El foco es importante, incluso cuando se trata de ESG
La gran cantidad de información disponible, y las señales contradictorias, pueden confundir al inversor. ¿Cómo evaluar, por ejemplo, los resultados en materia de ASG de las empresas de los mercados emergentes?
Si no se toman precauciones, el exceso de información puede poner al inversor en un estado de desesperación en la búsqueda de inversiones. Porque los estados financieros de las empresas pueden verse desde muchos ángulos diferentes, y pueden compararse utilizando una variedad de ratios y múltiplos.
La dirección de la empresa publica sus planes para el futuro y los analistas los evalúan. Hay datos que abarcan toda la economía o bien un sector específico, por no hablar de los datos ESG relacionados con el medio ambiente, la sociedad y el buen gobierno. Sobre la base de esta información, a menudo es posible presentar argumentos sólidos tanto a favor como en contra de una inversión. Entonces, ¿cómo se puede aportar claridad, calma y coherencia al proceso de toma de decisiones?
Tengamos en cuenta el ejemplo de las cuestiones ASG en la renta variable de los mercados emergentes. ¿Sería posible hacer frente a la oleada de información con, por ejemplo, un único indicador, como un ranking ASG, que fuera elaborado por un tercero? Normalmente, el objetivo de un ranking es describir los riesgos y oportunidades ASG relevantes a los que se enfrenta una empresa y su sector, el grado de exposición a los mismos, y la forma en que los gestiona, incluso en relación con sus competidores.
La ilusión de la "solución fácil
Sin embargo, para el inversor, la calificación ASG no se elabora teniendo en cuenta necesariamente con toda la historia de una empresa. Según el modelo de quienes hacen las calificaciones, una empresa puede salir bien parada en su propio sector en materia de responsabilidad, pero para el inversor, el propio sector puede ser un problema. También puede ocurrir que un conflicto, un riesgo o una oportunidad concretos, se ponderen en el modelo de calificación de una manera que no se ajuste al enfoque del inversor.
A veces, una empresa puede pasar de una clasificación sectorial a otra en los libros del proveedor de calificaciones cuando el enfoque del negocio cambia lo suficiente a lo largo de los años. Como resultado, no sólo cambia el grupo de sus comparables, sino que es probable que también cambie el modelo de calificación utilizado para evaluar los riesgos y oportunidades ASG de la empresa en el nuevo sector.
Una buena calificación ESG puede caer a mala o subir de mala a buena, aunque no haya habido ningún cambio drástico en las operaciones de la empresa. Esto le ocurrió recientemente a una compañía cuyas principales fuentes de ingresos habían sido durante mucho tiempo la fabricación y venta de vehículos. Había recibido una calificación ESG bastante buena en esa clasificación sectorial, pero tras su integración en un conglomerado de empresas, la calificación bajó dos escalones.
Incluso antes de este cambio de clasificación sectorial, la historia de esta empresa no estaba clara. Su mayor argumento para una puntuación ESG razonable era el medio ambiente, pero las perspectivas de futuro se veían comprometidas por la baja proporción de vehículos eléctricos e híbridos en su cartera de productos.
Otra de las divisiones de la empresa se dedicaba a la minería del carbón, que es problemática en términos de mitigación del cambio climático, y sigue siendo una importante fuente de energía en el país de origen de la empresa. Por último, el impacto de sus plantaciones de aceite de palma en el medio ambiente también podría requerir el escrutinio de los inversores. Por lo que podemos concluir que hay muchas cuestiones que podrían abordarse en un análisis de sostenibilidad de la compañía, y contar con una calificación ESG es sólo una visión parcial.
Sin embargo, el problema más evidente del uso de calificaciones ASG en los mercados emergentes es la falta de datos, ya que algunas empresas, especialmente las pequeñas y medianas, no están incluidas en los rankings de calificaciones ASF. ¿Deberíamos por ello no invertir en estas empresas en absoluto, o simplemente tratar de dar sentido a los datos disponibles?
Elegir los principios de antemano
El riesgo es que, sin un plan claro, un inversor puede distraerse con información irrelevante y señales confusas. Si nuestro enfoque de la inversión tuviera que describirse en una palabra, sería ésta, enfoque.
Hemos estudiado y seleccionado cuidadosamente lo que creemos que son los criterios de selección esenciales, incluidos nuestros principios ASG. La selección de las inversiones y la construcción de la cartera deben ser lo más claras y fluidas posible, sin que las preferencias, sesgos o prejuicios personales del gestor de la cartera, determinen el contenido de la misma. Independientemente de la cantidad de datos de estados financieros o ESG disponibles, nos debemos centrar en la información que nuestro proceso de inversión define como esencial.