Si bien hace unos días cayó algún chaparrón en Madrid, de poco sirvió porque las temperaturas siguen peligrosamente altas. Pero no es un tema que afecte únicamente a España, ya que en el noroeste del Pacífico y el mortífero incendio McKinney de California volvieron a poner el clima cambiante de los estados occidentales en el punto de mira nacional la semana pasada, y a partir de ahora la situación no hará más que empeorar.
El suroeste de Estados Unidos sumido en la peor sequía de los últimos 1.200 años, las precipitaciones son menores en toda la región, sobre todo las heladas, que tienen una duración de varios meses. La lluvia, por muy necesaria que sea, no es lo mismo: a menos que vaya a parar a un lago o a un embalse, no estará disponible durante semanas o meses en el futuro, de la misma manera que el deshielo. Las escasas precipitaciones invernales que llegan ahora suelen caer en forma de lluvia y se escurren, desapareciendo en el verano.
Exite un índice de referencia que mide el precio al contado del agua de California, con este tercer año consecutivo de sequía. El índice alcanzó el récord de 1.144 dólares por acre hace unos días y con ello, el agua llegó a costar unos 2.000 dólares. Dicho aumento es el reflejo de la rapidez con la que se agrava la crisis del agua, con consecuencias graves para los cultivos alimentarios y el consumo humano.
Pero también en Europa se están viendo problemas similares. Por comentar un ejemplo, el Rio Rin en Alemania se encuentra en niveles sumamente bajos, como marcaba el manómetro de Kaub (ciudad al sur de Colonia) hace unos días, situándose en 104 centimetros, el nivel más bajo para esta época del año en los últimos 15 años:
El invierno pasado fue menos adverso y de ahí que las cordilleras europeas recibieran menos nieve de lo habitual, llevando a varios ríos como el Ebro, el Po, el Ródano y otros a descensos en sus niveles, a lo que se suma la poca lluvia que ha habido hasta ahora.
Además del impacto de la escasez de agua en la agricultura y consumo humano, se suma el hecho de que es también utilizada para la generación de electricidad. En el caso de Europa, el 41% es generada por energías fósiles, el 24% nuclear, el 15 % eólica; el 14% hidráulica y solo el 5% solar.
Y con este telón de fondo veamos cuál ha sido el comportamiento de los fondos de inversión que invierten en el oro azúl
Empezaremos por el de la gestora Allianz y se trata de un fondo Global Water, es un fondo que invierte en los mercados globales de renta variable, centrándose en empresas que se dedican a gestionar recursos hídricos, mejorando el suministro y calidad de este recurso escaso. El fondo tiene uno activos que rondan los 800 millones de euros, y con una antiguedad de varios años. A pesar de que en el año el fondo pierde 10,26%, en 2021 rozó el 33% de ganancia, lo que hace que a tres años logre una rentabilidad anualizada del 10,8%;
La cartera tiene una alta exposición al sector industrial (58,2%), seguida de servicios públicos (14,8%), salud (12,2%), tecnología (5,5%) y materiales básicos (3,74%). En cuanto a la exposición regional, más de un 94% está en paises desarrollados (con especial ponderación en EE.UU.), y mantiene cerca del 5% el liquidez. Entre las principales posiciones se encuentran las muy conocidas compañías American Water Works, con un peso del 6,3% cuya compra inicial fue en octubre de 2018, o bien la más reciente (y estamos hablado de mayo del 2019) Thermo Fisher Scientific, y otra también conocida es Veolia Environment.
Otro fondo interesante es el KBI Water Fund, con unos activos de 824 millones de euros. En cuanto a rentabilidad, este fondo cae menos que el anterior en 2022, perdiendo un 3,98%, y el 2021 ganó 36,06%. Sin embargo en 2018 perdió 13,72%. No obstante, ofrece una rentabilidad anualizada a 3 años del 14,57% y de 23,42% a 2 años.
El fondo es gestionado por Catherine Cahill, que se incorporó a la gestor BKI en 2009, y por Matthew Sheldon que se incorporó en 2011 pero ambos tienen más de 20 años de experiencia en el sector. En cuanto a la cartera, invertida al 100% y sin liquidez, está compuesta por 51 posiciones entre las que destacan Veolia, con un peso superior al 6% y adquirida desde 2009, United Utilities Group, con casi el 5,7% también desde 2009, la adquisición más reciente en enero de 2022 es American Water con solo el 3,5%, entre otras. En cuanto a exposición sectorial, destaca también el sector industrial y servicios públicos, que en conjunto suponen más del 80% de los activos, mientras que en cuanto a distribución regional, en este caso si se observa exposición a emergentes, tanto Asia Emergente (5,9% de ponderación) y Latinoamérica (1,91%), pero es EE.UU. el mayor peso, con 61,64%.
Y por último el fondo de la gestora suiza Pictet Water, también con mucha historia, y unos activos que superar los 8.870 millones de euros, posicionándolo como el mayor de los fondos del sector. Es gestionado por gestores como Louis Veileux y Cédric Lecamp (ambos se incorporaron en 2018). El fondo cae 9,6% en el año, sin embargo, en 2021 alcanzó una ganancia del 39,58% y de más del 34,5% en 2019, lo que hace que reporte una rentabilidad anualizada a 3 años del 12,77%. El fondo no tiene un mínimo de inversión inicial.
El fondo tiene un cierto sesgo a empresas de mediana capitalización y de baja volatilidad. Está invertido en 52 posiciones, donde las 10 mayores representan el 42% de los activos, y entre ellas encontramos a la norteamericana Danaher Corp (con un peso de 5,6% y adquirida originalmente en 2005), también están presentes American Water (que forma parte de la cartera desde 2008) y Thermo Fisher (desde 2013), siendo la más reciente, pero estamos hablando de febrero de 2020 a Aqua America.
Para esos clientes que buscan Estrategias de Inversión que tengan un componente medio-ambiental y quieran a la vez obtener rentabilidades en el largo plazo, la inversión en agua es una de las más destacadas.