¿Cuáles son los grandes retos desde que aterrizó como Country Head de la oficina de Rothschild en 2022?
El gran reto es dar a conocer una firma relativamente nueva en España y consolidarla para que pueda perdurar en el tiempo. La experiencia ha sido muy buena y lo mejor ha sido el trato con los diferentes equipos internos de la firma. Es un negocio de intangibles, de servicio y si no tienes el apoyo de los equipos internos es decir: legal, due diligence de marketing y el equipo de gestión de cartera, no puedes salir adelante. 

Yo empecé a finales de 2022, cuando la renta fija tenía un comportamiento muy negativo. Así que ofrecimos un producto de una casa que apenas era conocida pero con rentabilidades muy atractivas, lo que nos permitió tener una buena acogida y, sobre todo, despertar la curiosidad del mercado sobre cómo hacemos las cosas, cómo gestionamos y qué podemos ofrecer que no se esté haciendo ya. 

¿Cómo afrontó el cambio de una gestora establecida (como Amundi), que lleva muchos años en España con un gran equipo, a una firma que acaba de empezar a distribuir sus productos en España con presencia local e incluso con un nombre que comparte parcialmente con otra gestora muy conocida?
Soy algo ambicioso y quedarme en una gran empresa, en un ciclo maduro donde las cosas funcionaban bien, no era suficiente para mí. Buscaba un reto profesional que me exigiera más y encontré una casa con una marca muy fuerte, muy potente y con buen producto. Cuando alineas la marca, buen producto y trabajo, las cosas suelen salir. No todo se debe a la suerte. 

En cuanto al nombre de las dos gestoras, el primer punto de la estrategia de marketing es diferenciar Rothschild frente de Edmond, que lleva diez años en el mercado español. Compartimos el nombre, la génesis,  pero somos entidades completamente independientes que fabrican y gestionan productos, que a veces compiten y otras no. 

¿Cuáles dirías qué son los puntos clave de esa estrategia de Rothschild para hacerse diferenciar de las demás?
Servicio, servicio y servicio. Es parte de la clave del éxito y lo que te diferencia de la competencia. Todas las casas tenemos muy buenos productos que hacen cosas muy similares y el punto clave es la diferenciación del servicio y cómo te acercas al cliente. Cuando las cosas van bien, nadie se queja pero si van mal, es cuando surgen los problemas. Me gusta estar cerca del cliente siempre y que sepa que estaremos así cuando las cosas no vayan como esperaba. 

En cuanto a la estrategia de comunicación, no se trata sólo de estar cerca, sino también de comunicar bien y con eficacia. Los clientes reciben más de 200 correos electrónicos al día de distintas casas y es difícil diferenciarse de ellos, por eso para mí es muy importante la eficacia en la comunicación.

¿Y en estos años que llevas al frente, cómo ha evolucionado el negocio de Rothschild en España?
Muy bien. Empezamos en torno a 80 millones y ahora estamos cerca de 600 millones, el crecimiento ha sido exponencial.  Ha estado muy ligado a la demanda del mercado, sobre todo en estrategias de crédito, y nos ha ido bien porque es una de las clases de activos que gestionamos muy bien. Uno de los buques insignia de la casa es el R-co Conviction Credit Euro, que se está consolidando como uno de los mejores productos de su categoría y nos está ayudando a consolidar nuestra posición en el sector. Además, tenemos otro fondo, el R-co Valor, que es un fondo global flexible y es quizás el más conocido históricamente de la gestora.  

¿Y es un fondo para el nuevo ciclo económico que tenemos por delante? 
Sí, estamos en un momento del mercado en el que falta visibilidad. De hecho, la última decisión de la Fed de bajar los tipos en 50 puntos básicos no la esperaba casi nadie y un producto como el nuestro, que es capaz de asignar exposición a renta variable de forma flexible y modulada en función del ciclo, lo convierte en un buen producto ideal para el entorno actual. Es un fondo cuyo equipo tiene mucha experiencia y eso nos da mucha tranquilidad. Cabe destacar que 2024 constituye su 30 aniversario.

Estamos en un momento de gran incertidumbre en el que una mezcla flexible puede ser muy útil, pero para otros escenarios de mercado en los que cree que la renta variable puede ser más favorable, ¿qué productos de Rothschild destacaría?
Tenemos el LongRun Equity Fund que es un producto de renta variable global que, en un escenario de tipos a la baja como el que tenemos ahora, y con unos beneficios relativamente estables y al alza, puede funcionar bien. Y también tenemos otra estrategia llamada R-co Thematic Silver Plus, que invierte en empresas estrechamente vinculadas al ciclo de envejecimiento de la población y con un fuerte sesgo hacia empresas del sector sanitario, que ha sufrido en el último año y medio pero que cotiza a buenos múltiplos para entrar ahora.  

“El servicio al cliente es parte de la clave para el desarrollo exitoso de un negocio y lo que te diferencia de la competencia, así como una comunicación eficiente y cercana con el cliente”.
 

¿Qué perfil de clientes tenéis actualmente?
Lo bueno de Rothschild es que encontramos productos tanto para la banca privada como para clientes institucionales que buscan productos para construir una visión de mercado. Las estrategias de crédito pueden considerarse bloques de construcción o fondos que ayudan a construir la asignación de activos. Por lo tanto, son susceptibles de ser utilizadas por gestores de fondos o gestores de carteras, gestores discrecionales, y por lo tanto muy accesibles a este segmento. 

Por otro lado, tenemos las estrategias globales flexibles que son más de «fondo de inversión» y que también pueden ser utilizadas por asesores financieros, que en definitiva, buscan estrategias con las que construir sus sesgos de inversión.

Estamos en un escenario donde la gestión indexada está creciendo muchísimo. Vosotros sois una casa de gestión muy activa, ¿cómo puede encajar en términos de flujos en la gestora? 
Somos una casa de gestión activa, de convicción. Es cierto que nos enfrentamos a una gran tendencia de la gestión pasiva, pero pensamos que, en cierto modo, podría favorecer a la gestión activa. De hecho, tiene mucho sentido en el entorno actual porque cuando inviertes en gestión pasiva ajustas tu inversión a las ponderaciones de un índice y muchas veces no es la mejor estrategia, independientemente de que el resultado sea bueno o malo. Así que si tenemos un entorno muy incierto, en el que no sabemos exactamente qué rumbo tomará el mercado, la gestión pasiva no es la mejor idea. 

 ¿Y cuál es la visión de la gestora ahora mismo? 
Softlanding. Ahora mismo no vemos un escenario catastrófico de -30% en el mercado. Es cierto que vemos cifras mixtas. Por un lado, tenemos un crecimiento bastante razonable de los beneficios empresariales, sobre todo en las megacapitalizaciones, lo que nos hace estar relativamente cómodos a la hora de invertir. Por otro lado, es cierto que la tasa de paro en EEUU está subiendo y eso es una señal, pero no parece lo suficientemente alarmante como para que entremos en recesión. Además, la tasa de impago de créditos en el sector del consumo estadounidense está empezando a repuntar, lo que es otra señal, pero también tenemos un crecimiento sólido. Y en Europa falta un poco más de visibilidad, sobre todo para ver cómo se integran los recortes de tipos. Europa tendrá un buen crecimiento, pero no será muy elevado, aunque hay oportunidades que deberían funcionar, como el sector sanitario o el industrial.

¿Cuál es tu visión sobre los emergentes? 
Creemos que hay una oportunidad. La tecnología del mundo emergente se perfila como una oportunidad de inversión. Creemos que la inversión en China, si se selecciona bien, puede dar buenos resultados.  El sector inmobiliario, que es uno de los más importantes en China, aún se está recuperando y le queda más por recuperarse, pero también vemos que la liquidez de los hogares en China está en máximos históricos, mientras que los múltiplos de los precios de las acciones están en mínimos históricos, con empresas que están funcionando muy bien. Los sectores de la educación, la tecnología y el juego son importantes en China, con nombres como New Rental Education, Tencent y CATL, vinculada a la fabricación de baterías eléctricas para el sector del automóvil. Vemos sectores muy ligados al consumo chino que también pueden ser una oportunidad de inversión. 

Es cierto que hace unos años vivimos una intervención en el mercado educativo chino que tuvo un gran impacto en estas empresas, pero creemos que China ha aprendido del error y sabe que una intervención excesiva no es bien vista por el mercado. Y de hecho, una de las cosas que está haciendo para favorecer el mercado financiero es permitir la recompra de acciones. Estamos viendo cómo grandes empresas como Alibaba o Tencent están empezando a recomprar acciones porque es una oportunidad única.

¿Cómo es la inversión en este tipo de compañías? (Clase A o ADR)
Invertimos en el mercado local de forma directa. Es complejo, porque exige  tener un socio local e invertir en renminbis, pero una vez tienes el proceso, va todo mucho más rápido.

¿Cuáles son los mayores riesgos que veis actualmente? 
El principal riesgo que vemos es un error de política monetaria, que sean demasiado agresivos cuando no toca o no que bajen tipos cuando toca. Luego está la inflación; tenemos una inflación muy ligada a los servicios, que es muy difícil de bajar. Y lo que nos preocupa mucho, y seguimos muy de cerca, es todo lo que tiene que ver con las empresas: que no sean capaces de cumplir sus planes estratégicos y sus políticas de inversión.

¿A nivel de industria, cómo estás viendo todos los cambios que llevamos? ¿Está llegando bien el producto financiero de calidad a todos los clientes? 
La industria está en un momento muy bueno aunque siempre hay consolidaciones, probablemente como consecuencia de una necesidad que demanda el mercado. Cuando ocurren estas cosas es porque algo no se está haciendo bien o porque no son capaces de crecer. Una consolidación bien ejecutada no tiene por qué ser mala, pero tenemos una regulación muy exigente que seguro que a largo plazo repercute positivamente en el inversor final.  Porque sin una regulación eficiente no podríamos competir. Veo al sector en una «tendencia alcista» de lo que es realmente importante, la captación de nuevos activos netos.

 ¿Qué consejo le darías a un banquero privado?
Le diría que hay que ser coherentes con la estrategia, que no se  deje manipular o influenciar por la volatilidad del mercado. La estrategia tiene que ser a largo plazo y hay que tener claro dónde quieres llegar y qué herramientas quieres usar. Y además, estar cerca del cliente para saber qué piensa y cómo le puede ayudar.