En 2021 asumió la responsabilidad de conducir el negocio de BNY Mellon IM en España, Portugal y Latinoamérica tras el ascenso de Sasha Evers a jefe de distribución retail de la entidad para Europa. ¿Cuáles destacarías como los momentos más dulces y los más desagradables en estos cuatro años, tres años y pico?
Lo más difícil fueron los comienzos porque yo abrí la oficina con Sasha (Evers) en 2001, llevamos 23 años trabajando juntos, y justo cuando él se fue a liderar la división europea de la gestora, la pandemia nos llevó a estar encerrados en casa. El momento de empezar fue muy complicado porque tuve que cambiar el modelo de cobertura a clientes e integrar nuevos miembros del equipo. En este puesto no tienes tiempo para estar 100% en las trincheras, y durante dos años no me vieron más que en una pantalla. Además, es el momento clave en el que tienes que crear relaciones que, con una pandemia de por medio, se complica aún más.
Pero ante los problemas, nuestra labor era buscar una solución y eso fue lo que hicimos en aquel momento. Dentro de la empresa fuimos de los más rápidos en cambiar nuestra forma de trabajar en un entorno virtual: usando plataformas como el Teams y organizando “viajes virtuales” a las regiones. Esto ayudó al equipo a enfocarse y a seguir adelante. Sin duda la dedicación del equipo y el espíritu colaborador fue lo mejor de esos años.
¿Cuál es la situación de la industria de gestión de activos y cómo la ve a futuro?
La industria se enfrenta a varios retos. La gestión activa afronta una tendencia hacia la “pasificación”. Recientemente, los activos bajo gestión en carteras pasivas superaron por primera vez a los de gestión activa. Soy optimista porque creo que ese gran cambio a los fondos pasivos ha ocurrido en una época anormal en la historia financiera. Una época en la que hemos tenido 60.000 millones de dólares de estímulos por parte de los bancos centrales apoyando a todos los activos financieros. En un entorno donde no hay dispersión ni volatilidad y cuando todo sube, es coherente la beta barata.
El punto clave para los siguientes cinco años, bajo mi punto de vista, es que esa tendencia ya no está. Si hay algo que hemos aprendido en los últimos dos años es que la dispersión y la volatilidad han vuelto. El reto para nuestros clientes es que en los siguientes años no todos los fondos pasivos van a funcionar como lo han hecho hasta ahora pero tampoco lo harán todos los fondos de gestión activa. El análisis en profundidad sobre las gestoras para diferenciar entre beta encubierta y alfa será clave.
En cuanto a la consolidación del mercado, es una tendencia que va a seguir porque se está viendo que las entidades más pequeñas, que no tienen mucho gasto/costes fijos y tiene flexibilidad, pueden aguantar. Las grandes entidades, que tienen grandes flujos de caja y gamas de producto diversos para aguantar mercados más difíciles, deberían aguantar también. Entre medias hay gran variedad de entidades que igual tendrán presión sobre sus balances.
¿Por qué consideras que es bueno ese alargar el horizonte, aunque a corto plazo quizá no sea tan bueno?
La experiencia nos enseña que tener contexto y perspectiva ayuda a evitar caer en la trampa de efectuar movimientos basados en la volatilidad del mercado a corto plazo. Estas decisiones pocas veces dan fruto.
En los últimos años, respaldados por el apoyo financiero de los bancos centrales el inversor se ha podido concentrar sólo en la rentabilidad final de una cartera. Lo que yo llamo: el destino. Pero no ha tenido que considerar la volatilidad que iba a encontrar en el camino, en el viaje que nos lleva a ese destino. En un entorno más complejo, y por el bien de nuestros clientes, tenemos que empezar a pensar más en ese viaje. Suavizar la volatilidad y minimizar las bajadas pueden llegar a ser muy importante en los próximos años.
En un momento en que gran parte de la industria se está enfocando hacia productos indexados – gestión pasiva… .¿cuál es vuestra aproximación?
Soy bastante reacio a extremos en general. No tengo nada en contra de fondos pasivos, ni en contra de los fondos monetarios. En una cartera diversificada, todo tiene su función. Venimos de un entorno donde ambos han tenido muchísimo éxito. Sin embargo, en el nuevo régimen que se aproxima, volver al ABC de la gestión puede ser útil con carteras bien diversificadas y preparados para minimizar los vaivenes de un mercado más impredecible.
¿Cómo cree que el asesor/selector debería transmitir esto a los clientes?
Nuestra labor es intentar añadir valor a nuestros clientes de la forma que ellos nos lo piden. En parte respondiendo a esta necesidad, hemos lanzado un servicio que se llama PinPoint. Una herramienta que nos permite proyectar las carteras de nuestros clientes. Las analizamos para darles una visión de cómo funcionaría esa cartera en distintos escenarios de volatilidad, de tendencia, etc.
La labor pedagógica en los siguientes meses y años es muy importante porque si has estado durante 12 años en un entorno y no has vivido la volatilidad, ni la inflación, ni estos tipos... es complicado. De hecho, llevo 30 años en la industria, el banco tiene 240 años, somos el broker dealer número uno en el mundo y el custodio más grande del mundo y nosotros tampoco hemos visto tantas veces este tipo de volatilidad, inflación y tipos de interés.
A nivel de cifras ¿Cómo habéis empezado el año, cuáles son las previsiones que tenéis para este ejercicio?
2023 fue un año muy difícil, 2024 empezó complicado, pero desde hace algo más de tres meses empezamos a ver el comienzo de un cambio de tendencia. En nuestro caso, esta recuperación va vinculada a dos partes: en renta fija estamos vendiendo dos estrategias muy claras, BNY Mellon Short-Dated High Yield Bond Fund y BNY Mellon Global Credit Fund. Sospechamos que el interés en los fondos de renta fija ha vuelto porque si hemos llegado a picos de tipos, eso puede disminuir el atractivo de los monetarios. Los clientes están buscando alternativas.
¿Y entre esos nuevos productos estáis sacando alternativos?
Desde luego los alternativos están de moda. Nos parece muy bien que se añada a una cartera institucional o de muy altos patrimonios siempre que sea coherente que haya exposición. En este contexto y en una evolución de nuestro modelo, hemos llegado a un acuerdo de distribución con CIFC que nos permitirá tener acceso a su estrategia de préstamos directos en EE.UU.
Tampoco nos podemos olvidar de los alternativos con liquidez diaria como puede ser nuestro BNY Mellon Absolute Return Bond Fund. Estos productos ofrecen una descorrelación importante para la cartera además de que han vuelto a ofrecer rentabilidades positivas a través de alfa.
Tú que llevas la parte de Iberia, España, Portugal, Latinoamérica ¿cuáles serían los dos tres productos más demandados? ¿Hay diferencia entre regiones?
Me parece muy interesante que en todas las regiones están buscando exactamente las mismas cosas. Nuestros flujos están en renta fija, en el BNY Mellon Global Short-Dated High Yield Bond Fund, que tiene cortas duraciones y destacó en 2022 con un -3% en dólares y en 2023 un 14,5% en dólares. Un producto que en un entorno más volátil no es tan arriesgado como piensa el mercado (según Morningstar tres estrellas de volatilidad sobre seis), con un cupón muy interesante y menos arriesgado.
También es interesante el BNY Mellon Global Credit Fund. Un fondo que, desde que se inició la estrategia en 2011, ha dado un punto y medio por encima del índice. Lo que me gusta realmente de estos fondos es la consistencia del alfa. En cualquier caso, si piensas que va a haber más volatilidad, el BNY Mellon Long-Term Global Equity Fund, un fondo que participa en algo más del 90% de las subidas y evita el 75-80% de las bajadas. Sabemos que es mucho más importante evitar las caídas que correr detrás de las subidas.
¿Cuál es el mayor riesgo que veis en este momento?
Yo diría que nos enfrentamos a más de uno y todos son importantes: el riesgo geopolítico es imposible de predecir, pero no podemos olvidar que más de un 50% de la población mundial va a las urnas este año. Ya hemos visto estos meses la volatilidad que eso puede crear. La inflación sigue siendo una tarea pendiente y está por ver cómo progresará en los siguientes meses. Finalmente, en algún momento, tendremos que empezar a hablar de los niveles de deuda pública en gran parte del mundo desarrollado.
Todos estos riesgos más otros que no hemos cubierto aquí, nos llevan a un entorno financiero volátil. Tendremos que estar muy cerca de nuestros clientes para ayudarles, de la mejor manera posible, a afrontar ese viaje a un destino más seguro.
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