Con la vuelta de Trump a la Casa Blanca parece que las bolsas no han reaccionado del todo mal, ¿cuál es vuestra visión en este sentido?
La primera respuesta de las bolsas y de los mercados ha sido muy positiva. Han empezado a dar más peso a todo lo que tiene que ver con reducción de impuestos, desregulación, una agenda muy pro-crecimiento y, de alguna manera, acelerar el crecimiento de la economía americana.
En un primer momento eso ha favorecido a sectores cíclicos como el financiero, como el energético, como el de consumo discrecional o como industriales. Ha favorecido también mucho a las pequeñas y medianas compañías que están mucho más expuestas a la economía doméstica americana.
En una segunda lectura el mercado ha empezado a incorporar otra serie de interrogantes que no están tan claros. Por ejemplo, ¿qué política arancelaria va a establecer Donald Trump? ¿Qué va a pasar con el IRA? Toda esa política para favorecer las infraestructuras, especialmente, orientada a transición energética. En el frente geopolítico también ha habido alguna duda y luego también el hecho de que las políticas anunciadas por Donald Trump van a incrementar el déficit fiscal, lo cual vemos también que la deuda americana en una segunda lectura ha sido penalizada.
Todo esto unido a que gran parte de la agenda de Donald Trump es inflacionista. El mercado también está incorporando la variable de si estas políticas de Donald Trump van a provocar un repunte de la inflación es probable que la Reserva Federal sea más lenta a la hora de bajar los tipos de interés y eso al mercado no gusta. En una segunda lectura hemos visto que esa primera agenda pro-crecimiento ha entrado en ciertas matizaciones, pero en general, el comportamiento del mercado nosotros somos positivos con él de cara a los próximos meses y probablemente acabe de imponerse más en el corto plazo, por lo menos, la agenda de pro-crecimiento que los grandes interrogantes y las derivadas más negativas que la posible agenda de Trump pueda traer.
¿Afectará todo esto a las decisiones de los bancos centrales con respecto a las bajadas de tipos?
En primer lugar, decir que hay ya mucho descontado en cuanto a políticas de recortes de los bancos centrales. Algo similar vimos el año pasado, sobre noviembre y diciembre del año 2023, los mercados empezaron a descontar que los bancos centrales iban a ser mucho más agresivos recortando tipos de interés durante la primera mitad de 2024 e incluso finales de 2023 que lo que realmente fueron. Como recordatorio, a finales de 2023 los mercados descontaban que la FED iba a recortar los tipos seis veces hasta mediados de 2024. De esos seis recortes que anticipaban los mercados se produjeron cero. Hay mucho descontado ya sobre recortes de tipos de interés y es verdad lo que decíamos anteriormente, que en una segunda lectura el mercado está intuyendo que las políticas de Trump, primero, van a incrementar el déficit fiscal lo cual no era ninguna sorpresa. Las de Kamala Harris también iban en la misma línea, pero sí que en segundo lugar y esto sí que puede ser más novedoso, van a tener un impacto alcista en la inflación. A más inflación es posible que la Reserva Federal se vea menos motivada a tener una agenda de recortes tan agresiva como en el momento dado el mercado podría descontar. Esto en Estados Unidos.
En Europa pensamos que no va a tener tanto impacto. El Banco Central Europeo pensamos que va a seguir el ritmo entre recortes de tipo interés que más o menos estaba esperado o un ritmo relativamente alegre. Y por tanto, sí que vemos, tal vez, un posible efecto o impacto en que la FED se vea menos llamada a recortar de una manera tan agresiva los tipos de interés, pero seguramente en Europa esta agenda que nos trae Donald Trump, en cuanto a política monetaria del Banco Centro Europeo, de momento no tengo un impacto tan claro.
¿Dónde estáis viendo las oportunidades en renta variable y renta fija?
En renta variable nosotros pensamos que el mercado que sigue ofreciendo las mejores oportunidades es el americano. Tendríamos una preferencia de mercados desarrollados frente a mercados emergentes y dentro de mercados desarrollados es el mercado americano el que nos parece que ofrece las mejores oportunidades. Dentro del mercado americano la verdad es que vemos interés en todo lo que tiene que ver con valores cíclicos, financieros, de consumo discrecional, pequeñas y medianas compañías más expuestas al ciclo de crecimiento americano. Es decir, esa primera reacción que tuvo el mercado favoreciendo esos sectores nos parece que en los próximos trimestres puede volver. Seguimos viendo espacio para la parte más tecnológica, crecimiento y de mayor calidad, sin ninguna duda. Esa creo que es una apuesta secular que no tiene vuelta atrás y, como he dicho, para las pequeñas y medianas empresas. Entonces, en la renta europea americana vemos un caso favorable para distintas tesis de inversión.
En renta fija nuestra preferencia es por estrategias flexibles. Tenemos que los mercados de crédito, tanto investment credit como high yield, han corrido mucho en los últimos 18-24 meses. Tenemos la mayor compresión de spreads de crédito que se recuerda en más de una década. Tenemos que los bancos centrales van a desescalar sus fortísimas subidas de tipos de interés en los últimos dos años, que ya hay mucho descontado en las curvas, como he dicho. Entonces, en general, todo esto probablemente va a provocar grandes oportunidades, pero también grandes riesgos y pensamos que ir de la mano de un gestor flexible que sea capaz de estar en determinada duración en una geografía, pero a lo mejor en una duración diferente en otra, que en algún punto pueda jugar high yield con determinados bonos de una manera muy selectiva pensamos que es la manera adecuada. Ser flexibles en renta fija y darle al gestor la paleta de colores más amplia posible para que con todos esos ingredientes y las distintas oportunidades que va a haber en un mundo que también en cuanto a su crecimiento se está desincronizando, estamos viendo más crecimiento en unos países que nosotros, estamos viendo también el repunte de las tensiones geopolíticas… En fin, hay muchas oportunidades, pero también muchos riesgos, lo que nos llevaría a favorecer estas estrategias flexibles en renta fija.
¿Qué perspectivas manejáis para el inicio de 2025? ¿A qué riesgos habrá que estar atentos?
Nosotros desde un punto de vista primero macroeconómico esperamos un crecimiento relativamente sólido y que posiblemente se puede ir confirmando en la segunda mitad del año. En ese sentido somos positivos. De cara a los mercados 2024 ha sido un año excepcional, tanto en renta fija como en renta variable, ha sido lo opuesto a lo que vimos en 2022, que fue un año horrible tanto en renta fija como en renta variable. 2023 ya fue un año mejor en renta variable que en renta fija, pero ya sería el segundo año consecutivo que vemos un comportamiento relativamente bueno del mercado y pensamos que esto va a seguir así. Desde luego que hay grandes riesgos que tenemos que considerar, desde nuestro punto de vista, existe un riesgo geopolítico al alza muy evidente con Ucrania y Rusia. Vamos a ver ahora cuando Donald Trump tome posesión y prometió acabar con la guerra en 24 horas cuál es su propuesta para terminar esa guerra. En Oriente Medio también hay mucha tensión; China respecto a Taiwán.
En segundo lugar, tenemos riesgos comerciales, obviamente, por todos los aranceles y las políticas más, en este caso, desglobalizadoras que trae Trump de la mano.
En tercer lugar, vemos el riesgo de que haya un repunte de la inflación también por esta agenda que nos trae Donald Trump.
Y en cuarto lugar, vemos cierto peligro de que los bancos centrales, por todo lo anteriormente citado, se vean obligados a interrumpir el ritmo de bajadas de tipos de interés que vienen aplicando y que están muy descontadas por el mercado. El mercado, de nuevo, ha sido muy ambicioso y muy positivo descontando muchas bajadas de tipos de interés que con los riesgos anteriormente comentados, a lo mejor en un momento dado, los bancos centrales no pueden ir tan rápido y el mercado se puede ver decepcionado por lo que ya tienen descontado.
En definitiva, grandes oportunidades sí, a nivel macroeconómico las cosas van razonablemente bien, pero también grandes riesgos latentes que están sobre la mesa.