Acoger la COP28 en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) es algo polémico debido a la importancia que tienen los combustibles fósiles para la región, pero la transición energética no puede acelerarse sin la participación de los principales productores de los combustibles fósiles. Sin embargo, la cuestión principal es determinar cómo debe ser un plan de transición creíble y qué papel debe desempeñar en él la captura y el almacenamiento de carbono. Recientemente más de 130 empresas pedían a los gobiernos que acordaran un calendario para el fin de los combustibles fósiles en la COP28 a través de la campaña Fossil to clean.
El presidente de la COP, el sultán Al Jaber, ha destacado la importancia de reducir progresivamente los combustibles fósiles y ha señalado que tiene previsto anunciar una nueva "alianza mundial para la descarbonización" del sector energético. También pide a todas las partes que se sumen al compromiso de triplicar la capacidad de las energías renovables para 2030 y duplicar el ritmo de mejora de la eficiencia energética.
La anterior COP27 pidió que se revisaran y reforzaran los compromisos climáticos para finales de 2023, pero sólo ocho participantes lo han hecho. Dado que las emisiones alcanzarán un nuevo máximo en 2022, los objetivos deben traducirse en políticas vinculantes que incentiven la descarbonización. Según el FMI, en 2022 las subvenciones mundiales a los combustibles fósiles alcanzaron los 7.000 millones de dólares, lo que supone un aumento de 2.000 millones desde 2020.
En la COP28, estaremos atentos a los compromisos de acción que aumenten la credibilidad de las promesas, como abordar las políticas que envían señales erróneas a empresas e inversores. Si se ponen en práctica, las emisiones podrían estabilizarse en los próximos dos años.
Otra consideración esencial es el apoyo y la financiación que deben proporcionar los países desarrollados a los países en desarrollo para la mitigación, la adaptación y las pérdidas derivadas de los impactos climáticos. La COP27 estableció un fondo para pérdidas y daños, y un objetivo clave de la COP28 es conseguir su plena financiación y determinar quién la recibirá.
Por otro lado, los países desarrollados prometieron a los países en desarrollo 100.000 millones de dólares para la financiación de la lucha contra el cambio climático, que debían haberse aportado antes de 2020 y que nunca se materializaron. El objetivo de 100.000 millones de dólares es ahora insuficiente, ya que se necesita una financiación considerable para la mitigación y la adaptación. Esto se revisará en la COP28 y los mecanismos de entrega deben ser vinculantes.
También debemos abordar la necesidad de una transición justa que tenga en cuenta las repercusiones sociales en las comunidades, los consumidores y los trabajadores. Es probable que esta cuestión ocupe un lugar destacado en la COP28, ya que la inclusión es un tema transversal clave.
Además, durante la COP27, se presentó la Agenda de Adaptación de Sharm-el-Sheikh destinada a aumentar la capacidad de resistencia de 4.000 millones de personas en las regiones más vulnerables. Los países desarrollados acordaron duplicar su financiación para la labor de adaptación de aquí a 2025, hasta alcanzar unos 40.000 millones de dólares. Sin embargo, esta financiación sigue siendo muy insuficiente y, según la ONU, entre 5 y 10 veces inferior a las necesidades estimadas.
Alcanzar el equilibrio financiero adecuado y movilizar la financiación privada son objetivos esenciales de la COP28. Abordar las cuestiones planteadas es importante para los inversores, porque determina los riesgos y las oportunidades de inversión e impulsa hacia dónde fluirá la financiación en última instancia."