Tras la reciente publicación de los datos de empleo en EE.UU., el debate en torno a los recortes de tipos de interés ha vuelto a tomar relevancia. Según Steven Bell, economista jefe para EMEA de Columbia Threadneedle, los acontecimientos más recientes han reavivado las esperanzas de una acción decisiva por parte de la Reserva Federal.
Los datos de empleo en EE.UU. han impactado positivamente en las expectativas de recortes de tipos, especialmente después de que la encuesta ISM de servicios mostrara debilidad en el componente de empleo. El mercado proyecta al menos dos bajadas de tipos antes de que finalice el año, aunque esta semana se presenta un desafío con la publicación de datos sobre la inflación. En el Reino Unido, se espera que el Banco de Inglaterra ajuste a la baja sus proyecciones de inflación, mientras que en Europa, el BCE ya ha adelantado una bajada de tipos para junio.
El panorama de los recortes de tipos de interés ha experimentado un cambio sustancial después de los datos de empleo en EE.UU. Según Bell, la fuerte expansión económica, impulsada por el consumo, ha mitigado la presión sobre la Reserva Federal para actuar. A pesar de las preocupaciones por la inflación, la posibilidad de recortes de tipos ha ganado terreno en los últimos tiempos, con el mercado ajustando sus expectativas a la baja. Aunque no se vislumbra una recesión, se prevé una desaceleración económica que podría conducir a un escenario más favorable para recortes de tipos en el futuro cercano.
Los próximos datos de inflación y la reunión del Banco de Inglaterra añaden incertidumbre al panorama económico, pero se espera que las perspectivas optimistas en el Reino Unido se mantengan. En cuanto al BCE, su compromiso con un recorte de tipos en junio es claro, a pesar de posibles repuntes temporales en el crecimiento salarial. En resumen, aunque el pesimismo sobre los recortes de tipos parece haber alcanzado su punto máximo, las decisiones de los bancos centrales y la evolución de la inflación seguirán siendo clave en el corto plazo.