En 2023, las estadísticas oficiales del gobierno brasileño revelaron que se había producido un aumento del 43% en las tasas de deforestación en uno de los biomas más sensibles del mundo. Hogar de especies raras y amenazadas como el oso hormiguero gigante, el armadillo brasileño de tres bandas y el lobo de crin, su territorio está siendo invadido cada vez más para producir soja y criar ganado. No estamos hablando de la selva amazónica, sino del Cerrado brasileño, una vasta sabana, a veces denominada selva subterránea, que alberga alrededor del 5% de los animales del mundo.
Los bosques albergan más del 80% de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos. Proteger esta biodiversidad es crucial para invertir la pérdida de naturaleza y luchar contra el cambio climático. Esto hace que la deforestación sea un problema crítico que debe abordarse para ayudar a alcanzar los objetivos climáticos mundiales y mitigar los riesgos relacionados con la inversión.
Y es justamente desde la deforestación que se plantean diversos riesgos para las inversiones de nuestros clientes, incluidos los normativos, los operativos y aquellos relacionados con la cadena de suministro. Para hacer frente a este problema, en 2021 nos comprometimos a hacer todo lo posible para eliminar las actividades de deforestación, específicamente las impulsadas por los productos agrícolas de riesgo forestal en todas nuestras carteras de inversión y actividades de financiación para 2025.
Como propietarios activos, es esencial que seamos transparentes sobre nuestra actuación y que utilicemos nuestra voz para animar a las empresas en las que invertimos a acelerar la acción hacia la deforestación cero. En 2023, nuestro trabajo hasta la fecha fue reconocido en el informe anual Forest 500, en el que fuimos la institución financiera número uno en acciones contra la deforestación por segundo año consecutivo.
Perspectivas de compromiso
Como parte de las medidas para cumplir nuestro compromiso, en 2023 nos implicamos con 293 empresas que identificamos como nuestras participaciones de mayor riesgo. A través de estos contactos hemos identificado varias áreas de debilidad en las prácticas de las empresas en las que creemos que es necesario tomar más medidas para acabar con la deforestación.
Trazabilidad: muchas empresas confían en la certificación de terceros para abordar el riesgo de deforestación, sin invertir en la trazabilidad de la cadena de suministro y en la garantía de terceros que proporciona una verificación sólida de la deforestación y de las materias primas libres de conversión. Esto hace que estas empresas corran el riesgo de tener una visión incompleta de la exposición de su cadena de suministro.
Disrupción: la escasa visibilidad de las cadenas de suministro dificulta a muchas empresas el cumplimiento de las próximas normativas en los mercados de consumo. Por ejemplo, el Reglamento de la UE sobre deforestación entrará en vigor en 2025, y las empresas que lo incumplan se enfrentarán a multas de hasta el 4% del volumen de negocios de la UE. Esto aumenta el riesgo financiero y de inversión para las empresas expuestas a materias primas de riesgo forestal en su cadena de suministro.
Colaboración: los pequeños agricultores necesitarán más apoyo en la transición hacia cadenas de suministro libres de deforestación. Se necesita urgentemente la colaboración entre los responsables políticos, los inversores y los representantes agrícolas para establecer estructuras de incentivos que permitan a los pequeños agricultores mantener sus medios de vida, al tiempo que realizan la transición hacia prácticas agrícolas regenerativas y sostenibles.
Soja: los riesgos asociados a la soja están muy infravalorados. La demanda de piensos a base de soja sigue creciendo, al igual que el riesgo de deforestación que conlleva. La falta de demanda de soja libre de deforestación por parte de los consumidores puede incentivar prácticas insostenibles de conversión de tierras en ecosistemas como el Cerrado brasileño.
Derechos humanos: las empresas deben tomar medidas más significativas para integrar las cuestiones de derechos humanos, como la tenencia de la tierra y los derechos de los indígenas, en su gestión del riesgo de deforestación. Acciones como la incorporación de evaluaciones de impacto sobre los derechos humanos en los programas de auditoría de la deforestación y el aumento de la transparencia en torno a mecanismos creíbles de reclamación ayudarán a prevenir y mitigar nuevos impactos sobre los derechos humanos.
Conclusión
A medida que los biomas forestales de todo el mundo se acercan a puntos de inflexión potencialmente irreversibles de deterioro de los ecosistemas, sabemos que es necesario hacer más para proteger nuestras inversiones y el planeta. seguiremos de cerca los logros y la consecución de nuestros compromisos, haciendo los ajustes debidos para alcanzar nuestros objetivos.