A menudo, los factores demográficos representan un atractivo para la inversión en los mercados emergentes. Las poblaciones más jóvenes y en crecimiento aportan vitalidad económica y, como dice la manida frase, "la demografía es el destino".
Sin embargo, tal y como analizamos en nuestro informe, “Demografía de los mercados emergentes: implicaciones para las pautas de crecimiento, los tipos de interés y la inflación”, los efectos económicos de la demografía están lejos de estar preestablecidos. Además, todo depende de los mercados emergentes a los que nos refiramos.
Un mundo abarrotado
El mundo va a estar más poblado. La previsión de las Naciones Unidas es que la población mundial aumente en casi 2.000 millones de personas, hasta 9.700 millones, en 2050. El mundo podría albergar cerca de 11.000 millones a finales de este siglo.
No sorprenderá que emergentes sean los responsables de casi todo este aumento.
Ubicación, ubicación, ubicación
Sin embargo, existirán grandes diferencias entre los países emergentes. Se espera que la mayor parte del aumento proceda de los países africanos: sólo en Nigeria se espera que la población aumente en más de 500 millones de personas para finales de siglo. Mientras tanto, la población envejecida de China podría disminuir en unos 375 millones.
China es un ejemplo extremo -un subproducto de su política de "un solo hijo"-, pero se da el caso de que la mayoría de los grandes mercados emergentes van a envejecer notablemente y a enfrentarse a una ralentización del crecimiento de su población en edad de trabajar (a menudo definida como las personas de entre 15 a 64 años).
He aquí algunas de nuestras principales conclusiones:
La calidad de los trabajadores importa más que el número de personas en edad de trabajar. Es probable que los efectos negativos del envejecimiento de la población se vean mitigados por el aumento de la participación de los mayores en la población activa. Además, la calidad puede compensar la cantidad: sigue existiendo un margen considerable de mejora de los niveles de educación y las competencias de los trabajadores para ayudar a compensar el menor crecimiento del número de trabajadores. Sólo en las economías asiáticas avanzadas y en Europa del Este es probable que el impacto del envejecimiento de la población afecte al crecimiento económico.
La demografía es un elemento importante de las perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes, pero no es el " objetivo ". La menor intensidad del capital, la cantidad de maquinaria y equipos por trabajador, y el menor crecimiento de la productividad explican una mayor proporción de la desaceleración del crecimiento potencial de la mayoría de los países que la demografía. Así pues, la este factor no es más que una de las consideraciones para las perspectivas económicas a largo plazo.
China y la India dominarán cada vez más el panorama de los mercados emergentes en 2050, mientras que Indonesia y Nigeria ascenderán notablemente, entrando en la lista de los cinco mayores mercados emergentes. Es probable que sólo China alcance a la economía estadounidense en términos absolutos, superando al país norteamericano en torno a 2033.
La evolución de la composición del crecimiento de los mercados emergentes es aún más sorprendente que los titulares, ya que el aumento de las clases medias se convertirá en una fuerza dominante que determinará las tendencias mundiales. En 2050, el mercado de consumo de China podría ser un 20% mayor que el de Estados Unidos, mientras que el gasto en sanidad podría multiplicarse por cuatro.
¿Cuáles son las implicaciones de la inversión?
La demografía es un elemento importante de las perspectivas económicas a largo plazo de los mercados emergentes, ya que impulsa los beneficios empresariales y las bolsas. Pero las implicaciones del cambio demográfico van más allá del crecimiento económico.
Tipos de interés
El envejecimiento de la población puede estar asociado a un crecimiento más lento, pero también es responsable de la caída del ahorro. Estos factores actúan en direcciones opuestas sobre los tipos de interés, lo que hace que el impacto sobre los tipos de interés de equilibrio reales subyacentes, el nivel natural de los tipos, sea algo ambiguo.
No está claro, como se afirma a veces, que el envejecimiento de las economías vaya a suponer un aumento de los tipos de interés. Consideramos que, aunque la tendencia a la baja a largo plazo de los tipos de equilibrio puede ser más modesta y de menor alcance en los próximos cinco años, la demografía seguirá pesando sobre los tipos de interés.
Dado que los tipos de interés de la deuda determinan también el precio de otros activos, unos tipos más bajos aumentarán el valor de los flujos de caja futuros, lo que probablemente apoyará los precios de los activos en general.
Inflación
La integración de las economías emergentes en el sistema financiero y comercial mundial sigue determinando el panorama de la inversión. Comprobamos que, aunque la globalización se ha ralentizado en la última década, los elementos internacionales han seguido ejerciendo una presión a la baja sobre los tipos de interés y la inflación media.
Los inversores no deben preocuparse de que la demografía haga subir la inflación. El cambio demográfico puede ejercer una presión al alza sobre los precios a medida que la población envejece, pero es una fuerza modesta y de lento desarrollo.
Las presiones inflacionistas persistentes únicamente son probables si los responsables políticos no las abordan, lo que sugiere que los inversores deberían centrarse más en la fortaleza de las instituciones, como los bancos centrales, que en contar quién tiene más canas.