Si la factura de gas de su hogar reflejara con exactitud los precios actuales del gas, no sólo sería un 30% más alta, sino 10 veces más que la que pagó el año pasado. La actual crisis con las tropas rusas en la frontera de Ucrania es una mala noticia más para el precio del gas natural en Europa, debido a la gran dependencia del gas ruso.
En esta época del año, estamos viviendo la peor situación de inventarios de gas natural en Europa, con unas existencias muy por debajo incluso de su punto más bajo en los últimos cinco años. Actualmente, el Reino Unido y Europa importan el 40% de su gas de Rusia, el 16% de Noruega, y los suministros de gas natural licuado (GNL) proceden de Argelia, Qatar y Estados Unidos. Hay dos terminales de GNL en construcción en Europa, pero se necesitarían muchas más para compensar el volumen importado de Rusia.
El deseo de los gobiernos de tomar las decisiones políticas "verdes" que desean los electores -financiar las energías renovables y abandonar los combustibles fósiles y la energía nuclear- se ha inclinado a favor de la eliminación de los combustibles fósiles más rápidamente que la adición de las energías renovables, lo que ha provocado el actual déficit energético.
Hace años, Europa redujo la cantidad de contratos de gas natural a largo plazo en favor de la compra en el mercado abierto a precios al contado. La intención era evitar que estos contratos financiaran a la industria de los combustibles fósiles, pero también convirtió a Europa en el destino de última elección para el suministro mundial de gas.
Alemania, que cerró tres centrales nucleares el año pasado y cerrará las tres que le quedan este año, depende especialmente de las importaciones rusas. Esta decisión se tomó en 2011 después de que un terremoto generara a su vez el maremoto que provocó un accidente nuclear en Japón. Las opciones de suministro eléctrico de Alemania son cada vez más limitadas y parece inevitable que el gasoducto Nordstream 2 sea certificado y entre en funcionamiento en breve. Las normas alemanas que exigen un operador independiente parecen estar cerca de cumplirse.
Uno de los puntos de entrada del gas ruso es Mallnow, en Alemania, donde el caudal se redujo a cero a mediados de diciembre y en ocasiones ha sido negativo. De hecho, Rusia está sacando ocasionalmente gas de los almacenes europeos y lo devuelve a Rusia a través del gasoducto. Gazprom ha anunciado que no tiene previsto enviar gas por el gasoducto a Mallnow en febrero, aunque las subastas diarias pueden cambiar esta situación.
El suministro de gas licuado a Europa desde Estados Unidos podría llegar a ser relevante. El mes pasado se exportaron 7,15 millones de toneladas de GNL desde EE.UU. en 106 buques y la mitad se destinó a Europa. Pero se necesitan más instalaciones para importar GNL en mayor volumen. El gas tiene que ser licuado para su transporte, y luego el proceso tiene que ser revertido en el extremo del importador. Estados Unidos ha presionado a Europa para que construya más instalaciones de importación.
Sin embargo, las importaciones de EE.UU. sólo podrían sustituir un tercio -60.000 millones de metros cúbicos- de los 180.000 millones de metros cúbicos anuales que Gazprom envía a Europa. Y las instalaciones de GNL sólo se pondrán en marcha si se firman contratos a largo plazo.
Ciertamente, hay esperanzas de que la oferta de renovables mejore en Europa. Scotwind acaba de concluir la mayor subasta de arrendamiento de fondos marinos para turbinas eólicas en alta mar. Pero el sol se pone, el viento amanina y no la planificación de la capacidad energética de reserve no es suficiente.
El reciente repunte del precio del gas en Europa procede de una fuente desafortunada. China ha aumentado recientemente la producción de carbón térmico en 2 millones de toneladas al día, lo que ha permitido que sus importaciones de gas natural previstas lleguen a los mercados mundiales. Este no es el futuro verde que buscamos, según abrdn.