La Reserva Federal sigue comprometida con la reducción de la inflación, y Powell reiteró enérgicamente la firme decisión del comité de reducirla para evitar que una elevada inflación se "arraigue en las decisiones económicas de las empresas y los hogares". El presidente pareció indicar que el comité está dispuesto a adoptar una postura más restrictiva si la inflación se sitúa en niveles más altos de lo previsto, lo cual es justo y no es nuevo.
Sin embargo, tiene la esperanza de frenar el crecimiento a un ritmo inferior a la tendencia, y podrían acercarse a ese objetivo a partir de finales de este año, a medida que la respuesta económica al endurecimiento de las condiciones financieras se haga más evidente. En su discurso, Powell también añadió que "en algún momento y a medida que la orientación de la política monetaria se endurezca aún más, es probable que resulte apropiado ralentizar el ritmo de las subidas de los tipos de interés".
De hecho, existen riesgos y es posible que las condiciones empresariales sigan debilitándose en el tercer trimestre y a principios del cuarto, tal y como se ha visto con la fuerte caída de los PMI en las principales economías. Además, con el nuevo descenso de las ventas anticipadas, los futuros planes de contratación se encuentran son débiles y los planes de inversión en capex de las empresas industriales se están reduciendo cada vez más.
El temor a una importante desaceleración económica y al endurecimiento de las condiciones financieras está llevando a las empresas, por ejemplo, a congelar las nuevas contrataciones. Una reciente encuesta laboral de PWC en EE.UU. evidencia que el 50% de las 700 empresas industriales que han participado en el estudio planean reducir sus plantillas en varios sectores. Además, ya no se limitan a las industrias más afectadas, como la tecnología, la minorista y la inmobiliaria, por lo que este efecto podría ser algo más amplio. Esto, por supuesto, empezaría a afectar negativamente a la demanda, lo que explicaría algunas de las incoherencias que hemos visto en términos de precios de mercado durante el verano, y por eso creemos que los nubarrones aún no se han despejado del todo.
La caída y la esperada debilidad de los precios de las materias primas, y especialmente del petróleo, es una incoherencia en este punto. Esto señala unas condiciones comerciales mucho más débiles en el futuro y, sin embargo, los mercados de mayor riesgo, incluido nuestro mercado de deuda en la zona euro de grado de inversión (IG), ha subido con fuerza en julio y parte de agosto, aunque creemos que esto no concuerda con los acontecimientos descritos anteriormente.
Luego hay que tener en cuenta las implicaciones de la caída de la inflación (que normalmente debería seguir a la caída de los precios del petróleo) en los beneficios de las empresas. En la gestora creen que su efecto sobre los beneficios podría ser exactamente opuesto al que tuvo el aumento de la inflación desde finales de 2020 hasta mediados de 2022, lo que llevaría a nuevas revisiones a la baja. Por lo tanto, y como informa HSBC, será importante diferenciar entre la expectativa de un "giro o pausa de la Fed bueno o malo" para la flexibilización de las condiciones financieras en relación con las expectativas bottom-up y top-down. Un mal giro o pausa de la Fed implicaría un entorno económico mucho peor que, de hecho, dejaría a nuestro mercado de grado de inversión todavía un poco vulnerable de cara al final del año.
Todo esto es importante para los principales bancos centrales, ya que todavía tienen un pequeño margen para adelantar las subidas -este comentario es más válido para el próximo movimiento de 50 puntos básicos del BCE que para la Reserva Federal, ya que esta última está más avanzada en el proceso de adelanto-, aunque tampoco hay que olvidar que el enfriamiento de las economías y un entorno que cambia rápidamente deberían, con toda probabilidad, llevar a pausas y a recortes de tipos más rápidos de lo que se pensaba, pero esto no se producirá a corto plazo definitivamente.
En este momento, la Reserva Federal piensa, probablemente, que el tipo de interés de los fondos federales está ahora dentro del rango neutral a largo plazo, mientras que la gran mayoría de los participantes en el FOMC piensan que el tipo neutral a corto plazo tendrá que superar el nivel actual de los fondos federales. Esto nos lleva a pensar que es probable que se produzcan subidas de 50 puntos básicos en septiembre y en noviembre, con más 25 puntos básicos en diciembre, en línea con su decisión de reducir la inflación y dados los datos de actividad mixtos que se han presentado desde su última reunión. Sin embargo, este resultado también dependerá de los resultados mixtos de las próximas cifras sobre el empleo y el IPC, unos datos en los que se centrarán todas las miradas.
Con un poco de paciencia vendrán cosas buenas, ya que cuando la desaceleración empiece a ser más evidente, los yields de los bonos soberanos llegarán a su punto máximo y empezarán a caer de nuevo a medida que las subidas de tipos, que ya se han fijado, empiecen a revertirse en previsión de una pausa y de posteriores recortes de tipos. Desde el punto de vista de los yields de los bonos estadounidenses, fue interesante observar que los bonos del Tesoro tuvieron una respuesta inmediata razonablemente optimista a las observaciones del presidente Powell en Jackson Hole, aguantando bastante bien.
Esto apoyaría las oportunidades de inversión en los mercados de crédito desarrollados, ya que suelen comportarse de forma más positiva en un entorno de yields más estables y cuando experimentamos un crecimiento económico modesto o incluso ligeramente negativo.
Los fundamentales de los bonos corporativos con grado de inversión siguen estando en buena forma y los beneficios del segundo trimestre fueron en general bastante sólidos. Las empresas con emisiones de deuda con grado de inversión (incluidas las financieras y las no financieras) comenzaron el año con una base sólida y se benefician de unos balances muy fuertes: niveles de apalancamiento muy bajos y los ratios de cobertura de intereses más fuertes desde el año 2000. Los bancos y las compañías de seguros también presentan características crediticias benignas y están bien capitalizados.
En Vontobel creen que la Reserva Federal no precipitará la economía estadounidense y mundial a un entorno de recesión grave de forma intencionada y su opinión sobre los bonos corporativos europeos de grado de inversión es más constructiva de cara a lo que queda de año, con un poco de paciencia todavía, teniendo en cuenta la calidad del crédito, lo que está en precio y el posible repunte.