En 2050 se necesitarán los recursos de tres planetas Tierra para mantener a la población mundial, según las estimaciones. El consumo humano es alarmante y tiene un efecto devastador en la biodiversidad, el medio ambiente y el clima. Desde los incendios forestales en Australia y California, hasta las inundaciones en África y los huracanes en Asia, nuestras decisiones están teniendo un impacto.
El Día de la Tierra nos recuerda cada año que es necesario que se produzca un cambio. Plantar un árbol, apagar las luces, comprar con conciencia y recoger la basura son pequeñas contribuciones que nos hacen avanzar en la dirección correcta. Pero para abordar plenamente el cambio climático será necesaria una respuesta coordinada y global que implique a gobiernos y empresas. Cada individuo tiene ahora, más que nunca, el poder de influir en el comportamiento de las compañías invirtiendo para lograr un efecto.
La inversión de impacto permite a los particulares dejar de lado a las empresas que provocan los impactos medioambientales más graves e invertir en las que intentan encontrar soluciones, al tiempo que obtienen un rendimiento financiero. Y esto ya no es tan difícil como antes.
Aunque el cambio climático, la producción y el consumo insostenibles, la pérdida de biodiversidad y el resto de cuestiones destacadas por el Día de la Tierra representan riesgos importantes para la sociedad, también son oportunidades para las empresas. Las soluciones innovadoras y los productos transformadores destinados a resolver los problemas del mundo también responden a la demanda de los consumidores. El cambio de bombillas a LED, la adopción de fuentes de energía ecológicas y el consumo de una cantidad mucho menor de plástico representan oportunidades para que las empresas obtengan beneficios al satisfacer nuestras demandas. Este beneficio también tiene como objetivo ayudar a afrontar los principales retos medioambientales.
Es fundamental que cualquier inversión de impacto sea cuantificable. De hecho, las empresas tienen que rendir cuentas, garantizando que el beneficio y el objetivo están alineados, y haciendo que los ciudadanos observen que sus inversiones se alían con el cambio positivo.
En Estados Unidos, la mayor parte de la producción y el consumo de energía procede de los combustibles fósiles: petróleo, gas natural y carbón. NextEra Energy Resources es el mayor promotor de energías renovables del mundo. Tiene su sede en EE.UU., y genera 23 gigavatios (GW) de energía limpia al año, lo que está haciendo que el mix energético de EE.UU. se aparte cada vez más de las fuentes sucias.
Gracias a su poder adquisitivo y a su capacidad para conseguir turbinas eólicas mucho más grandes, NextEra puede comprar centrales eléctricas de carbón y cerrarlas para construir y explotar parques eólicos y obtener beneficios.
India es, junto con Estados Unidos y China, uno de los principales países emisores del mundo. Durante la celebración de la COP26, el Primer Ministro se comprometió a reducir las emisiones a cero en 2070. La clave para alcanzar este objetivo será la construcción de infraestructuras renovables en todo el país. El productor de energía solar Azure Power tiene más de 7 GW de activos de energía solar que ayudan a satisfacer las necesidades energéticas de los servicios públicos y los clientes comerciales. La empresa pretende reducir el coste de la energía solar para hacerla más accesible en toda la India y busca otras tecnologías emergentes, como el hidrógeno verde, para ayudar a descarbonizar sectores en los que ha sido difícil reducir las emisiones.
Por último, la producción de alimentos es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad. La agricultura y el sistema de producción de alimentos emiten conjuntamente el 30% de los gases de efecto invernadero del mundo. Koninklijke DSM, una empresa holandesa dedicada a las ciencias de la vida y de los materiales, está trabajando para que las prácticas agrícolas sean más ecológicas. Su Proyecto Vaca Limpia es un suplemento dietético para vacas lecheras que puede reducir sus emisiones de metano en un 30%. Otros desarrollos incluyen eubióticos que favorecen la salud gastrointestinal de los animales, reduciendo la necesidad de antibióticos, y una levadura que aumenta la energía generada a partir de biocombustibles de maíz.
Éstas son sólo algunas de las formas en que la búsqueda de soluciones a los problemas del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación ya ha comenzado. En un futuro muy cercano, usted o yo probablemente utilizaremos o nos beneficiaremos de alguno de estos productos. Sí, apagar las luces, plantar un árbol y reciclar a nivel individual ayuda. Pero invertir en las empresas que están empezando a marcar la diferencia también contribuye en gran medida a que el mundo del mañana esté más cerca.