Las empresas financieras son las que más dividendos pagan en el mercado, y representan más de una cuarta parte de los mismos. Durante mucho tiempo, el sector ha suscitado cierta cautela, y con razón. Los bajos tipos de interés han sido un viento en contra y siempre se teme la posibilidad de una intervención reguladora, como la anulación del pago de dividendos durante el apogeo de la crisis de Covid.

Ahora, en medio de este contexto de subida de los tipos de interés, creemos que es el momento de ser más positivos de lo que sugeriría la opinión más convencional. De hecho, las posiciones de capital se han reforzado considerablemente y la actitud hacia el retorno del capital ha mejorado (especialmente en relación con las fusiones y adquisiciones). Las empresas financieras europeas, en particular, constituyen ahora una oportunidad interesante y pueden ofrecer una atractiva rentabilidad y crecimiento de los dividendos.

Por ejemplo, el mercado no está concediendo ningún reconocimiento a la aseguradora global Axa por el cambio que está hacienda en su negocio en busca de unos beneficios de mayor calidad en el sector de P&C y la solidez del balance.

Históricamente, el entorno de bajos tipos de interés ha impulsado constantes rebajas de las expectativas del sector. Al mismo tiempo, el crecimiento de los préstamos ha sido relativamente lento y la amenaza de la disrupción de las empresas de tecnología financiera se ha hecho más evidente. Durante muchos años, después de la crisis financiera mundial, el sector bancario también se enfrentó a la falta de regulación de los requisitos de capital, lo que generó cierta decepción a los inversores.

No obstante, en los últimos tiempos, la capacidad de pago de dividendos de los bancos europeos ha mejorado notablemente. La crisis de Covid puso freno a la retribución de los accionistas por esta vía, pero en algunos casos ha resultado ser un aplazamiento más que una anulación. El anuncio del BCE de levantar la prohibición de dividendos, en septiembre de 2021, es positivo para los inversores que buscan ingresos. Algunos bancos se pondrán al día con los dividendos previamente omitidos.

Es probable que el banco nórdico Nordea devuelva una parte importante de su capital a los accionistas, y las últimas previsioneses apuntan a ganancias de acciones en la mayoría de sus mercados, por lo que los dividendos deberían ser sostenibles.

Tal vez lo más importante es que las entidades financieras pueden contribuir a la transición hacia una economía más sostenible. Los bancos son cruciales en la tarea de proporcionar un acceso responsable a la financiación para apoyar el crecimiento económico. Las aseguradoras han estado durante muchos años a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático y proporcionan la transferencia de riesgo/volatilidad que permite la inversión en los mercados desarrollados y emergentes. Las entidades financieras diversificadas, al igual que las bolsas, tienen un papel crucial a la hora de proporcionar datos ASG mejores y más coherentes para que los clientes puedan tomar decisiones de inversión más informadas, y los gestores de activos están incluyendo rápidamente consideraciones ASG y ayudando a que el capital se asigne de forma más sostenible.

Creemos que el sector financiero europeo ofrece oportunidades de ingresos (income) atractivas y puede desempeñar un papel importante en la transición hacia una economía más sostenible.