Los activos que generan income, o rentas, ayudan a mitigar los riesgos y hacen que las carteras sean más resistentes a lo largo de los ciclos económicos. 

Desde 1995 hasta hoy, la tasa de inflación acumulada en dólares estadounidenses se aproxima al 100%. Si hubiéramos empezado con 1 dólar en 1995 , hoy necesitaríamos al menos 2 dólares para ajustarnos a la inflación o superarla. Esto significa también que el poder adquisitivo se ha reducido a la mitad en una generación.

Una buena forma de mitigar la inflación sería invertir en activos que proporcionen un flujo constante de rentas, o income. Las acciones, los bonos y las inversiones multiactivo pueden ofrecer una buena oportunidad en cuanto a este propósito. Ofrecen pagos regulares que pueden seguir el ritmo de las tasas de inflación o incluso superarlas, lo que ayuda a preservar el poder adquisitivo a lo largo del tiempo, aunque el nivel de esos ingresos no está garantizado.

También merece la pena seguir invirtiendo. Si un inversor hubiera invertido 10.000 dólares en el índice S&P 500 hace unos 20 años, habría acabado con unos 65.000 dólares. Si sólo se hubiera perdido los 10 mejores días, su rentabilidad se habría reducido a la mitad, a unos 30.000 dólares.

Al permanecer invertido en instrumentos generadores de rentas, se beneficia plenamente de ventajas como a) no perderse los mejores días de negociación y b) no perder ingresos a lo largo de su periodo de inversión.

Mitigar los riesgos: diversificar la exposición entre clases de activos

Diversificar las inversiones en rentas entre distintos sectores y clases de activos puede reducir aún más el riesgo al repartir la exposición y mejorar la resistencia y los rendimientos de una cartera. Un flujo de tesorería diversificado puede actuar como amortiguador de los altibajos del mercado, así como reducir la vulnerabilidad a las caídas específicas de un sector. Dado que la renta fija tiene un precio atractivo, es probable que esta clase de activos ofrezca rendimientos positivos cuando la renta variable caiga al final de este ciclo.

En 2024, la opción más interesante en el frente de la renta variable podría ser un enfoque de ingresos elevados, ya que se espera que la Reserva Federal estadounidense recorte tipos. En cuanto a la renta fija, los mercados de crédito subieron con fuerza ante la expectativa de una relajación monetaria. Los bonos del Tesoro siguen rindiendo más del 5%, por lo que una cartera de emisores seguros con calificación de grado de inversión ofrece un rendimiento muy superior a la inflación. Asimismo, la inclusión selectiva de emisores de deuda de alto rendimiento y de mercados emergentes en la cartera constituye una propuesta atractiva en el entorno actual. Nuestra cobertura mundial del mercado de renta fija nos permite buscar constantemente las mejores ideas en cualquier mercado. En términos de asignaciones multiactivo, la clave sería la asignación dinámica de activos, la diversificación y el resultado de ingresos estables.

Aumentar el rendimiento: potenciar la rentabilidad con estrategias adecuadas

En la actualidad, nuestras estrategias de inversión en renta variable, renta fija y multiactivos orientadas al income están encontrando oportunidades de rendimiento que oscilan entre el 5% y el 10%, y existen formas de potenciar los rendimientos totales en cada clase de activo mediante el uso de estrategias que se adapten a la clase de activo.

En el caso de la renta variable, los inversores son recompensados por esperar. Consideramos que las fuertes tendencias seculares, como la IA y la revolución tecnológica en general, impulsarán la revalorización de la renta variable a largo plazo, a medida que las empresas acumulen beneficios. Además, la captación de dividendos mejora la rentabilidad. Es innovador, pero sencillo. Identificamos los dividendos de empresas con sólidos fundamentales y operamos en torno a estos acontecimientos para aumentar la rentabilidad.

En cuanto a la renta fija, los diferenciales de crédito y las variaciones del tipo sin riesgo determinan la rentabilidad total de una cartera de bonos. En 2024, la rentabilidad total se verá probablemente impulsada por la relajación monetaria más que por el estrechamiento de los diferenciales de crédito. Las curvas de rendimiento siguen invertidas, lo que convierte a los bonos con vencimientos más cortos en una inversión atractiva, sobre todo para los inversores que son conscientes del riesgo y no realizan asignaciones a bonos High Yield en el clima económico actual.

La diversificación, por su parte, sería clave para las carteras multiactivos. Una buena estrategia consistiría en invertir en una amplia gama de activos que generen rentas, tanto tradicionales como alternativos. Muchos de estos activos ofrecen ingresos estables y no correlacionados que se ven menos afectados por las condiciones del mercado. Si se combinan con prudencia, estos activos pueden ayudar a construir carteras resistentes que proporcionen ingresos más estables y constantes con margen para el crecimiento del capital.

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