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Escenario de base: la inflación no vuelve a los niveles anteriores a la pandemia

Según la gestora, la fase de alta inflación se prolongará más de lo previsto a principios del año próximo. Cada vez más economistas y banqueros centrales dejarán de referirse a la subida de la inflación como "transitoria", porque cada nueva y grave variante del Covid 19 albergará el riesgo de nuevas distorsiones entre la oferta y la demanda con el consiguiente aumento de los precios.

En el escenario de base que maneja Erste AM, las elevadas tasas de inflación actuales descenderán en todo caso en 2022, dado que el factor que genera una inflación alta (los desequilibrios entre la oferta y la demanda provocados por la pandemia) irá remitiendo gradualmente. Es probable que la fuerte demanda de bienes se normalice, y que los cuellos de botella en la producción y la logística se resuelvan de un modo gradual.

Sin embargo, la combinación de una brecha de producción negativa que se cierra rápidamente (tasas de desempleo en rápido descenso), un crecimiento por encima del potencial, y la normalización gradual de la política monetaria, genera un efecto inflacionista.

Por lo tanto, en el escenario base, la tasa de inflación subyacente se mantendrá por encima del nivel prepandemia. Erste AM estima que la tasa de inflación del cuarto trimestre de 2021 se situará alrededor del 5% (datos trimestrales anualizados) para las economías desarrolladas. Para el cuarto trimestre de 2022, la tasa de inflación prevista por la gestora se situará entre el 2% al 2,5% (también anualizada).

Riesgos estructurales que impulsan la inflación al alza

La gestora Erste AM se pregunta si además de la pandemia, existen otras fuerzas estructurales que afecten a la inflación. Según la entidad, los riesgos de un aumento estructural de la tasa de inflación están relacionados con tres ámbitos:

  • Las políticas monetarias y fiscales expansivas, podrían continuar para apoyar el crecimiento de la economía durante demasiado tiempo, incluso después de haber alcanzado el pleno empleo. El estallido de la pandemia ha provocado que la atención de los bancos centrales y los gobiernos se centre en el empleo y en el aumento de la inflación, una variable que ha estado por debajo del objetivo de los bancos centrales en los últimos diez años.
  • La presión deflacionaria sobre los precios de los bienes que surgió a raíz de la apertura de China y se mantuvo durante dos décadas, podría haber cesado de un modo definitivo. La globalización se estanca, o incluso podría revertirse (desglobalización). El efecto impulsor de China en el auge de las exportaciones, y la caída de los precios de las mercancías, han perdido fuerza.
  • Al mismo tiempo, el cambio en la estructura de edad de la población podría favorecer la inflación, porque el tamaño de la parte empleable de la población ha disminuido en todos los países. Esto podría conducir a una mayor inflación a causa de las mayores subidas salariales. Desde una perspectiva a largo plazo, la evolución de los costes salariales unitarios es la unidad de medida más importante de la inflación.

Salida de la política monetaria ultraexpansiva

Otra pregunta que se plantea la gestora Erste AM es ¿cómo reaccionarán los bancos centrales a la evolución de la inflación?

En general, los bancos centrales de las economías desarrolladas subirán los tipos hacia niveles neutrales a medida que

  •  Las expectativas de inflación ancladas en el objetivo de cada banco central sean menos sólidas.
  • La tasa de desempleo se reduzca y se acerque con mayor rapidez al pleno empleo (lo que se conoce como "tasa de inflación no acelerada del desempleo").
  • El deterioro por el lado de la oferta sea más permanente (porque disminuya la participación en el mercado laboral, y avance la desglobalización).

En cuanto a la Fed, ya ha anunciado el fin de su programa de compra de bonos para la próxima primavera, así como tres subidas de tipos de interés a lo largo del año. En el escenario base de la gestora, el el BCE dejará sus tipos de interés sin cambios, pero preparará a los participantes en el mercado para su abandono de la política de tipos de interés cero en 2023.

Conflicto de objetivos entre bancos centrales

Para 2022, además de la pandemia, ha surgido otro asunto capital para los bancos centrales en los países desarrollados. Si la inflación no baja, el conflicto de objetivos entre los bancos centrales se intensificará. En este caso, los bancos centrales se verían presionados a subir los tipos de interés de forma más significativa y antes de lo previsto.

Pero las medidas monetarias restrictivas afectarían negativamente a los parámetros objetivo de crecimiento, empleo, estabilidad financiera y, para el BCE, a la integridad de la eurozona. En el lado positivo, aunque la elevada inflación ya no sea realmente transitoria, las tasas de inflación descenderán gradualmente el próximo año en el escenario base de Erste AM. Según la gestora, corresponde a los banqueros centrales reducir la postura ultraexpansiva a la velocidad adecuada