Las actuales sanciones de EE.UU. obligarían a Rusia a incurrir en un impago de su deuda soberana después del 25 de mayo, a pesar de la gran voluntad y capacidad de pago de este país (aunque son posibles las prórrogas del plazo por parte de EE.UU.).
La mayoría de los emisores corporativos rusos son exportadores no sancionados con un bajo apalancamiento y con importantes activos extranjeros. Es probable que la mayor parte siga pagando el servicio de su deuda externa.
Ucrania ha demostrado una gran voluntad de evitar el impago y puede seguir atendiendo el servicio de su deuda externa gracias a la gran ayuda financiera proporcionada por Occidente. Sin embargo, sólo se evitaría una reestructuración si la duración de la guerra es relativamente breve.
Este artículo se centra en los que Vontobel cree que son los tres escenarios más probables respecto a cómo podría terminar la guerra, si bien reconocemos que dentro de cada uno de estos escenarios estimados hay también múltiples variantes. Este enfoque nos permite pensar con claridad en los posibles valores de recuperación de los bonos rusos, ucranianos y bielorrusos. Como siempre, nuestras probabilidades subjetivas se reevaluarán según cambien los hechos sobre el terreno.
Escenario 1: Acuerdo de paz a corto plazo (35% de probabilidad)
Rusia y Ucrania están negociando actualmente un acuerdo de paz. Parece que las partes implicadas aún no están preparadas para un compromiso inmediato, pero parece plausible un acuerdo en los próximos dos meses. Los detalles aún están por definir, pero según la información pública disponible, se podría esperar que Rusia acepte retirar sus tropas de Ucrania a cambio de que ésta renuncie a sus ambiciones de entrar en la OTAN, reconozca a Crimea como parte de Rusia y limite el tamaño futuro de su ejército.
Se necesitaría una especie de acuerdo de Minsk III para resolver la lucha con los separatistas ucranianos en Donetsk y Luhansk, un conflicto que se mantiene desde 2014. Ucrania podría reconocer potencialmente las Repúblicas Populares independientes de Donetsk y Luhansk (DPR y LPR) bajo la protección de las fuerzas de paz rusas. Alternativamente, se podría conceder a la DPR y a la LPR cierta independencia dentro de la soberanía de Ucrania. En cualquier caso, Ucrania conservaría la mayor parte de su integridad territorial.
Ucrania evita el impago o lleva a cabo una reestructuración favorable al mercado. Esto sería posible gracias a la importante ayuda financiera que están prestando actualmente los socios occidentales y que, hasta ahora, ha permitido a Ucrania seguir pagando el servicio de su deuda externa. Esta gran ayuda financiera también permitirá una rápida reconstrucción de la nación. Por ejemplo: La economía de Irak creció un 178% acumulado en 2003 y 2004 tras la invasión de 2003, la de Kuwait aumentó un 147% en los dos años siguientes a la invasión de 1991. El valor de recuperación de los bonos soberanos de Ucrania podría oscilar entre el 70% y el 100%, dependiendo de si hay una reestructuración o no.
Rusia también puede evitar el impago en función del posible alivio de las sanciones. El Estado y las empresas rusas han demostrado hasta ahora su voluntad y capacidad de evitar el impago, pero las sanciones actuales de EE.UU. impedirían a los tenedores de bonos recibir los reembolsos de los bonos del Estado después del 25 de mayo de 2022 (véase la licencia general 9A de la OFAC). Si el acuerdo de paz se produce antes de esta fecha y es aceptable para EE.UU., entonces existe la posibilidad de que ésta y otras sanciones económicas se suavicen permitiendo que el bono soberano ruso evite el impago. Sin embargo, esto no está ni mucho menos garantizado y depende de la decisión de Estados Unidos. Si Rusia logra obtener un alivio en las sanciones para evitar el impago tras un acuerdo de paz satisfactorio, entonces esperaríamos que Bielorrusia también evitara el impago.
Una gran mayoría de los emisores de bonos corporativos rusos evitan el impago. Sólo unos pocos emisores corporativos que ven sus ingresos gravemente perturbados podrían llevar a cabo reestructuraciones favorables al mercado con altos valores de recuperación.
Escenario 2: Una guerra prolongada (45% de probabilidad)
La guerra podría prolongarse durante varios meses si las partes implicadas no logran alcanzar un acuerdo de paz a corto plazo. Esto supondría daños humanitarios y de infraestructuras mucho mayores para Ucrania. Es probable que Rusia aumente su control territorial sobre Ucrania, obligando a esta última a renunciar a una mayor parte de su integridad territorial. Algunas variantes de este escenario podrían ver a Ucrania dividida en dos, con Rusia controlando el este de Ucrania y un gobierno democrático legítimo controlando el oeste de Ucrania.
Ucrania reestructura su deuda externa; la recuperación es muy incierta. La recuperación de los bonos soberanos de Ucrania dependerá de la medida en que se conserve la integridad territorial del país, así como de la duración de la guerra, que determinará el grado de daños en las infraestructuras, así como una probable gran pérdida de capital humano debida principalmente a la migración.
En el caso más optimista dentro de este escenario, Ucrania preserva la mayor parte de su integridad territorial y la gran ayuda financiera de los socios occidentales permite una rápida recuperación. Una reestructuración favorable al mercado permite una recuperación de entre el 50% y el 70%.
En el caso más pesimista dentro de este escenario, Ucrania pierde una gran parte de su territorio. La recuperación más baja de una reestructuración soberana en la historia reciente fue la de Irak tras la invasión de 2003, en la que los acreedores del Club de París aceptaron un recorte de capital del 80%. En el caso de Ucrania, vemos un límite inferior.
Es probable que el bono soberano ruso incumpla con los pagos después del 25 de mayo. Si el conflicto se prolonga durante meses, creemos que EE.UU. estaría menos inclinado a ampliar el plazo impuesto por la Licencia General 9A, que impediría a los tenedores de bonos recibir pagos incluso si Rusia sigue estando dispuesta y en condiciones de pagar. Bielorrusia depende financieramente de Rusia, por lo que no vemos ninguna razón para que la primera evite el impago si la segunda se ve obligada a dejar de pagar.
No hay reestructuración a la vista. Las sanciones de EE.UU. sobre el Ministerio de Finanzas, el banco central y el fondo nacional de riqueza de Rusia seguirían vigentes, lo que impediría al soberano reestructurar sus deudas en un futuro previsible. Los bonos soberanos de Venezuela, que han estado en una situación similar solían cotizar entre 20 y 30 centavos de dólar tras el impago soberano de noviembre de 2017.
Recesión profunda pero no un colapso al estilo venezolano. La economía rusa caerá inevitablemente en una profunda recesión este año, pero un colapso económico como los vistos en Venezuela y Líbano parece muy improbable en una economía que hasta ahora había estado bien gestionada, con niveles de deuda muy bajos y un superávit doble (fiscal y exterior). Por lo tanto, pensamos que este largo escenario de impago ya ha sido descontado en su mayor parte.
La mayoría de los emisores de bonos corporativos rusos siguen evitando el impago. Las sanciones económicas afectarán a los ingresos de los emisores corporativos rusos, pero dado que la mayoría de ellos son exportadores, tienen un bajo apalancamiento y tienen activos en el extranjero que podrían ser embargados por los acreedores, creemos que la mayoría evitará el impago. Las empresas con una parte importante de ingresos procedentes de la economía nacional y las que ven sus exportaciones gravemente reducidas por las sanciones tendrán que reestructurarse, pero esperamos que prevalezcan las reestructuraciones favorables al mercado.
Escenario 3: Una Ucrania controlada por Rusia (20% de probabilidad)
La fuerte resistencia del ejército y de la población ucraniana, y el constante equipamiento militar proporcionado por Occidente hacen improbable una conquista total de Ucrania, aunque sigue siendo un resultado posible. En el peor de los casos, Ucrania estaría gobernada por un gobierno prorruso ilegítimo. Ucrania sería sancionada y perdería el apoyo financiero de Occidente. Los bonos soberanos de los tres países entrarían en impago y la reestructuración sólo se produciría tras un cambio de régimen. Las perspectivas para las empresas rusas se vuelven más inciertas cuanto más tiempo permanezcan las fuertes sanciones económicas. Esperamos que se produzcan más reestructuraciones empresariales que en los escenarios anteriores.
Perspectivas
La situación sobre el terreno en Ucrania es extremadamente inestable, por lo que los escenarios descritos anteriormente cambiarán a medida que tengamos más información y continúe la diplomacia internacional. Desde la gestora observan que el factor crítico para los inversores en renta fija serán las decisiones políticas en torno a las sanciones, por lo que seguirán vigilando de cerca este aspecto. Les entristece profundamente que una guerra prolongada parezca ser el resultado más probable, pero mantienen la esperanza de que se pueda alcanzar una solución pacífica lo antes posible.