La crisis energética puede hacer que artículos como las botellas de champán de plástico, los tarros de mermelada de plástico y las largas listas de espera para adquirir artículos de cristal de lujo pasen a formar parte de la vida cotidiana.
Los fabricantes de vidrio son grandes consumidores de energía, por lo que el aumento vertiginoso de los costes del petróleo y el gas les ha afectado mucho. A día de hoy, han tenido que subir los precios de sus productos en torno a un 35%, aunque es posible que la subida tenga que ser mayor. Preocupa que al repercutir este coste en el consumidor, los precios tendrán que subir de tal manera que los envases de vidrio, especialmente los de alimentos y bebidas, se encarecerán tanto que los consumidores demandarán envases alternativos más baratos, como cajas para el vino o botellas y envases de plástico para alimentos.
A pesar de ello, el vidrio es un material totalmente reciclable, por lo que sigue siendo una de las opciones más ecológicas para almacenar alimentos y bebidas. Teniendo en cuenta los desafíos, estamos viendo algunos efectos sorprendentes de la crisis energética, ya que las empresas se empeñan en desarrollar soluciones innovadoras y mejores oportunidades.
Uno de los principales fabricantes de envases de vidrio de Europa Occidental es Vidrala, que opera en España, Portugal, Italia, Reino Unido e Irlanda. Produce una gama completa de envases de vidrio -el 35% de sus productos son para vino, el 26% para cerveza y el resto se reparte entre alimentos, bebidas alcohólicas y refrescos- y vende más de 8.000 millones de envases de vidrio al año.
Para adaptarse a los retos, las medidas que está tomando Vidrala incluyen aumentar su enfoque en el reciclaje -en 2021, el 48% del vidrio que produjo fue reciclado- y aumentar la tasa de recogida de vidrio usado para mejorar tanto la eficiencia de la fabricación como los ingresos. En la actualidad, la empresa colabora con una organización no gubernamental, que anima a la gente a reciclar, recoge el vidrio y lo entrega a Vidrala para su fundición y reciclaje.
Mirando a más largo plazo, Vidrala está trabajando junto con otras compañías de la industria del vidrio para investigar hornos híbridos de hidrógeno que podrían ser adecuados para el funcionamiento de la industria en el futuro.
Otras innovaciones que exploran los fabricantes de vidrio son la reducción de la temperatura de fusión del vidrio mediante la adición de cenizas, lo que permite obtener un vidrio de aspecto más "imperfecto", con menos claridad y más burbujas, además de aumentar el uso de la energía eólica y solar en las fábricas.
El mercado del vidrio de lujo ya se está preparando para un aumento de los costes de la energía y la posibilidad de un cierre total si el gas tiene que racionarse sólo para el uso esencial. Muchos de los talleres de cristal veneciano de la isla italiana de Murano ya han cerrado sus puertas porque el coste de la energía ha encarecido demasiado sus artículos de decoración. Los jarrones venecianos y las copas de cristal fino pueden convertirse en artículos con una lista de espera muy larga este invierno. El mundialmente famoso fabricante de cristal Riedel, en Austria y Alemania, también contempla el cierre. Los hornos pueden romperse si se enfrían, por lo que hacer una pausa durante los periodos de racionamiento no es una opción.
El vidrio es un material de envasado estable e inerte que se puede reciclar infinitamente. Pero también es pesado de transportar y su fabricación consume mucha energía. No cabe duda de que la crisis energética traerá consigo todo tipo de soluciones innovadoras: ¿podríamos ver entregas de vino al estilo "lechero" en botellas reutilizables? ¿O más alimentos y bebidas en latas de aluminio? ¿Se utilizarán muchos más alimentos en envases de plástico reciclable o en envases de papel?
La empresa holandesa Corbion está a la vanguardia de las soluciones de envasado innovadoras. Producen PLA, un envase de plástico biobasado y biodegradable, fabricado a partir de recursos renovables, que es lo suficientemente fuerte como para poder sustituir a los plásticos convencionales y que luego puede ser compostado, descomponiéndose en CO2, agua y biomasa.
Para hacer frente a los numerosos retos que se avecinan, se necesita un pensamiento innovador junto con una forma de hacer las cosas más sostenible e incluso más tradicional, siempre que sea posible.
Inspirado en la humilde pastilla de jabón, el champú ya está disponible en pastillas sólidas, sin envases. ¿Podría ocurrir en el futuro que lleváramos nuestras botellas a las tiendas y supermercados locales para rellenar el vino y el aceite, como es habitual en muchas partes del sur de Europa?
Muchas de las empresas que se enfrentan a los retos de la crisis energética son de pequeña capitalización, pero eso les permite ser más ágiles. Pueden estar en una posición privilegiada tanto para adaptarse rápidamente como para crear soluciones. Los tiempos difíciles pueden crear oportunidades para las empresas innovadoras y bien gestionadas. Sabemos que nuestra dependencia de la energía de los combustibles fósiles tiene que reducirse, y la actual escasez podría ser la presión que necesitamos para hacer cambios drásticos.