Tras su última subida de tipos, la Reserva Federal ha señalado que el ritmo de aumentos podría reducirse. Sin embargo, todavía podría ser necesaria una recesión para controlar la inflación desbocada.
La Fed subió los tipos de interés en otros 75 puntos básicos (pb) en su reunión de julio, pero indicó que el ritmo podría reducirse a partir de ahora.
En el comunicado de prensa, el presidente Jerome Powell dijo que "el mercado laboral está extremadamente ajustado y la inflación es demasiado alta". Sin embargo, también comentó que, a medida que la política monetaria se endurezca más, será conveniente ralentizar el ritmo de las subidas de tipos para evaluar cómo el ajuste acumulado de la política monetaria está afectando a la economía y a la inflación.
Más tarde, Powell señaló que la política que está llevando a cabo el banco central es ahora neutral, una opinión compartida por otros miembros del comité. Habrá mucha información nueva en las próximas semanas sobre el estado de la economía estadounidense antes de la próxima reunión del 21 de septiembre, pero estos comentarios sugieren que es más probable que la Fed eleve los tipos 50 pb en lugar de 75 la próxima vez.
En nuestra opinión, es probable que la ralentización de la economía siga evidenciándose a través de un mercado inmobiliario y un comportamiento del consumidor más débiles. A su vez, esto debería traducirse en un mercado laboral más débil, como respuesta a una reducción de las ventas por parte de las empresas.
El reto consistirá en la rapidez con la que disminuya la inflación. El descenso de los precios de las materias primas y la relajación de los cuellos de botella de las cadenas de suministro sugieren que veremos una menor inflación en el sector de bienes. Sin embargo, la rigidez del IPC general se podría mantener, ya que la inflación del sector servicios tardará en moderarse.
En consecuencia, los riesgos se inclinan todavía hacia la necesidad de que la Reserva Federal genere una recesión para controlar la inflación.