Desde principios de año, los inversores se han mostrado bajistas, esperando un deterioro importante de los beneficios a nivel mundial. Según la encuesta de abril realizada a gestores de fondos por BoA Merrill Lynch, las perspectivas de beneficios empresariales son las más débiles desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020. Otros casos en los que se han registrado estas bajas expectativas son el colapso de LTCM, el estallido de la burbuja de las puntocom y la quiebra de Lehman.
En el lado del buy-side, el escenario ha sido menos negativo. Las revisiones beneficios para los próximos trimestres han sido en gran medida neutrales, con algunas divergencias notables: fortaleza en los sectores de la energía y debilidad en el consumo discrecional. Las revisiones de las ventas se han mantenido mejor que la de los beneficios por acción (BPA), lo que apunta a una preocupación por los costes más que a la pérdida de momentum de los ingresos. Esto no es del todo sorprendente, ya que una mayor inflación puede traducirse en un crecimiento más rápido de los ingresos, si las empresas tienen poder de fijación de precios.
¿Las compañías baten o incumplen las estimaciones?
Los beneficios por acción (BPA) del primer trimestre han sido buenos, y se han caracterizado por una mejora generalizada, aunque se ha moderado el excepcional periodo de repunte de los resultados durante la recuperación posterior a la crisis.
Los beneficios en EE.UU. superan las estimaciones en un 6,7%, y un 79% de las cotizadas han excedido las previsiones. (Esto se compara con una media a largo plazo del 66% y una media de los cuatro trimestres anteriores del 83,1%). Tres cuartas partes de las compañías han comunicado que sus ingresos del primer trimestre se han situado por encima de las expectativas de los analistas. (En comparación con una media a largo plazo del 61,6% y una media de los últimos cuatro trimestres del 79,5%).
El panorama en Europa también ha sido positivo, con sorpresas favorables por encima de la media en las estimaciones de beneficios y ventas. Los materiales básicos ha sido el sector con mayor sorpresas positivas.
¿Qué sectores clave están experimentando un cambio en los beneficios?
Las materias primas y la energía se mostraron fuertes, un arma de doble filo, ya que esto significa un aumento de los costes de los insumos para los productores y un recorte de los ingresos para los consumidores (especialmente en Estados Unidos, donde el precio del combustible tiene un mayor impacto en las carteras).
El BPA de los bancos ha perdido momentum, debido a la exigente base de comparación del año pasado, cuando obtuvieron ganancias puntuales al cancelar las provisiones para préstamos incobrables durante la pandemia.
El sector de consumo discrecional se enfrenta a ciertas presiones, especialmente en áreas con poco poder de fijación de precios y un elevado apalancamiento operativo. Las ventas al por menor en Reino Unido son débiles debido a la caída de los ingresos, por lo que la temporada de beneficios ha sido decepcionante para los valores de consumo discrecional; sólo el 57% de los valores superaron las expectativas, frente al 79% del índice S&P 500. Las revisiones de los beneficios son negativas.
Entre los sectores beneficiados por la pandemia que están viendo cómo baja la marea se encuentran Netflix y Peloton, a medida que los consumidores vuelven a migrar de los servicios en línea a los físicos. Los inversores se han dado cuenta de que el crecimiento de algunas empresas se disparó durante la pandemia y puede que esta tendencia no se mantenga. Sin embargo, los stock pickers querrán buscar a los ganadores con un crecimiento estructural resistente, un buen poder de fijación de precios y la lealtad de los clientes.
¿Qué se prevé para el futuro?
En EE.UU., las alertas de beneficios han superado ampliamente a los preanuncios positivos. Este hecho contrasta con el periodo posterior a la pandemia, en el que las previsiones de las empresas se revisaron significativamente al alza.
El número de empresas europeas con una perspectiva positiva ha sido inferior, pero aún no se han producido recortes importantes en las previsiones. La incertidumbre en torno a China y el impacto de la invasión rusa de Ucrania pesan sobre las acciones europeas. El análisis de las palabras incluidas en las transcripciones de las presentaciones de las empresas del primer trimestre apunta a un aumento de la incertidumbre y a un descenso del optimismo.
Después de casi dos años de fuertes revisiones de los beneficios futuros, puede que nos encontremos en un punto de inflexión. La dispersión de las estimaciones está aumentando y, aunque las revisiones generales siguen siendo entre neutrales y favorables, el aumento puede indicar un debilitamiento de las perspectivas.
Los márgenes de las empresas de gran parte del mundo desarrollado han aumentado desde la gran crisis financiera. Esta mejora se aceleró durante la recuperación posterior a la crisis. Pero ahora estamos viendo los primeros signos de contracción de los márgenes a medida que el aumento de los costes de los insumos, las limitaciones de la cadena de suministro y las presiones laborales erosionan la rentabilidad.
Por ahora, como demuestran los buenos resultados del primer trimestre, las corporaciones han sido capaces de repercutir el incremento de los costes y aumentar los beneficios, pero es posible que esto no sea sostenible.
A partir de aquí, la trayectoria dependerá del crecimiento y la inflación. La ralentización del crecimiento y el aumento de la inflación probablemente erosionarán la rentabilidad. Esto no significa necesariamente un colapso de los beneficios empresariales (los periodos de contracción del BPA suelen estar asociados a las recesiones), pero podría suponer una importante desaceleración del ritmo de crecimiento del BPA.
No cabe duda de que lo mejor del crecimiento de los beneficios ha quedado atrás y los riesgos se inclinan cada vez más a la baja.