El resultado de las elecciones presidenciales italianas (Mattarella reelegido y Draghi como primer ministro) es el mejor escenario para Italia en los próximos 12 meses. Como tal, los BTP deberían beneficiarse de la estabilidad esperada y la integridad de las dos principales figuras políticas. A corto plazo, desde MFS Investment Management ven posibilidades de un ajuste modesto en los diferenciales frente al Bund.
¿Cuáles son los principales riesgos en la etapa actual?
Aunque el resultado de las elecciones es el mejor caso para Italia en los próximos meses, todavía vemos algunos posibles riesgos. De hecho, en el lado negativo, el gabinete de coalición grande actual podría ser reorganizado en las próximas semanas, ya que las coaliciones de los partidos mostraron debilidades crecientes durante las elecciones presidenciales. Las conversaciones dentro de los principales partidos comenzarán hoy (Salvini ya convocó una reunión del partido y el flujo de noticias habla sobre la necesidad de algunas aclaraciones entre el 5SM Conte y DiMaio). Los BTP también podrían verse afectados si el BCE comenzara a marcar un 'regreso' a una política monetaria más ortodoxa (es decir, insinuando un aumento antes de lo esperado).
Esto podría conducir a una nueva ampliación temporal de los diferenciales de la periferia/Bund, ya que implicaría que el QE finaliza pronto. Este no es nuestro escenario de referencia, pero los riesgos no son triviales, dado que el BCE alzó la voz y la presión de otros bancos centrales. Además, el impacto a mediano plazo del Fondo de Recuperación podría ser menos que óptimo (difícil la medida) si Draghi encuentra mucha oposición con el gobierno de unidad en los próximos meses, ya que los partidos comienzan pronto su campaña electoral. En esa eventualidad, los inversores podrían volver a centrarse en los problemas a largo plazo de Italia (bajo crecimiento y bajo PIB potencial).
Riesgos políticos a partir de ahora
El dúo Mattarella-Draghi proporciona la estabilidad que tanto se necesita, por lo que Mattarella-bis es el mejor caso para Italia. Aunque las negociaciones de los partidos políticos durante la semana pasada confirmaron más que nunca cómo el Parlamento italiano está muy dividido, la reelección de Mattarella como presidente y el mantenimiento de Draghi como primer ministro proporciona la estabilidad que tanto necesita el país, en un momento en que la emergencia de Covid El estado sigue vigente (al menos hasta el 31 de marzo) y el país debe concentrarse en las reformas y la implementación de los proyectos necesarios para continuar recibiendo los tramos del Fondo de Recuperación.
No se puede descartar la volatilidad a corto plazo en el Gabinete, ya que las coaliciones debilitadas (especialmente las de centro-derecha) que surgieron del período previo a la elección del presidente podrían conducir a una reorganización. Sin embargo, esperaríamos que Draghi ganara aún más poder para impulsar reformas ahora que los partidos políticos necesitan retomar las piezas restantes de sus propios programas antes de las elecciones de 2023.