La Reserva Federal ha alcanzado en gran medida su objetivo. La inflación está disminuyendo y los mercados laborales son sólidos. El siguiente paso es ajustar el nivel de tipos de interés para mantener la economía en equilibrio. «La Reserva Federal dejará de tener un papel protagonista», señala el gestor Pramod Atluri.

Los mercados centrarán ahora su atención en el crecimiento económicos, los beneficios empresariales y la evolución del contexto político y normativo. Las prioridades de política económica de Trump en este segundo mandato, entre las que se incluyen las rebajas de impuestos, los aranceles y la desregulación, podrían favorecer al crecimiento de la economía estadounidense y a los activos de riesgo. También podrían provocar un fortalecimiento del dólar, un aumento de la inflación y unos tipos de interés elevados.

El impacto de las políticas fiscales hace que las perspectivas de la Reserva Federal resulten más confusas, sobre todo en un contexto de solidez económica. «Los tipos de interés no parecen muy restrictivos para el crecimiento económico», explica Atluri.

«En ausencia de una recesión, la Reserva Federal podría realizar menos recortes de los previstos antes de las elecciones». Además, Atluri no está convencido de que los aranceles vayan a ser tan contundentes como para ralentizar el crecimiento y aumentar la inflación. A pesar de los aranceles, la inflación no se aceleró durante la primera presidencia de Trump. «Acabó siendo un entorno de crecimiento sólido con una inflación contenida». Dicho esto, podríamos asistir a un aumento de la volatilidad en los tipos de interés y los mercados financieros a medida que los inversores vayan calibrando la dirección de las futuras políticas.