La IA volvería a ser noticia en 2016 cuando AlphaGo, de Google, venció al campeón de Go Lee Sedol en una partida que durante mucho tiempo se consideró demasiado compleja para las máquinas. Aunque estas brillantes demostraciones de su potencial han sido una fuente de admiración durante décadas, la adopción generalizada de la IA solo ha sido posible en los últimos años como respuesta a un mundo hiperconectado que maneja y genera enormes cantidades de datos y que además cuenta con una inmensa potencia de cálculo.

Ahora que la IA está a la orden del día, esta creciente aceptación genera interesantes oportunidades para los inversores. En este informe, destacamos siete tendencias que marcarán el rumbo de la inversión en esta tecnología durante los próximos seis a doce meses.

1. Un contexto macroeconómico más favorable

A medida que los bancos centrales, en particular la Reserva Federal de EE. UU., adopten una postura monetaria más moderada, es probable que las pequeñas y medianas empresas se vean beneficiadas. Históricamente, la renta variable ha tenido un buen comportamiento durante el primer año tras un recorte inicial de tipos de interés, teniendo en cuenta que las pequeñas empresas suelen tener un mejor rendimiento que el de sus hermanas mayores. En "¿Se acerca por fin la "gran rotación de la renta variable?" trataremos este tema con más detalle.

Los inversores que busquen una exposición pura a la IA y temáticas afines se encontrarán con una buena combinación de empresas de mediana y pequeña capitalización. Nuestra previsión es que este enfoque será fructífero para quienes inviertan en IA y sectores adjuntos.

2. Oportunidades más allá de Nvidia

Nvidia se ha convertido en sinónimo de la revolución de la IA, y cada vez que esta compañía publica resultados, el mercado lo advierte. Sin embargo, aunque es comprensible que Nvidia domine las portadas, habida cuenta de su liderazgo en el espacio de los semiconductores, y su astronómico ascenso en los últimos años, otras empresas también están avanzando silenciosamente. Qualcomm, Broadcom, Micron Technology y Marvell Technology son sólo algunos ejemplos de empresas que han creado una sólida base de clientes y están haciendo grandes progresos sin generar tanto alboroto. 

A medida que la temática de la IA evolucione, es probable que los inversores diversifiquen sus carteras para incluir un conjunto más amplio de actores, además de Nvidia.

3. El Internet de las cosas (con IA) está a punto de despegar

El número de dispositivos de Internet de las Cosas (IoT) casi se duplicará de aquí al año 2030, pasando de menos de 18.000 millones en 2024 a más de 30.000 millones. Estos dispositivos no sólo estarán conectados, sino que muchos de ellos estarán dotados de inteligencia artificial, lo que dará paso a una nueva era de dispositivos inteligentes que recopilarán y procesarán datos del mundo real, en tiempo real.

El anuncio de Apple y su “Apple Intelligence” en junio de 2024 sirve como ejemplo de esta tendencia, ya que posiciona a la compañía de Cupertino como líder en la integración de la IA en la vida cotidiana. Los teléfonos Android están haciendo lo mismo. Desde elementos ponibles (relojes, etc) hasta vehículos, la IA impulsará cada vez más los dispositivos que nos rodean, cambiando la forma en que interactuamos con la tecnología. 

Los inversores deben reevaluar constantemente qué empresas pueden clasificarse dentro de la IA y dónde encajan en la cadena de valor de este sector.

4. David vencerá a Goliat (a veces)

El lanzamiento de ChatGPT por OpenAI en 2022 cogió desprevenidos a los gigantes tecnológicos, demostrando que las empresas más pequeñas y ágiles pueden liderar la innovación en IA. Según Bessemer Venture Partners, los modelos fundacionales de IA son el "nuevo petróleo", y empresas emergentes como OpenAI acaparan una parte significativa de la financiación de capital riesgo en IA.

En los mercados cotizados, las empresas más pequeñas tienen potencial para superar a sus rivales más grandes, convirtiéndose en objetivos de adquisición o creciendo de forma independiente. A medida que entren en juego políticas monetarias favorables, estas empresas podrían experimentar un crecimiento significativo.

Esto significa que, en su afán por exponerse a los gigantes, los inversores no deben pasar por alto a los actores más pequeños que, aunque pueden estar dando sus primeros pasos, albergan un inmenso potencial.

5. Aumentará la demanda de energía limpia y bien distribuida

El auge de las aplicaciones de IA está generando una demanda sin precedentes de centros de datos, que a su vez requieren grandes cantidades de energía. La inversión de 150.000 millones de dólares de Amazon en centros de datos durante los próximos 15 años pone de manifiesto esta tendencia. Para el año 2030, se espera que la IA aumente la demanda de energía de los centros de datos en un 160 % (ver la figura a continuación).

A medida que las empresas tecnológicas se apresuren a asegurar fuentes de energía, las renovables como la solar y la eólica desempeñarán un papel crucial en la alimentación de la revolución de la IA. Para los inversores, esta tendencia pone de relieve la creciente importancia de los proveedores de energías renovables como sector que se beneficia del crecimiento de la IA.

6. El impacto de la IA en todos los sectores se verá con otros ojos

La IA está llamada a revolucionar todos los sectores, pero el ritmo y la magnitud de su impacto siguen siendo inciertos. En el sector biotecnológico, por ejemplo, podría ver avances más frecuentes a medida que la IA ayude en el descubrimiento de fármacos. La asociación de Eli Lilly con OpenAI es solo un ejemplo de cómo la IA puede transformar las industrias tradicionales.

Los inversores deben estar pendientes de sectores en los que aún no se ha reconocido el potencial de la IA, ya que podrían ofrecer importantes oportunidades.

7. La ciberseguridad ampliará su espectro de acción en la sociedad

A medida que la IA se integre cada vez más en nuestras vidas, la ciberseguridad irá más allá de las amenazas tradicionales, asumiendo nuevos retos como los deepfakes. Un estudio reciente de Google DeepMind descubrió que moldear la opinión pública era el objetivo más común a la hora de utilizar IA, lo que pone de relieve la necesidad de adoptar medidas sólidas de ciberseguridad.

Para los inversores, la ciberseguridad ofrece una vía alternativa para exponerse a la revolución de la IA. A medida que el panorama digital se vuelve más complejo, la demanda de soluciones avanzadas de ciberseguridad no hará sino crecer.

Conclusión

Aunque el futuro de la IA es prometedor, no está exento de riesgos. La regulación, las políticas comerciales y la dinámica geopolítica influirán en la trayectoria del desarrollo de la IA. Sin embargo, el progreso es inevitable. Al igual que una vez dijimos: "Hay una aplicación para eso", pronto diremos: "Hay una IA para eso". Adoptar la IA ya no es una opción: es un elemento esencial para mantenerse a la cabeza en un mundo que cambia rápidamente.

A medida que la IA siga evolucionando, también debe hacerlo nuestra visión sobre la inversión. Nos esperan tiempos fascinantes.