A pesar de que las empresas disfrutan de márgenes de beneficios históricamente elevados, se prevé que la desinflación afecte a estos márgenes, como se sugirió durante la temporada de resultados del segundo trimestre. Además, están apareciendo los primeros signos de tensión económica.
En la actualidad, el comportamiento del mercado está impulsado por un reducido grupo de valores de gran capitalización. En EE.UU., los "7 Magníficos" representan el 35% de la rentabilidad en lo que va de año, mientras que Europa tiene sus principales valores, conocidos como los "GRANOLAS". El impulso y los valores de gran capitalización han sido los principales impulsores de la rentabilidad desde el año pasado, con importantes inversiones destinadas a estas estrategias. Esta inversión está muy concentrada, con una fuerte preferencia por los mercados de EE.UU., en particular en el sector de la inteligencia artificial, y el posicionamiento para un escenario económico suave o sin aterrizaje.
La reciente decisión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de mantener los tipos de interés sin cambios e insinuar que habrá que esperar hasta la reunión de septiembre para posibles recortes ha suscitado inquietud por un posible error político, especialmente teniendo en cuenta la última serie de datos macroeconómicos poco alentadores (NFP, ISM y peticiones de subsidio de desempleo).
Los mercados han desplazado su atención de la baja inflación a la preocupación por el crecimiento, lo que supone un riesgo significativo. Este cambio también desencadenó importantes ventas en Japón tras la subida de los tipos de interés por parte del BoJ y los indicios de nuevas subidas. Agosto podría seguir siendo débil debido a la falta de publicación de indicadores de crecimiento.
Al sentimiento bajista se suman las tensiones geopolíticas, la ralentización del consumo, el debate capex/ROIC, las elevadas valoraciones y el estrecho liderazgo del mercado, que crean una mezcla potencialmente tóxica. Estos factores, junto con la depreciación, han sido los catalizadores de una brutal caída del mercado.
La complacencia del mercado con respecto al posicionamiento y los riesgos se había instalado. Las correcciones son habituales y pueden ser beneficiosas al devolver las valoraciones a niveles más habituales, creando oportunidades. El reto consiste en determinar el punto de entrada adecuado. Depende de si se cree en un aterrizaje suave o duro, si se espera una bajada de tipos confirmada por la Reserva Federal o si se interpretan las cifras de las NFP como temporales. ¿Mantendrán el ritmo el capex y el ROIC? ¿Se mantendrá robusto el gasto de los consumidores?
Tras la corrección de la semana pasada, los múltiplos de mercado se han vuelto más razonables, la amplitud del mercado ha mejorado, el posicionamiento es probablemente más adecuado, la inflación está disminuyendo y el crecimiento económico, aunque en desaceleración, sigue siendo sólido. Los beneficios siguen siendo sólidos. En lugar de precipitarnos, desde DPAM nos centramos en valores de crecimiento de calidad para garantizar una mayor rentabilidad, evitando al mismo tiempo adoptar una actitud excesivamente defensiva.
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