Ya nadie cuestiona que hemos entrado en una nueva e irreversible “era” a nivel de desarrollo y funcionamiento de la economía internacional. Nueva “revolución” industrial que por el momento está en sus primeras fases de desarrollo y que venimos llamando transición energética y digital. Cierto que no se ha puesto en marcha por decisiones estratégicas sosegadas y consensuadas, sino más bien por la abrupta necesidad de adaptación a una etapa post-COVID acompañada de un nuevo orden geopolítico que ha situado el suministro de materias primas y metales industriales como un arma, no suficiente, pero sí absolutamente necesaria para la continuidad del orden económico, social y político de cada “región”.

Esta transición energética y digital ya en marcha, gira como digo en torno a la mayor o menor disposición y capacidad de acopio de ciertos materiales, minerales, metales y materias primas en general que si en la fase anterior eran importantes, en la nueva se antojan críticas. Aquí surge, por tanto, una oportunidad de inversión para un horizonte de largo plazo que busca posicionarse en la transición energética y digital a través de los materiales base.

La propuesta de hoy es llevar a cabo esta estrategia a través de un ETF o fondo cotizado, el WisdomTree Industrial Metals, AIGI.UK, con ISIN GB00B15KYG56, apto para UCITS y con pasaporte europeo. Un ETF que busca reproducir el índice Bloomberg Industrial Metals Sub Total Return (BCOMINTR). Se trata de un fondo cotizado domiciliado en Jersey, con moneda base de cotización el USD y lanzado el septiembre de 2006. Su filosofía de inversión es por tanto posicionarse en futuros de materias primas y metales esenciales. El Benchmark que replica este ETF refleja los movimientos de precios de los futuros de metales industriales del Bloomberg Commodity Index: Aluminio, Cobre, Niquel y Zinc principalmente.

Diversificación en la inversión por países:

Sus 10 principales posiciones:

Con un NAV de 14,076 USD a 25 de agosto de 2023, la rentabilidad del NAV del AIGI YTD es del -7,44% (-0,90% para su índice de referencia), a un año -2,54% (-6,30% del índice), a tres años +10,63% (+12,28% del índice) y desde su lanzamiento -1,99% (-0,86% del índice).

El indicador de riesgo, asumiendo que el inversor mantiene el ETF en cartera al menos 3 años, sitúa el AIGI.UK en riesgo 4 en una escala de 7, a lo que habría que añadir el riesgo divisa para inversores europeos. El máximo Drowdawn en el ETF a 1 año es del -20,64% y a 3 años, del -32,84%.

Ratios relativos a 3 años, como el Tracking Error en 0,07% y Beta en torno a la unidad, muestran riesgo moderado. Ratio de Información, que nos indica si la rentabilidad conseguida por el fondo respecto a su Benchmark se ajusta al riesgo asumido, -1,89%, negativo y por tanto no procede interpretación; con Alpha, generación de rentabilidad por la gestión activo del gestor, también negativo, en -0,13%.

Ratios absolutos, como el Ratio de Sharpe, que indica la rentabilidad adicional por cada 1% de riesgo asumido en forma de volatilidad, en 0,11% a tres años; Ratio de Sortino, que relaciona la rentabilidad del ETF con la rentabilidad libre de riesgo y nos indica la rentabilidad adicional por cada 1% de volatilidad asumida, en este caso, en momentos bajistas, +0,10% a 3 años.

En cuanto a los costes de inversión en este ETF, la comisión de gestión y otros costes administrativos o de funcionamiento es del 0,54% del valor de la inversión al año; y costes de transacción del 0,45%.

Una propuesta por tanto, que nos permite diversificar nuestra cartera de inversión y participar del potencial de la transición energética y digital, con riesgo y costes moderados y la liquidez de un ETF.

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