El inicio del año comienza con pocas certezas para los mercados de todo el mundo. Sobre todo para los países latinoamericanos, que en 2022 se enfrentarán a una subida de tipos de la FED y a varios procesos electorales. La conjugación de esos dos elementos suele derivar en determinados picos de volatilidad, algo a lo que los inversores de la región están acostumbrados. Pero, ¿deben preocuparse?

La FED ya prepara la primera subida de tipos  desde 2018 tras un repunte de los precios que ha llevado a la inflación hasta sus máximos de casi 4 décadas al situarse en el 7%. La creencia de que las condiciones financieras mundiales se endurecen cuando la Fed sube los tipos de interés está muy extendida y, por tanto, en esas circunstancias los mercados emergentes más frágiles suelen tener problemas para refinanciar su deuda externa.

Sin embargo, si observamos los tres últimos ciclos de subidas de la Fed, esta opinión no se sostiene. Durante los ciclos de subidas de los años 99-2000, 2004-06 y 2015-18, los diferenciales y los rendimientos de la deuda mercados emergentes disminuyeron, así como el rendimiento de los bonos soberanos de estos mercados.

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La pregunta que se hacen muchos inversores es cómo este movimiento de la autoridad monetaria estadounidense que preside Jerome Powell va a afectar en la deuda de Latinoamérica, sobre todo en un momento en el que la región se ha convertido en el mayor emisor de deuda soberana del mundo. Esto es así y no porque la región esté incrementando los déficits fiscales. De hecho, serán menores que en 2021, ya que la mayoría de las economías latinoamericanas han experimentado una completa recuperación de la crisis derivada del Covid, y la mayoría de los gobiernos están reduciendo sus estímulos fiscales.

La causa de que América Latina se convierta en el mayor emisor es que los déficits fiscales de Oriente Medio se están reduciendo a un ritmo mucho más rápido que en otros lugares gracias a los altos precios del petróleo. Los países del Golfo emitieron mucha deuda externa en 2020 y 2021 porque los precios de esta materia prima eran bajos. Ahora que son altos, el balance fiscal de los grandes productores ha mejorado más rápido que en cualquier otra parte del mundo, por lo que están planeando emitir menos deuda.

La mayor parte de las emisiones de bonos externos de América Latina provendrán de grandes países con grado de inversión como México, Chile, Perú, y de países sin grado de inversión, pero bien calificados como Colombia. Estos países gozan de acceso al mercado y es muy poco probable que tengan dificultades para colocar sus emisiones de bonos.

La subida de tipos de la FED provocará que tengan que pagar un mayor coste de endeudamiento, pero se trata de niveles manejables. Los países de mayor riesgo, como Ecuador, podrían tener algunos problemas para colocar nuevas emisiones de bonos en 2022, pero es probable que el país centroamericano encuentre alternativas adecuadas, como un bono azul o un bono social, por lo que no es algo que deba preocupar demasiado.

El entorno político que rodea este proceso
 
Todo este proceso se producirá un año en el que el calendario político y electoral en Lationamérica vuelve a ser ajetreado. Algo que en ocasiones, puede generar algo de volatilidad. Son precisamente estos momentos en los que precisamente buenos gestores activos suelen encontrar buenas oportunidades. ¿Qué van a vigilar los inversores?

Quizá una de las citas más esperadas este año serán las elecciones en Brasil donde se espera que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva gane los comicios.. Es probable que tenga como compañero de fórmula al ex gobernador centrista Geraldo Alckmin, lo que atraerá a los votantes centristas y, quizá, también implicará una política fiscal relativamente responsable, pero eso aún no está claro.

Colombia también se enfrenta a elecciones generales de este año y esa es la principal incertidumbre del país. El candidato de extrema izquierda, Gustavo Petro, lidera las encuestas, pero el ex alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, está subiendo en los sondeos y podría ganarle. Hernández se presenta con una plataforma anticorrupción sin ninguna ideología política específica, lo que hace difícil su lectura para los mercados. Ha dicho que admira al ex presidente derechista Uribe, pero que votaría por Petro si no llega a la segunda vuelta. Hernández es un candidato independiente y si consigue la presidencia tendrá que trabajar con otros partidos para poder gobernar, por lo que es poco probable que agite demasiado la situación. Un candidato centrista como Sergio Fajardo sería preferible para los mercados, pero Hernández sería definitivamente mejor que Petro a pesar de que es difícil de leer.

En Perú, la presidencia de Pedro Castillo está resultando menos perturbadora de lo que algunos porque no tiene mayoría en el Congreso. Pero su popularidad también está disminuyendo, por lo que no descartaría la posibilidad de que se le someta a un juicio político, después de todo, Perú ha tenido 5 presidentes en otros tantos años.

El presidente electo de Chile, Gabril Boric, parece estar virando hacia el centro. Si es así, la recuperación de los activos locales de Chile debería continuar en los próximos meses. Sin embargo, me preocupa la redacción de la nueva constitución porque la Asamblea Constituyente es mucho más de izquierdas que el nuevo gobierno. Los chilenos podrían acceder a derechos como la educación gratuita, pensiones públicas y otros beneficios, lo que sería bueno para una sociedad tan desigual, pero malo para las finanzas públicas, y a Chile le llevará mucho tiempo aumentar los ingresos para compensar esos beneficios adicionales.