Los tipos de interés están subiendo a un ritmo acelerado después de que los bancos centrales hayan admitido que la inflación ya no es sólo un evento transitorio, sino que es posible que se mantenga en el tiempo. Para muchos, esto se percibe como un nuevo régimen en la política monetaria y los mercados financieros.
El tipo de interés de los fondos federales de Estados Unidos ha vuelto a subir y actualmente es cinco veces mayor que hace tres meses. Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE) subió en julio sus tipos por primera vez en 11 años, poniendo fin a ocho años de tipos de interés negativos. Incluso el Banco de Inglaterra (BoE) aceleró su ritmo de subidas en su última reunión.
Además, nuestro análisis sobre el grado de desaceleración de la economía en ciclos anteriores para reducir la inflación sugiere que la economía estadounidense debe entrar en recesión para vencer las presiones inflacionistas.
Con la política monetaria trabajando para reducir la demanda, es probable que la política fiscal sea más activa para apoyar a los hogares, pero en última instancia, el impulso fiscal mundial se ha vuelto negativo, lo que supone un nuevo reto para el crecimiento mundial.
Ahora esperamos un crecimiento mundial del 2,6% para este año, que se ralentizará hasta un crecimiento de sólo el 1,5% para 2023. Sin tener en cuenta la pandemia de Covid-19, este será el año más débil para el crecimiento mundial desde 2009. Desde Schroders hemos rebajado fuertemente las previsiones de previsiones EE.UU. (al 1,7% en 2022), la eurozona (al 3% en 2022) y el Reino Unido (al 3,4%).
Prevemos que la inflación global pase del 3,4% en 2021 al 7,2% este año, antes de moderarse al 4,3% en 2023. A ello contribuirá la caída de la inflación interanual de la energía, pero también el aumento de los tipos de interés, que ayudará a reducir las presiones internas.
Es probable que China continúe recuperándose del impacto de los confinamientos relacionados con el Covid, con la ayuda de las políticas de apoyo que están empezando a surtir efecto. Pero quizás la recuperación sea efímera, ya que los problemas del mercado inmobiliario parecen agravarse, mientras que las perspectivas exteriores se deterioran. Por ello, el Banco Popular podría continuar recortando los tipos de interés.