Lo que comenzó como una técnica experimental se ha convertido en una herramienta fundamental que permite a los cirujanos lograr niveles de precisión, flexibilidad y control sin precedentes durante las intervenciones más complejas. Esta tecnología no sólo puede mejorar la calidad de los resultados quirúrgicos, sino también el tiempo de recuperación de los pacientes y reducir el riesgo de que surjan complicaciones.
Las cirugías robóticas, también conocidas como "cirugías asistidas por robot" (RAS por sus siglas en inglés), emplean sistemas robóticos que ayudan a los cirujanos a realizar intervenciones quirúrgicas complejas e invasivas. Estos sistemas proporcionan un control y una flexibilidad superiores, permitiendo una precisión mucho mayor en comparación con las técnicas tradicionales.
Según la consultora Oliver Wyman, se estima que el mercado de la cirugía robótica continuará creciendo a una tasa anual compuesta del 11%, alcanzando los 14.000 millones de dólares en 2026. No obstante, la adopción de la cirugía robótica sigue siendo relativamente baja; se estima que solo el 2% de las cirugías en Europa y el 15% en EE.UU. utilizan robots.
Esta tecnología suele incluir diversos componentes de procesamiento y sensores, basados sobre arquitecturas capaces de manejar grandes volúmenes de datos y proporcionar información en tiempo real a los cirujanos y sus equipos. Asimismo, estas máquinas están cada vez más conectadas a Internet, ya sea directamente o a través de redes.
Sin embargo, aún existen ciertos desafíos. Los cirujanos deben completar una formación especializada para realizar intervenciones asistidas por robots, a menudo a través de becas en cirugía mínimamente invasiva y robótica. Por lo tanto, esta tecnología solo está disponible en centros con cirujanos que han sido formados específicamente en esta área. Por otro lado, uno de los retos más destacados es el alto coste de adquisición y mantenimiento de los robots quirúrgicos, que puede superar el millón y medio de dólares por unidad, sin incluir las cuotas anuales de mantenimiento. Esto limita la capacidad de los hospitales y centros más pequeños, especialmente en regiones en desarrollo, para invertir en esta tecnología avanzada. Además, el panorama regulatorio de los robots quirúrgicos es complejo y varía considerablemente entre países, lo que complica la aprobación de productos por parte de los fabricantes.
Pese a ello, a medida que la atención sanitaria evoluciona, la adopción de la cirugía asistida por robots representa un avance significativo hacia tratamientos más seguros, efectivos y mínimamente invasivos. Este cambio no solo transformará la atención al paciente, sino que también establecerá nuevos estándares de excelencia quirúrgica. Invertir en esta área innovadora no solo está en línea con las tendencias generales de integración tecnológica en la atención sanitaria, sino que también ofrece importantes oportunidades de crecimiento para en la inversión temática.
TE INTERESA
Si quiere aprender a invertir y gestionar su patrimonio, descubra la nueva sección de cursos gratuitos