjudiciales para la salud humana han llevado a la Comisión Europea a proponer la desregulación de determinados organismos modificados genéticamente. Las ventas de semillas modificadas genéticamente y transgénicas podrían aumentar en la próxima década con respecto a las semillas convencionales si se flexibiliza la normativa y se introducen innovaciones que aumenten el rendimiento.
Fertilizantes de bajo impacto
En el último siglo, los fertilizantes y pesticidas químicos han sido la tecnología que ha permitido aumentar considerablemente la productividad de la agricultura. Desgraciadamente, esto ha tenido un importante inconveniente: el daño al medio ambiente y, en algunos casos, a la salud humana.
La producción de fertilizantes nitrogenados requiere un consumo de energía increíblemente elevado. Además, este tipo de abono emite óxido nitroso, un gas de efecto invernadero que tiene un potencial de calentamiento global más de 250 veces superior al del CO2, y que permanece en la atmósfera una media de más de 100 años.
El desarrollo de fertilizantes que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero es todavía incipiente, pero creemos que podría ser una de las innovaciones clave de la agricultura en la próxima década. Los microbios artificiales, el nitrógeno de liberación lenta y las tecnologías de aplicación selectiva son algunos de los primeros avances. Las tecnologías que ayudan a mitigar el uso excesivo de fertilizantes -mediante la aplicación de precisión o el uso de la captura de carbono en la producción de fertilizantes, por ejemplo- también están ganando popularidad.
Agricultura de precisión
Los agricultores necesitan información precisa para aumentar el rendimiento de sus cultivos y adaptarse a condiciones climáticas desfavorables. La agricultura de precisión utiliza datos de campo y patrones meteorológicos para tomar mejores decisiones en tiempo real. Los avances en inteligencia artificial y análisis de datos pueden impulsar una asignación de recursos aún más eficiente y mejoras en el rendimiento.
Los nuevos avances en agricultura de precisión, como el uso de inteligencia artificial, podrían impulsar una asignación de recursos aún más eficiente y mejoras en las cosechas. Una empresa sugirió que este tipo de innovación podría generar decenas de miles de millones de dólares de creación de valor adicional para clientes y accionistas a través de la reducción de costes y la mejora del rendimiento de los cultivos en los próximos años.
Agricultura regenerativa
La agricultura regenerativa, que incluye cultivos de cobertura, policultivos y la eliminación de pesticidas y fertilizantes inorgánicos, mejora la salud del suelo, la biodiversidad y el impacto climático de la agricultura. Este enfoque integra la innovación en semillas, fertilizantes de bajo impacto y agricultura de precisión. Los análisis de Bernstein Research sugieren que los agricultores que se pasen a las prácticas regenerativas podrían obtener un rendimiento de la inversión del 15-25% gracias al mayor aprovechamiento de los cultivos y a la reducción de los costes de los insumos.
Nestlé es una de las empresas que está ayudando a generalizar la agricultura regenerativa. Hasta 2025, la multinacional suiza de alimentación y bebidas ha destinado 1.000 millones de dólares a ampliar la agricultura regenerativa en toda su cadena de suministro.
Proteínas alternativas
La creciente popularidad de las dietas basadas en productos vegetales y la preocupación por el impacto del consumo de carne en la salud, los animales y el medio ambiente están cambiando las preferencias de los consumidores. Desde 2014, la demanda de sustitutos de la carne ha crecido seis veces más rápido que la carne convencional, y los sustitutos lácteos han duplicado la tasa de crecimiento de los lácteos convencionales. La investigación de Statista Market Insights estima que el mercado mundial de sustitutos de la carne podría superar los 16.000 millones de dólares en 2028.
Aunque la carne de origen vegetal es la principal alternativa a la carne convencional en la actualidad, también parece que nos encontramos en un punto de inflexión para la carne cultivada: este segmento emergente podría acercarse a la paridad con las proteínas animales convencionales en la década de 2030.
Los inversores pueden encontrar oportunidades no sólo en las empresas que fabrican productos alternativos, sino también en las que suministran ingredientes y formulaciones. Por ejemplo, Givaudan colabora con fabricantes para desarrollar nuevas fórmulas y se ha centrado más en ingredientes biodegradables y vegetales.
Gestión y reducción de residuos
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, el 40% de los alimentos que se cultivan nunca se consumen, lo que contribuye a un desperdicio estimado de 2.500 millones de toneladas métricas al año. Reducir el desperdicio de alimentos, junto con la reutilización y el reciclado, es esencial para gestionar los recursos naturales disponibles y minimizar las emisiones futuras.
Los residuos alimentarios están a punto de convertirse en un insumo (materia prima) mucho más utilizado para proteínas alternativas, piensos, fertilizantes, biocombustibles, bioplásticos e incluso ropa. La regulación está generando vientos de cola adicionales.
Conclusiones
En un mundo con recursos cada vez más limitados, gobiernos, reguladores, empresas y consumidores se están replanteando la forma de producir y consumir alimentos.
Sin duda, todas las tendencias a largo plazo que hemos destacado sufrirán tropiezos en determinados momentos. Sin embargo, en nuestra opinión, estos avances se encuentran entre los que cambiarán la producción de alimentos en pos de un futuro más sostenible, al tiempo que ofrecerán oportunidades atractivas a los inversores selectivos que sepan mirar a largo plazo.