El mercado laboral ha sido el componente de la economía que más ha tardado en reaccionar a los esfuerzos de los bancos centrales por controlar la inflación. En cierto modo, no es ninguna sorpresa, ya que los mercados laborales tienden a quedarse rezagados con respecto a otros mercados más sensibles a los tipos de interés, como el de la vivienda; no obstante, en algún momento habrá que ver avances si los bancos centrales quieren hacer una pausa y/o terminar con sus ciclos de subidas.
El pasado 31 de agosto, la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. publicó su encuesta mensual sobre ofertas de empleo y rotación de la mano de obra ("JOLTS"). El informe mostró un progreso constante en el mercado laboral, con indicios de que algunos indicadores alcanzaban niveles prepandémicos por primera vez en este ciclo; las ofertas de empleo, de 8,8 millones, se situaron significativamente por debajo de las expectativas de 9,5 millones, mientras que la cifra de 9,58 millones del mes pasado se revisó a la baja a 9,16 millones.
Aunque antes de la pandemia esta cifra se situaba entre 7 y 7,5 millones, sería absurdo descartar el progreso desde el máximo de 12 millones alcanzado en marzo de 2022.
El "ratio Quits", que mide la proporción de empleados que abandonan voluntariamente su puesto de trabajo en un mes determinado dividida por el empleo total, descendió al 2,3%. Se trata de uno de los primeros datos del mercado laboral que ha descendido a niveles anteriores a la pandemia; en otras palabras, un ratio de abandonos del 2,3% se considera "normal".
La lectura para el panorama macroeconómico es que cada vez hay menos personas dispuestas a renunciar voluntariamente a su empleo, prueba de que los trabajadores tienen menos poder de negociación a medida que disminuye el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Esto, combinado con el hecho de que las ofertas de empleo también están disminuyendo, nos da (a nosotros y a los bancos centrales) la esperanza de que los aumentos salariales sigan moderándose en el futuro.
Por último, cabe mencionar que estas cifras muestran que los mercados laborales se están suavizando, permaneciendo al margen, mientras que la tasa de desempleo sigue siendo muy baja y el número de personas empleadas está en máximos históricos. En otras palabras, la previsión de la Reserva Federal de que los mercados de trabajo se suavizarán sin experimentar una gran perturbación parece abrirse hueco, de forma lenta pero segura, en los datos macroeconómicos reales.
Aunque aún queda un largo camino por recorrer en lo que respecta a los ajustes del mercado laboral, es justo decir que los avances son cada vez más claros y que parece que se acerca la luz al final del túnel.