Phil Orlando, Chief Market Strategist at Federated Hermes

Los años de elecciones presidenciales suelen caracterizarse por una gran volatilidad y fluctuaciones a medida que se acercan los comicios. Seguimos de cerca dos indicadores clave. El primero es la economía. Históricamente, si la economía crece con fuerza antes de las elecciones, el partido en el poder conserva la Casa Blanca el 100% de las veces. Por el contrario, si la economía se ralentiza o entra en recesión, el partido contendiente recupera el control el 100% de las veces. Actualmente, no estamos en recesión, ni creo que la Oficina Nacional de Investigación Económica declare una recesión antes del día de las elecciones. Por lo tanto, estamos prestando mucha atención a métricas como la Regla de Sahm, los indicadores económicos adelantados, el ISM manufacturero y las curvas de rendimiento invertidas para calibrar el crecimiento económico.

El mercado bursátil es el otro indicador relevante que vigilamos. En el último siglo, si el S&P 500 es positivo en los tres meses previos a las elecciones (agosto, septiembre y octubre), con una media de alrededor del 5,5%, el partido en el poder gana la reelección en el 83% de las ocasiones. Sin embargo, si el mercado de valores es negativo durante estos meses, en una media de alrededor del 4%, el partido contendiente gana el 83% de las veces. Observaremos de cerca la volatilidad del mercado financiero durante los próximos meses. El sentimiento de los inversores influirá significativamente en el rendimiento de las acciones.

Una vez pasadas las elecciones y disipada la incertidumbre asociada, prevemos un fuerte repunte bursátil a finales de año, que podría llevar a las acciones a nuevos máximos históricos.

Filippo Maria Alloatti, Head of Financials for Credit, Federated Hermes Limited

La temporada de presentación de resultaos en Estados Unidos está en pleno apogeo, en un contexto de volatilidad de los mercados estivales y de la primera bajada de tipos de interés de la Reserva Federal en más de cuatro años. Sin embargo, esta bajada de tipos llegó demasiado tarde para afectar significativamente a las cifras del tercer trimestre.

Las principales conclusiones de la temporada hasta el momento incluyen un sólido rendimiento en las divisiones de negociación y banca de inversión, con Goldman Sachs registrando sus mejores ingresos por negociación en tres años. Mientras que los ingresos netos por intereses (NII) intertrimestrales de los principales bancos se mantuvieron estables, JPMorgan Chase ha elevado sus previsiones de NII para todo el año 2024, excluidos los mercados, hasta la cifra récord de 91.500 millones de dólares, frente a los 91.000 millones anteriores. Además, el ritmo de morosidad de las tarjetas de crédito sigue disminuyendo, lo que supone el cuarto trimestre consecutivo de mejora en Citibank. Sin embargo, el crecimiento de los préstamos sigue siendo mediocre. Como nota positiva, Morgan Stanley registró un sólido margen antes de impuestos del 28,3% en su división de gestión de patrimonios.

Orla Garvey, Senior Fixed Income Portfolio Manager at Federated Hermes Limited

El rendimiento reciente de los gilts ha sido inferior al de otros países del G10, en gran parte debido a la postura relativamente restrictiva del Banco de Inglaterra y a las incertidumbres presupuestarias actuales. A medida que nos acercamos al esperado anuncio presupuestario del 30 de octubre y a la próxima reunión del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra del 7 de noviembre, vigilaremos de cerca el mercado de gilts, ya que creemos que el pesimismo actual sobre las preocupaciones en torno al aumento del endeudamiento hacia el mercado de gilts es exagerado. Si bien persistirá la incertidumbre antes de los presupuesto, esperamos que se invierta el reciente bajo rendimiento del mercado de gilts.

De cara a los presupuestos de octubre, seguimos de cerca las medidas del Gobierno británico en materia de endeudamiento para el ejercicio fiscal 24/25 y el impacto de los cambios laboristas en la regla fiscal sobre el endeudamiento a medio plazo. Prevemos que el Gobierno procederá con cautela, evitando cualquier cambio agresivo de las normas fiscales que pudiera inquietar al mercado.

En cuanto al Banco de Inglaterra, su gobernador, Andrew Bailey, indicó un posible cambio hacia un enfoque más agresivo de los recortes de tipos. Los datos recientes respaldan esta opinión, con un enfriamiento de los salarios y un sorprendente descenso del IPC en septiembre.