Tras la corrección vivida el pasado mes de agosto en los mercados bursátiles, finalmente las bolsas cerraron en su mayoría en positivo. No obstante, la volatilidad se antoja tendrá nuevos episodios en lo que resta de año ¿Qué hoja de ruta definir a los inversores?, ¿cuáles son las alternativas que deben tener en cuenta a la hora de diversificar y no perder el optimismo?, ¿veremos finalmente el aterrizaje suave de la economía aupada por la convicción de unas políticas monetarias que sitúen los tipos de interés más bajos a corto plazo?, ¿es ahora un momento especialmente bueno o malo para invertir en capital privado? Muchos interrogantes se ciernen en el universo inversor.
Nahum Sánchez de Lamadrid, director de Renta Variable en CBNK Gestion de Activos señala que “las perspectivas para los mercados de cara a 2025 siguen las pautas de un crecimiento económico en desaceleración, una inflación persistente que no acaba de ceder del todo y un escenario de reducción progresiva pero lenta en los tipos de interés”.
En este sentido, resalta que los sectores más expuestos a ciclo y a necesidad de inversión deberían sufrir más, básicamente materiales, químicas, automoción, industriales y consumo discrecional, a lo que habría que añadir el sector financiero por la bajada de tipos y la menor actividad económica; mientras que los sectores defensivos deberían tener un mejor comportamiento.
En agosto, los inversores aumentaron la asignación a bonos, efectivo y sector salud. Redujeron la asignación a acciones, Japón y la Eurozona. “Están más sobreponderados en salud, tecnología, acciones y Estados Unidos, y más infraponderados en REITs, consumo discrecional, materiales y Japón”, aflora la encuesta mensual a gestores elaborada por BofA.
En este escenario ¿debería un inversor salirse de la fórmula habitual de acciones y bonos y plantearse dar el salto al capital privado?
A diferencia del mercado de valores, donde los precios de las acciones pueden fluctuar en función de noticias y eventos globales, las inversiones en capital privado tienden a ser menos volátiles. La valoración de las empresas no cotizadas se basa en fundamentos empresariales y no en la especulación del mercado, lo que proporciona una mayor estabilidad a los inversores.
Siempre es un buen momento para estudiar este tipo de inversiones dado su foco en sectores con altas tasas de crecimiento y mayor resiliencia ante la incertidumbre económica, como tecnología ( actualmente en primera línea la IA, Web3, blockchain, computación cuántica, etc), salud, y energías renovables. No obstante, los inversores deben enfocarse en fondos con gestores experimentados y estrategias bien definidas para navegar este entorno complejo.
Luis Pastor, cofundador y CEO de Tritemius, cree que tener exposición al capital privado (vía Private Equity y Venture Capital) en una cartera de inversiones puede mejorar la diversificación, ya que los retornos de este tipo de inversiones no están perfectamente correlacionados con los mercados cotizados. Por lo tanto, a su juicio, “pueden ofrecer una protección adicional contra la volatilidad y mejorar el perfil de riesgo/retorno general de la cartera. Además, históricamente el capital ha ofrecido rendimientos superiores en comparación con las inversiones en mercados listados. Por otro lado, se obtiene acceso a empresas disruptivas con gran capacidad de crecimiento”.
El Venture Capital en España vislumbra un momento de crecimiento y con unas expectativas optimistas para los próximos años. Joan Pina, socio de Abac Nest destaca que “El ecosistema emprendedor ha madurado en los últimos años y se encuentra en una dinámica muy activa, con un incremento en las operaciones de inversión cada vez más activa y exigente. Como ejemplo, en Abac Nest Ventures recibimos cerca de 1.500 oportunidades de inversión al año desde todas las regiones de España entre las que realizamos 10 inversiones, lo que indica el nivel de actividad emprendedora y exigencia por parte de los inversores”.
El rol del Capital Privado en la diversificación de carteras en tiempos complejos
La rentabilidad esperada es sin duda un factor importante a la hora de invertir en capital privado, pero no debe ser el único factor a considerar, se debe tener en cuenta el perfil de riesgo, la liquidez, la alineación de intereses entre los gestores y los inversores y el track record de los gestores.
Comparte la visión positiva de este mercado Juan Alberto Sánchez, profesor del Máster en Corporate Finance y Banca de Inversión del IEB, quien explica que históricamente las inversiones en capital privado han proporcionado retornos más altos debido, en parte, a la capacidad de los gestores de capital privado para identificar oportunidades de inversión que no están disponibles en los mercados de capital públicos y para implementar estrategias de crecimiento y mejora en las empresas participadas.
“Como estrategia clave para reducir el riesgo en cualquier cartera de inversión, invertir en capital privado permite a los inversores particulares diversificar su cartera al incluir activos que no están correlacionados con los mercados bursátiles. Esto significa que, en escenarios de volatilidad en el mercado de capitales, las inversiones en capital privado pueden no verse tan afectadas, proporcionando una mayor estabilidad y protección”.
Gestión experta y acceso a oportunidades exclusivas
Teniendo en cuenta que son inversiones ilíquidas y a largo plazo es importante elegir a gestores con una alta reputación y conocimiento especializado. “Una ventaja significativa del capital privado es que los fondos suelen ser gestionados por profesionales con amplia experiencia en el análisis de sectores, selección de compañías, evaluación de equipos directivos y negociación de condiciones de inversión”, resalta el profesor del IEB.
Adicionalmente hay que destacar que las inversiones en capital privado suelen tener un horizonte temporal más largo en comparación con las que se realizan en mercados cotizados. Este enfoque a largo plazo permite a los gestores implementar cambios estratégicos, lo que puede resultar en un crecimiento más sostenible y significativo.
Precisamente un amplio track record y la apuesta por invertir en compañías innovadoras de base tecnológica en el ámbito de las ciencias de la vida, especialmente en el área de Biomedicina, Tecnologías Médicas y Salud Digital, son el buque insignia de CRB Health Tech (antes CRB Inverbío), una gestora independiente de capital privado que se ha convertido en protagonista del año con su fondo CRB Digital Health III. Se trata del primer fondo europeo dedicado exclusivamente a la salud digital en España y está centrado en la toma de participaciones en empresas de dicho sector.
CRB Health Tech cuenta con un equipo con una sólida trayectoria en inversión en capital riesgo, compuesto tanto de emprendedores experimentados como de ejecutivos de corporaciones globales. Gracias a ello, el fondo no sólo proporciona capital, sino también apoyo estratégico unido al acceso a una red global de contactos en el sector de la salud y la tecnología.
Es conocida por sus dos fondos anteriores en los sectores de biotecnología y dispositivos médicos. Con la puesta en marcha de su tercer vehículo completa su transición hacia la salud digital, con inversores diversos como CBNK en el sector financiero, Cantabria Labs, Aldo Union y Tiselab en la industria farmacéutica, Sanitas en el sector asegurador, Roca Group, líder mundial en diseño, producción y comercialización de productos para el espacio de baño; inversores destacados, como el Ayuntamiento de Barcelona que en el marco del programa de inversiones Fondo Barcelona Deeptech, invierte en entidades de capital riesgo con el fin de promover la creación y crecimiento de empresas de reciente creación que tengan su foco en el desarrollo de tecnologías deep tech.
Finalmente, los expertos destacan que, en los últimos meses, la actividad de M&A como la valoración en cotizadas de base tecnológica ha crecido significativamente, lo que impacta muy positivamente en las valoraciones de las carteras de inversión de Venture Capital. Sin embargo, reflexiona Pastor “la regulación a nivel europeo es adecuada para proteger a los inversores, pero quizás un tanto restrictiva para la entrada del particular. Se deberían tener en cuenta formación y certificación de particulares interesados, así como una digitalización que permita generar umbrales de inversión flexibles y eficientes”.
La falta de conocimientos, de la percepción de riesgo y la falta de liquidez podrían suponer las principales barreras. A través de educación financiera, tecnología que facilite la transparencia y ajustes regulatorios puede ayudar a fomentar una mayor participación de los inversores particulares en el capital privado.