En marzo, nuestro índice macroeconómico sobre el impulso económico (Macro Breadth Growth Index), puso de manifiesto que los datos a nivel mundial continuaron su tendencia alcista por cuarto mes consecutivo a nivel regional. El crecimiento en las economías desarrolladas se vio impulsado principalmente por la sólida recuperación en la zona del euro y por los datos ligeramente mejores de EE.UU.

Además, los indicadores macroeconómicos de los mercados emergentes también mostraron mejoras: China registró un crecimiento por séptimo mes consecutivo y Brasil experimentó un notable repunte. A nivel sectorial, el de servicios continuó siendo el principal motor de crecimiento. Al mismo tiempo, cada vez son más los indicadores que sugieren que el sector manufacturero está alcanzando su punto más bajo.

Aunque la confianza empresarial a nivel mundial se moderó ligeramente tras dos meses positivos, la confianza de los consumidores siguió mejorando, aunque partiendo de un nivel moderado. En conjunto, el sentimiento macroeconómico y los indicadores adelantados apuntan a un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de alrededor del 2,5% durante el primer semestre de este año, con una posible aceleración a más del 3% durante el segundo semestre.

En otras palabras, es probable que el crecimiento del PIB se acerque a su máximo potencial en los primeros seis meses del año y lo supere posteriormente. Sin embargo, en contraste con estos alentadores datos de crecimiento y confianza, las cifras de inflación se deterioraron por primera vez en seis meses. A pesar de ello, el mercado laboral estadounidense sigue siendo sólido, con una nueva caída en la tasa de desempleo y un aumento en las horas laborales semanales.

Claves de la próxima semana

La semana pasada marcó el inicio de la temporada de presentación de resultados correspondientes al primer trimestre de 2024 en EE.UU. y, como es habitual, los bancos fueron los primeros en dar a conocer sus cifras.

Lo sorprendente es que el crecimiento de los beneficios empresariales estadounidenses se ha ralentizado en los últimos meses, mientras que los márgenes siguen siendo bastante amplios. Para el MSCI World, la relación entre las revisiones positivas y negativas de las expectativas de beneficios sigue siendo inferior a 1 (en otras palabras: los analistas hacen más revisiones a la baja que al alza). Sin embargo, esta situación ha mejorado significativamente en las últimas semanas, especialmente en las acciones japonesas, que han experimentado un impulso alcista notable.

Sin duda, la semana será interesante gracias a los datos macroeconómicos. El lunes se conocerán las cifras de producción industrial de la zona euro, junto con el índice Empire State, del que el consenso del mercado espera una mejora, y las ventas minoristas de EE.UU., que siguen manteniéndose sólidas.

El martes, los datos de producción industrial y ventas minoristas en China podrían impulsar el crecimiento. Asimismo, se darán a conocer los índices ZEW de la zona euro y sus países miembros, junto con las cifras de producción industrial y utilización de la capacidad en EE.UU., de las que se prevé un aumento.

El jueves, la atención se centrará en EE.UU. con la publicación del índice de la Reserva Federal (Fed) de Filadelfia y el índice de  indicadores adelantados, lo que podría aliviar las preocupaciones sobre la inflación si el consenso está en lo cierto. Sin embargo, las solicitudes de subsidio de desempleo continuarán señalando un mercado laboral tenso. Por último, el viernes se conocerán los precios de producción en Alemania y los precios al consumo en Japón.

En resumen, la próxima semana no se presenta fácil. Es probable que las expectativas de las empresas hayan influido en las proyecciones de los analistas, por lo que se esperan pocas sorpresas negativas en cuanto a los beneficios. No obstante, los datos macroeconómicos parecen respaldar a los escépticos de los tipos, quienes anticipan que la Fed recortará su tipo de referencia más tarde de lo previsto por los mercados. Además, la Fed aún no ha llegado a un consenso sobre una posible reducción de tipos en junio. En última instancia, la inflación continuará siendo el factor determinante para el comportamiento de los mercados, especialmente en un contexto de reciente aumento de los precios del petróleo.

A medida que crece la preocupación por la inflación, la situación técnica del mercado tampoco es del todo alentadora. Con los indicadores de fuerza relativa sugiriendo una situación de sobrecompra en muchos mercados importantes, es posible que pronto veamos un cambio en el sentimiento. Además, la disminución del exceso de liquidez podría amortiguar la tendencia alcista del mercado, especialmente en lo que respecta al apetito por el riesgo. Si bien una disminución del exceso de liquidez puede ayudar a reducir las presiones inflacionarias, también puede afectar negativamente al apetito por activos de mayor riesgo. En este sentido, un descenso en el exceso de liquidez también podría disminuir la inversión hacia esta clase de activos.

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